Oscars 2025: «Anora», el mal sueño de «Pretty Woman»
Nadie daba un dólar porque ganara el Oscar a la mejor actriz, con la feroz competencia de Demi Moore y Fernanda Torres, pero Mikey Madison se lleva el Oscar a la mejor interpretación


Creada:
Última actualización:
A Mikey Madison le tocó vivir el cuento de hadas que “Anora” convierte en pesadilla, en el reverso violento y hortera de “Pretty Woman”. Nadie daba un dólar porque ganara el Oscar a la mejor actriz, con la feroz competencia de Demi Moore y Fernanda Torres en la terna, y Karla Sofía Gascón, que logró entrar al Kodak Theatre saltándose la alfombra roja, en lento proceso de descancelación. Hace años, uno de los polémicos tuits de la protagonista de “Emilia Pérez” se quejaba de que los Oscar se parecían a una entrega del cine independiente. “Les faltó darle un premio al corto de mi primo, que es cojo”, remataba. Ayer debió recordar sus palabras cuando Sean Baker se llevó premio en las candidaturas a las que estaba nominado (película, director, guion original y montaje) por “Anora” al grito de “Viva el cine independiente”.
Con la que está cayendo, Hollywood prefirió mostrar un perfil bajo. Muy lejos del primer mandato de Trump, cuando los discursos contra las políticas del magnate eran abundantes, ayer se prefirió ignorar al elefante en la habitación. No está el horno para bollos, porque ahora Trump ha desembarcado con la artillería pesada. Daryl Hannah hizo una breve referencia de apoyo a Ucrania, Adrien Brody apeló a la paz y la solidaridad con sus barrocos circunloquios al celebrar su merecidísimo Oscar al mejor actor por “The Brutalist”, ganó un documental incómodo (“No Man’s Land”) sobre la cuestión palestina que nadie quiere distribuir en Estados Unidos, y Mikey Madison y Sean Baker alabaron a la comunidad de trabajadoras del sexo, a las que conocieron de cerca para preparar “Anora”. Sin embargo, el tono de la ceremonia pasó de puntillas -o más bien ignoró- el sofocante clima político que ahoga la creatividad del país, y que, hace unos días, una valiente Jane Fonda convirtió en encendida llamada a las barricadas en la ceremonia de la SAG. La neutralidad, ese nadar y guardar la ropa, de la Academia pudo comprobarse precisamente en la habilidad con que trató el ‘affaire’ Gascón: cuando el maestro de ceremonias, el brillante Conan O’Brien, cerró el caso con un par de bromas en su monólogo de presentación, estaba haciendo pelillos a la mar con la actriz española, pero lo cierto es que Netflix y la propia Academia hicieron todo lo posible para esconderla hasta el último minuto. Nadie podía permitirse marginarla de la ceremonia, pero sí darle carpetazo con un gag. Ergo, silenciarla mientras se la visibilizaba tímidamente y de soslayo.
“Anora” no el primer título de cine ‘indie’ (“Nomadland” o “Moonlight” son los más recientes) que la Academia ha validado con su máxima recompensa. Después de una de las campañas más despiadadas que se recuerdan, con el ‘affaire Gascón’ dilapidando algunas de las opciones de “Emilia Pérez” (no la de Zoe Saldaña, que, con su Oscar a la mejor actriz secundaria, se enorgulleció de su condición de hija de inmigrantes dominicanos) y “Un completo desconocido” yéndose a casa de vacío, la 97ª edición de los Oscar se cerraba con la impresión de haber contentado a propios y extraños. Hubo premios previsibles (el de Saldaña y Kieran Culkin, actor secundario por “A Real Pain”), castigos sorprendentes (Demi Moore aún debe estar practicando su discurso ante el espejo), ganadoras de rebote (¿la brasileña “Aún estoy aquí” habría obtenido el Oscar a la mejor película extranjera si no hubiera sido por el descalabro de “Emilia Pérez”?) y una triunfadora, “Anora”, que, como “Parásitos” en el 2020, empezó su carrera internacional con la Palma de Oro en Cannes, y que, con cinco Oscar de seis candidaturas, confirma el talento de uno de los cineastas norteamericanos más potentes de la actualidad.