Cinco curiosidades que debes conocer sobre Marilyn Monroe
Buceamos en algunos de los episodios anecdóticos más interesantes de la vida de Norma Jeane justo cuando se cumplen 98 años del nacimiento de una de las actrices más icónicas del siglo XX
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Aleccionó a la boyante generación de mujeres estadounidenses de los años 50 para que aprendieran la sardónica utilidad de casarse con un millonario, se encargó de reafirmar con su acaracolado pelo platino aquella mítica creencia de que los caballeros las prefieren rubias, elevó la tentación a niveles estratosféricos, se desnudó en el nombre de Eva y supo ajustarse con maestría la falda y la locura en una de las comedias más deliciosas de la carrera de Billy Wilder.
La estela de Norma Jeane Baker, o lo que es lo mismo, la monumental leyenda de Marilyn Monroe, planeó sobre los tejados del star system hollywoodiense desde su primera incursión en el mundo del cine con “Almas desesperadas” dirigida por Roy Ward Baker hasta sus últimos años profesionales en los que consiguió volver a sorprender con un registro mucho más dramático y sombrío a través de papeles como el de Roslyn en “Vidas rebeldes”, escrita por el dramaturgo y entonces marido de la actriz, Arthur Miller.
A pesar de que su belleza salvaje siempre eclipsó injustamente sus dotes interpretativas, fueron varios los papeles memorables que realizó, algunas las relaciones agitadas que mantuvo, diversos los cíclicos y tormentosos cambios emocionales que experimentó e infinitos los episodios apasionantes que la llevaron a convertirse en icono. Hoy la actriz habría cumplido 98 años si de forma prematura y actualmente polémica no hubiera dejado la tierra para irse a ese “país”, que tal y como afirmó su amigo y actor Lee Strasberg, todos visitaremos algún día. Como celebración de su nacimiento y homenaje simbólico a la magia y al talento de este sueño dorado del séptimo arte rescatamos cinco curiosidades sobre su vida.
1.
Su estrecha y perdurable vinculación con México procedía de los orígenes de su madre, a pesar de la falta de comunicación que siempre tuvo con ella. El cariño que Monroe le tenía a Chihuahua era tal, que esta fue la ciudad elegida como escenario para concretar el divorcio con su tercer esposo, el escritor Arthur Miller. Uno de sus pasatiempos favoritos según cuentan, antes incluso de ser famosa, era visitar Chihuahua para beber pero de forma posterior a su incipiente anonimato, cuando ya estaba en un momento álgido de su carrrera, siguió reuniéndose con diversas celebridades entre las que se encontraba Frank Sinatra, en Ciudad Juárez para convivir lejos de los convencionalismos y restricciones de Estados Unidos.
2.
El entorno familiar en el que la actriz desarrolló gran parte de su infancia no puede identificarse con lo que hoy se conoce como un hogar cálido y funcional. Llegó a tener hasta un total de 11 padres adoptivos después de que su madre, Gladys Baker, de 26 años, la llevara a las dos semanas de haber nacido, a la casa de acogida de Ida y Wayne Bolender en Hawthorne, California. A los 16 años los últimos padres adoptivos tuvieron que mudarse a California por trabajo, pero no podían llevarse a Norma con ellos. Su padre fue un noruego llamado Edward Mortenson, de quien Baker descubrió que estaba embarazada tan solo unos meses antes de que decidieran separararse definitivamente.
3.
Fue la primera “chica del mes” de la historia de la revista Playboy. En diciembre de 1953 bautizó el número inaugural de la publicación con una imagen en la lucía un vestido de pronunciado escote, algo que suscitó innumerables críticas por parte de una sociedad anquilosada y acostumbrada al decoro y al puritanismo de la época. Curiosamente, hace un par de años, en la subasta que se realizó de objetos personales del fundador de la revista, Hugh Hefner, se encontraba la mencionada portada cuyo interior terminó de detonar los renglones morales de las señoras y liberó la imaginación de los señores. Marilyn aparecía totalmente desnuda en una foto realizada por Tom Kelley (no realizada de forma expresa para el medio) ladeada sobre una sábana de raso color granate en donde su largo y oscuro cabello revelaban todavía el anonimato y la candidez incipientes de la actriz.
4.
Tras casarse con su tercer esposo, Arthur Miller, se convirtió al judaísmo. A pesar de haberse criado en el seno de una familia de adopción vinculada con el extremismo cristiano de la iglesia pentecostal, Marilyn se vio abocada a la conversión religiosa por cuestiones de practicidad ya que Miller era practicante. Esta decisión no resultaba en ningún caso esencial puesto que el escritor le confesó que su anterior esposa era católica, pero la actriz se decidió finalmente a hacerlo. Mediante un primo de Arthur, el rabino Robert Goldberg de la Congregación Mishkan Israel, buscaron una sinagoga de la Reforma en Connecticut para llevar a cabo la ceremonia. Tras la fatídica muerte de la actriz, Goldberg escribió en una carta dirigida a un amigo de la familia: “Arthur me dejó claro que de ninguna manera él le había pedido esto. Que ella estaba interesada en hacerse judía. Conocí a Marilyn con Arthur en su apartamento en Nueva York … No recuerdo lo que esperaba, pero me llamó la atención su dulzura y encanto personal. Ella parecía muy tímida. Dijo que no tenía más formación religiosa que algunos recuerdos de un protestantismo fundamentalista que había rechazado durante mucho tiempo. Pero se sentía atraída por el judaísmo, impresionada por los judíos que ella conocía, especialmente el Sr. Miller”
5.
A pesar de la turbulenta relación que mantuvieron -con maltrato por parte de él incluido- y de los episodios altamente inestables, agitados y violentos que protagonizaron, Monroe y el jugador de béisbol, Joe DiMaggio vivieron una apasionada, aunque breve historia. Los celos enfermizos de él y sus impulsos violentos precipitaron la caída de un amor que se mantuvo inalterable en el tiempo por parte de DiMaggio hasta los últimos días de vida de la actriz. El paso de los años relativizó la intensidad de los afectos y atemperó una relación que acabaría disolviéndose en un profundo cariño. Tras divorciarse de Arthur Miller y recaer como consecuencia de una crisis nerviosa en la clínica psiquiátrica de Payne Whitney, el jugador volvió a aparecer en su vida para conseguir que la trasladaran a un hospital normal y acogerla después en su casa de Miami. Cuando Marilyn muere, DiMaggio estuvo enviando religiosamente durante la friolera de veinte años un ramo de rosas rojas tres veces por semana a su tumba.