J. J. Benítez: «Creo que Moisés fue abducido, como Abraham»
El escritor reflexiona en su nuevo libro sobre el Yavé bíblico, del que asegura que es un ser o equipo de seres que adoptaron este título
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J. J. Benítez venía cayendo en algunas coincidencias, puntos en común y aspectos similares que observaba durante el proceso de sus investigaciones del fenómeno ovni y lo que venía leyendo desde hacía décadas en las páginas de la Biblia, un libro en el que se ha detenido en innumerables ocasiones a lo largo de su vida. No tardó demasiado tiempo en apreciar asuntos que le escamaban y con los que no estaba de acuerdo. De manera particular, sobre el genio y la personalidad con las que se identifica a Dios en los diferentes libros del Antiguo y el Nuevo Testamento. El resultado de sus investigaciones es una obra singular en el que vuelca su teoría y ofrece las conclusiones a las que ha llegado. «Las guerras de Yavé» (Planeta) es un título provocador, que no dejará indiferente, y que ahonda en quién es esa figura que idolatraban los profetas y hombres santos. Un asunto al que él intenta aportar unos hechos esclarecedores. «En el año 1972, comencé investigación del fenómeno de los ovnis y enseguida sospeché que la Biblia, y en especial, el Antiguo Testamento, describían fenómenos parecidos a lo que yo estaba investigando. Durante cuarenta años me he dedicado a hablar con diferentes historiadores, arqueólogos y especialistas para confirmar lo que sospechaba».
Y eso era que Yavé no es lo que se pensaba.
Yavé ni es ningún Dios. Son personas o seres que adoptaron este título, pero que, si uno se fija, no se comporta como Dios. Yo no me imagino a Dios matando los primogénitos de Egipto, que es una cosa que nos han vendido que hacía y que yo no me creo en absoluto. Yo tengo un concepto muy diferente de lo que es Dios y no coincide con esta descripción. Para mí, Dios es una criatura amorosa y que está alejada de cualquier tipo de violencia. Pero cuando una persona, cualquiera, lee lo que hace Yavé en los libros del Antiguo Testamento, no puede evitar quedarse sorprendido, porque, de una manera directa o indirecta, él es responsable de alrededor de un millón de muertos. Este Yavé que se nos muestra la Biblia es un dios de un carácter vengativo, que desprecia a las mujeres, que es machista y, además, esclavista. Y, con sinceridad, no me encaja en ningún sitio.
¿Qué le hizo sospechar?
De manera especial cuando se habla de los carros de fuego que acompañan al pueblo judío; las columnas de fuego que hay en su campamento y que, se asegura, cuando arranca la columna de fuego, echa a andar todas las personas de este pueblo. Esto, para mí, coincide con las descripciones que he obtenido en mis estudios sobre el fenómeno ovni, y que suelen estar vinculadas con las naves nodrizas. Pero eso ya está en la primera parte de la Biblia.
Entonces, ¿puede explicarme qué es Yavé?
Es un equipo de individuos provistos de alta tecnología y que podían provocar, como sucede en las plagas de Egipto, que el Nilo pareciera que se volvía sangre o que surgiera una invasión de moscas, o desencadenar una lluvia de granizo. Esto, con la tecnología actual, ya lo podemos hacer, pero hace 3.000 años, cuando aparece Moisés, resulta imposible, salvo para una civilización superior. Son astronautas o seres bastante superiores al momento histórico en el que aparecen, que poseen capacidad de volar, de extraer agua en el desierto, una tecnología muy moderna, y que ahora ya entendemos, pero hace tantos años, moisés no entendía. Él no podía explicar el fenómeno de volar. Y esta civilización adopta el título de Yavé para sus propósitos.
¿Qué propósitos tenían?
Yo sospecho que era preparar el país en el que tenía que nacer más tarde Jesús. Ayudar con una identidad nacional a la identidad judía. Era importante preparar este territorio, que robaron, porque tenía treinta etnias instaladas en él, y crear una religión donde se iba desenvolver la figura de Jesús. Pero, fíjate, aquí existe un asunto curioso. Cuando Moisés saca al pueblo de Egipto, no eran judíos. Se les llamaba de otra forma. Eran una mezcla de bandoleros, nómadas y trabajadores que entraban y salían de Egipto. Ellos comienzan a construir ciudades para Egipto, aunque nunca fueron esclavos. Estas son las personas a los que saca Moisés.
¿Cómo podían conocer que llegaría alguien como Jesucristo?
Sabían perfectamente lo que iba a pasar porque poseían la capacidad para dominar le tiempo. Por esta tecnología no humana de dominar el tiempo, podían saber lo que sucedería. Llegará en un momento en que los hombres también sabremos cómo manipular el tiempo. Testigos con los que he hablado, y que han entrado en estas naves, hablan de pantallas y de las escenas que hay en ellas y donde aparecen secuencias. Recuerdo un señor en Argentina al que le mostraron una guerra: era el conflicto de las Maldivas. Pero, para ese suceso, todavía faltaban dos años. Este hombre quedó impresionado y dio a conocer lo que sabía. Pero en su país lo tomaron por un espía inglés porque, ¿de qué otra forma podía saber que se preparaba una guerra? Estas civilizaciones ya tienen la capacidad para controlar el tiempo. Pero para gente como Moisés, claro, debían ser dioses.
¿Entrar en naves?
Sí, son personas abducidas. También hubo patriarcas que les sucedió, como Abraham, o, incluso, Moisés, a los que pudieron adiestrar y adoctrinar para prepararlos sobre lo que pudiera pasar. Sabemos poco de este hombre, de Moisés. Creo que fue abducido, como posiblemente otros patriarcas, y que estuvo cuarenta días y noches dentro de algunas de las naves en el macizo del Sinaí. Existe un relato bastante extenso cuando sube a ese monte.
¿De cuando recoge las tablas de los mandamientos y luego manda construir el Arca de la Alianza?
Le mandan escribir las tablas y al arca, creemos, era un sistema de transmisión. Yavé ordena que se construya. Cuando se procedía a una reunión, Moisés entraba y se ponía en comunicación con esta civilización. El Arca de la Alianza es un transmisor que funcionaba con electricidad. Cuando, algún tiempo después, el Arca es transportada, hay un momento en que la carreta está a punto de caer y uno de los servidores toca la madera, que es de acacia, para evitar que se caiga, y queda electrocutado. Por eso sospechamos que podía ser una transmisor.
¿Ha sacado algo del libro del «Apocalipsis?
He estudiado con detenimiento el «Apocalipsis». Es un texto manipulado y censurado. El «Apocalipsis», como lo escribió Juan, no es el que leemos hoy. Está manipulado. Pero, probablemente, no muy lejos en el tiempo, la humanidad sufra una catástrofe importante.