Así es la Piscina del Diablo, el lugar para bañarse más peligroso del mundo

Llega el verano y con las altas temperaturas y olas de calor sofocantes, nuestro cuerpo solo nos pide remojarse, relajarse y evadirse todo lo que se pueda del ardor veraniego. Pero las piscinas y playas no siempre son seguras, y más allá de los problemas relacionados con ahogamientos improcedentes o ataques de animales, existen lugares del mundo donde darse un baño puede ser cuestión de vida o muerte. Como es el caso de la conocida Piscina del Diablo.

Bañarse en la Piscina del Diablo es hacerlo al filo del abismo. La encontramos en la frontera entre Zimbabue y Zambia, donde el río Zambeze se precipita con violencia a lo largo de 1,7 kilómetros (Cataratas Victoria). Se trata de una charca al borde de un acantilado, pero darse un chapuzón conlleva lanzarse a un vacío de 103 metros de altura, donde millones de litros se arrojan al minuto contra el suelo.

Una aventura no apta para cardíacos, y además, está tan poco exenta de peligro que el baño solo está permitido en la temporada seca, entre finales de septiembre y mediados de diciembre, ya que en esta época, el caudal del río es considerablemente más bajo y la fuerza del agua es menor.

Por su parte, pasa todo lo contrario en invierno, cuando el nivel de las aguas de esta zona aumenta de manera significativa. Tanto es así, que es probable que las personas que lo intenten no tienen para nada asegurado que la pared contenga sus cuerpos, y de esta forma, se precipitarían al vacío. Asimismo, en las crecidas, que pueden aumentar el caudal del río en más de un metro en apenas unos pocos minutos, aumentan esta amenaza.

Morir por intentar hacerse una fotografía en las cataratas

Sin embargo, para tranquilidad de aquellos valientes que se animen a la experiencia de poderse bañar en uno de los lugares más peligrosos del mundo, existe una pared de roca natural con la que el atrevido o atrevida se puede proteger de la corriente, siempre y cuando las condiciones sean óptimas. Esta se encuentra en el límite de las cataratas, justo por debajo del agua.

En cualquier caso, el baño siempre se hace acompañado de un guía, que alerta del peligro constante y garantiza en todo momento la seguridad del turista. Por otro lado, las personas que no se atrevan a meterse entre estas aguas, pueden quedarse presenciando la maravilla visual que supone esta zona.

Aunque hay algunos que, desgraciadamente, han hecho caso omiso de cualquier indicación o advertencia que se le dijera sobre la Piscina del Diablo, y tal es así, que muchas vidas se han perdido en estos parajes. En su gran mayoría, por su actitud temeraria. Según los recuentos, al menos quince personas han muerto intentando capturar la fotografía más impactante del lugar.