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Pablo Alonso Herráiz pinta el alma de la Corrida Picassiana

El artista sevillano firma un cartel vanguardista con Roca Rey como protagonista y La Malagueta se transformará con una escenografía inspirada en Picasso
Pablo Alonso Herráiz pinta el alma de la Corrida Picassiana
Presentación del cartel de la Corrida Picassiana de Málaga 2025Lances de Futuro
David Jaramillo

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La Malagueta se vestirá de arte, de memoria y de toros el próximo 19 de abril. No será una tarde cualquiera, porque la Corrida Picassiana nunca lo es. Esta vez, además de Fortes, Juan Ortega y Roca Rey enfrentándose a toros de Álvaro Núñez, el verdadero protagonista será un lienzo invisible que cubrirá cada rincón del coso malagueño. Y detrás del pincel, el sevillano-malgueño de adopción Pablo Alonso Herráiz, un tipo que sabe cómo colarse en la retina con su arte moderno, vibrante y sin complejos.
El cartel que ha diseñado para anunciar el festejo es, como él mismo: provocador y con un guiño descarado al genio de Pablo Picasso. No es casualidad. Herráiz conoce bien la estela del pintor malagueño. No solo por ser académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo —donde también Picasso dio sus primeros pasos—, sino porque en su obra hay ese pulso que va del hiperrealismo al abstracto sin perder la esencia. Como la tauromaquia: cambiante, brutal, bella y cruda.
Pero esto no va solo de papel colgado en la pared. La Malagueta va a cambiar de piel por un día. La plaza recuperará parte de su esencia original: las rayas del ruedo pintadas de rojo, los palcos engalanados con guirnaldas, banderas de España y Andalucía, y mantones de manila que podrían contar más historias que muchos cronistas. Todo pensado para que el arte no esté solo en el ruedo, sino en cada mirada, en cada rincón.
Incluso el detalle más sencillo tendrá su peso: la megafonía recuperará esa voz que anunciaba los toros, como en los viejos tiempos, cuando no hacía falta mirar al tablero para saber qué toro pisaba la plaza. Y para rematar, Herráiz pintará directamente sobre las tablas, dejando un recorrido visual inspirado en las distintas épocas de Picasso. Una intervención que promete ser un puente entre el arte de los pinceles y el de la muleta.