Hoteles
Descansar, próximos a Évora, en medio de la naturaleza
El escenario perfecto para romper con la rutina y la monotonía
A pocos kilómetros de la histórica ciudad de Évora, declarada por la UNESCO Patrimonio Mundial de la Humanidad, inmerso en la naturaleza y rodeado de un típico paisaje alentejano, descubrimos un espectacular hotel (con más de una decena de villas y cincuenta y seis habitaciones) donde la propuesta gastronómica es también otro de sus alicientes.
Un dúo, alojamiento y restaurante, que hará las delicias de huéspedes y comensales.
Sin lugar a dudas, un cuatro estrellas, con una óptima relación calidad/precio, perfecto para descansar tras un día agotador conociendo las bellezas culturales, históricas y arquitectónicas de Évora.
Octant Évora, a pesar de su poco tiempo de vida con estas siglas, es ya una referencia a tener en cuenta para pasar la noche si queremos estar próximos a la capital de esta emblemática región portuguesa.
Numerosas piscinas, un magnífico spa y una gran zona ajardinada son parte de los argumentos de este hotel donde, sobre todo y especialmente, destacaría la sensación de paz que se respira en su interior.
Unas modernísimas instalaciones, con todo lujo de detalles y aptas para el más exigente de los huéspedes, envueltas en una acogedora atmosfera de sosiego y tranquilidad.
Se puede decir, sin miedo a equivocarse, que es de esos hoteles a los que siempre apetece volver. Razones hay muchas, tal y como voy desgranando en estos párrafos, para avalar esta elección.
Importante, y digno de ser destacado, es su restaurante “A Terra”.
El nombre es por sí mismo una invocación en favor de lo autóctono, de lo próximo, de lo que ofrece esta tierra alentejana. Una experiencia que hay que probar.
Como no podía ser de otra forma, su “ementa” es un representativo abanico de recetas y elaboraciones propias de esta preciosa región portuguesa. Todo ello, bajo la mano de su chef jefe: Pedro Mendes, un gran conocedor de la culinaria alentejana y un especialista, entre otras cosas, de los productos del “porco preto”.
Su amor por esta tierra, su contrastado conocimiento de la región -que ha pateado de norte a sur y de este a oeste-, lo posiciona como uno de los grandes entre los cocineros de estos lares
“Croquetes de farinheira preta com compota de cebola roxa”, “salada de polvo em gaspacho”, “pataniscas de abóbora” o “bacalhau albardado con molho de poejo” son sólo algunas de las irresistibles sugerencias en una cuidada carta en la que, a los más golosos, les sugiero pedir su famoso “sericaio com figo em calda”.
Todo el restaurante (con una cocina a la vista del cliente) y el ambiente creado es un magnífico escenario que predispone al comensal. Un bonito espacio, con una terraza contigua y grandes ventanales, donde se entremezcla la original decoración (en mobiliario, iluminación y amplitud de espacios) con el esmero puesto en los emplatados que vamos a degustar.
Una inolvidable velada que tiene un denominador común: el Alentejo.
Todo ello, con el aliciente adicional de pernoctar, sin necesidad de utilizar el coche para volver a casa, en las modernas y amplias habitaciones de Octant Évora.
Este magnífico hotel, sinónimo de “paz entre la naturaleza”, cuenta con once hectáreas dispuestas para ser el plan perfecto donde romper con la rutina y la cotidianeidad, para crear momentos únicos gracias a la multitud de experiencias que ofrece (paseos en bicicleta, miradores únicos, una pequeña granja, caminatas junto al lago, etc.).
Así pues, no es solamente un cuatro estrellas para parejas. Es también el espacio ideal para la celebración de reuniones (medios y salones hay para este tipo de eventos) y para todo tipo familias, porque aquí los más pequeños tendrán preparadas numerosas actividades entre las más de una decena de hectáreas que conforman Reserva do Perdiganito.
Hay, a pesar de su diseño moderno, mucho de culto a la tierra donde se ubica. No puede ser de otra forma estando junto a la capital del Alentejo.
Unos característicos tonos azules y blancos nos dan la bienvenida a la entrada del hotel anunciándonos con estas tonalidades su ubicación. Igualmente, fotografías en blanco y negro de estos campos y del modo de vida tradicional de sus habitantes son también bonitos motivos decorativos de pasillos y estancias. Muestras evidentes de un homenaje a su privilegiado emplazamiento.
Mención especial merece los tratamientos relajantes, regeneradores y protectores de la piel que nos ofrece su más que recomendable spa. Un espacio de relajación del cuerpo y la mente que cuenta con piscina interior climatizada, sauna, baño turco y sala de masajes.
Así pues, junto a Évora descubrimos, en medio del campo y bajo infinitos cielos estrellados, un verdadero refugio de paz que aúna la tranquilidad del entorno con las todas las prestaciones que se deben exigir a un hotel de este nivel.
Web: www.evora.octanthotels.com
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