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Eurovisión

Y llegó Madonna y destruyó Eurovisión

La diva entre las divas está en un permanente estado L'Oreal -“porque yo lo valgo”. En la entrevista que le hicieron se mostró simpática y encantadora como sólo se es cuando se cobra por serlo

En la pequeña entrevista, Madonna animó a los participantes de Eurovisión 2019 larazon

La diva entre las divas está en un permanente estado L'Oreal -“porque yo lo valgo”. En la entrevista que le hicieron se mostró simpática y encantadora como sólo se es cuando se cobra por serlo.

Los organizadores israelíes de Eurovisión no necesitaron que les boicotease nadie, se boicotearon ellos solos con la actuación de Madonna y la entrevista anterior. La diva entre las divas está en un permanente estado L'Oreal -“porque yo lo valgo”, ya saben- y vaya sí lo sabe: exactamente 1,2 millones de dólares que para ella es como las monedas de un céntimo que nos dan de vuelta y que terminamos tirándolas porque no sabemos qué hacer con ellas.

En la entrevista estuvo simpática y encantadora como sólo se es cuando se cobra por serlo. ¿El “look” de Madonna? Bueno, era un homenaje a “Juego de tronos”, o al menos eso pareció, aunque en estos días todo lo relacionamos con la serie de lo saturaditos que estamos. ¿Cómo se presentó? Con un parche en el ojo, unas trenzas vikingas y un traje negro de esos sencillitos que le gustan a ella. Le acompañaba el rapero Quavo, que también parecía que había salido por patas de Invernalia. Juntos interpretaron el single “Future”, la carta de presentación de su nuevo disco “Madame X”, título que le va como anillo al dedo.

Después echó mano de la nostalgia con “Like a Player” que nos recordó a algunos lo mayores que ya vamos siendo. En la pequeña entrevista, Madonna animó a los participantes. Les dijo que la ilusión es lo más importante, que hay que perseguir los sueños para conseguirlos... Vamos, que parecía que estaba en el plató de “La Voz”. Para voz ella... y sus “gallos” porque se hizo un Manel Navarro de categoría. Porque ella lo vale también se permitió el lujo de que apareciese en el escenario una bandera de Israel... Y una de Palestina. Porque ella lo vale, insisto.

... Y el espectáculo llegó como sólo ella sabe hacerlo: con poderío, descaro y autoridad. No hay quien la tosa. Arrobaditos nos quedamos todos porque no importa que Madonna guste o no. Sinceramente da igual. Lo importante es que hipnotiza: no se puede apartar la mirada de ella hasta el punto de que si quedase afónica ni nos enteraríamos. Nunca fue una gran cantante, ni falta que le hace, porque lo suyo trasciende a las cuerdas vocales. Lo único que se puede hacer es quitarse el sombrero y ya está. Nunca, jamás, Eurovisión se ha hecho tan pequeño ante una estrella de tal magnitud. Los israelíes mordieron la manzana de Madonna y en el pecado está la penitencia: se cargaron la esencia del certamen.