"El bloc"
Contra la equidistancia
"El socialista Picardo no alberga dudas cuando entran en conflicto una teocracia integrista y una democracia liberal"
El gobernante globalmente más relevante de cuantos administran algún territorio andaluz, Fabian Picardo, pronunció en la madrugada del jueves su cuarto discurso de aceptación como Ministro Principal de Gibraltar, tras vencer en las elecciones de la víspera. Fue una pieza oratoria de menos de diez minutos en la que, en consonancia con la inequívoca postura del Foreign Office y del premier Sunak, tuvo cabida una breve pero contundente alusión al ataque terrorista de Hamas: «Quiero expresar mi solidaridad con el Estado de Israel. El Castillo Moro, por indicación mía, se ha iluminado de azul y seguirá iluminado de azul hasta el domingo». Una de las muchas personas asesinadas ha sido la joven sevillana Maya Villalobo, hacia cuya familia han tenido las autoridades (nacionales, regionales y municipales) loables palabras de apoyo… aunque todos se han cuidado de mantener la cínica equidistancia entre verdugo y víctima que caracteriza, con honrosas excepciones, a nuestros políticos: si se trata de hemiplejia moral o de mera cobardía es cuestión que uno no sabría discernir, ya que la opción del antisemitismo –inserto en el código genético de la Baja Andalucía desde los pogromos incitados por el arcediano de Écija Ferrán Martínez– cabe descartarla, al menos en una Junta que hasta antier estaba timoneada por el señor Bendodo Benasayag. Criado en los pechos (¡y en el bufete!) del poderoso James Levy, sobrino del sefardí Joshua Hassan –que fue su antecesor en el número 6 de Convent Place–, el socialista Picardo no alberga dudas cuando entran en conflicto una teocracia integrista y una democracia liberal. Es compatible ser de izquierdas sin caer fascinado por el terrorismo, como ven. El ejemplo debería de cundirle a nuestra progresía adolescente… y a nuestra derecha casposa.
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