Entrevista
“Los fondos europeos para obras de rehabilitación y reforma son una oportunidad histórica, pero existe un riesgo de desperdiciarlos”
Víctor Manau es el nuevo presidente de la Asociación Nacional de Distribuidores de Materiales para la Construcción, Rehabilitación y Reforma (Andimac)
No ha pasado ni un mes desde que asumió la presidencia de la Asociación Nacional de Distribuidores de Materiales para la Construcción, Rehabilitación y Reforma (Andimac); pero Víctor Manau ya se ha puesto manos a la obra para impulsar la digitalización y sostenibilidad de un sector, a su juicio, fundamental para transformar y modernizar España. Licenciado en Ciencias Empresariales en la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y graduado en Comercio Internacional y Marketing en este mismo centro universitario, el también director general de Manau tiene un objetivo claro: adaptar la distribución de materiales, fontanería y climatización a las nuevas necesidades que han surgido como consecuencia, fundamentalmente, de las transiciones ecológica y tecnológica. Por ello, la digitalización será una prioridad para el nuevo presidente de la patronal de la reforma y la rehabilitación, quien abogará por acrecentar el uso de las nuevas tecnologías por parte de la distribución profesional para la desventaja competitiva creciente respecto a las grandes superficies o los gigantes tecnológicos. De ahí que, al frente de Andimac, trabajará para crear una base de datos homogeneizada que mejore la productividad de toda la cadena de valor, evitando el actual modelo de “torre de Babel”, ineficiente para todos. En paralelo, la patronal impulsará un Sello de Compromiso con la Sostenibilidad y la Economía Circular para certificar el cumplimiento de las buenas prácticas y reconocer los esfuerzos de las empresas para avanzar en la sostenibilidad del sector de la construcción, así como la figura de los asesores en rehabilitación energética para crear una cultura de la reforma entre las familias y las pequeñas comunidades de propietarios.
Ahora bien, ¿qué situación atraviesa el sector de la reforma y la rehabilitación?
Son dos segmentos diferentes. La reforma, que implica mejoras en el interior de la vivienda, la zona habitada, sufrió un potente desarrollo de la actividad en 2021 (17%) que fue frenando en 2022 (3,2%) y esperamos un cierre negativo en 2023 (-7%). La rehabilitación, que implica la mejora cualitativa de cerramientos y la estructura edificatoria, zonas comunes… registra varios años de crecimiento negativo, a la espera de que se manifiesten los fondos para rehabilitación energética.
¿Cuáles son los pronósticos de la patronal para 2023?
Pese a las tensiones inflacionistas derivadas de la crisis energética agravada por la guerra en Ucrania, 2022 fue un buen año para la construcción. Este año esperamos un ligero incremento del volumen de negocio del sector de los materiales, en especial impulsado por la inversión pública y la obra nueva, si bien la reforma se va a resentir como he señalado. En cualquier caso, la rehabilitación edificatoria aún no ha visto impulsada su actividad como consecuencia de la aplicación de los fondos NG. Sí se han notado crecimientos en segmentos muy concretos, de componentes o soluciones parciales, pero no se ha alcanzado el objetivo, que debe ser la mejora integral del edificio, la rehabilitación.
¿Qué efecto tendrá el despliegue de los fondos europeos en el sector?
Se estima que siete de cada diez euros de los fondos europeos afectarán directa o indirectamente a la construcción: un sector para el que la distribución profesional que representamos resulta determinante. No obstante, de momento las ayudas no están llegando a la economía real. Por lo menos las ligadas a los proyectos de rehabilitación. Es cierto que los fondos para obras de rehabilitación y reforma pueden brindar una oportunidad histórica, pero la realidad es que a diciembre de 2023 debieran estar ejecutándose rehabilitaciones en 160.000 viviendas, y los datos apuntan a un mercado que todavía no ha empezado a moverse. Lo hará, pero este retraso debería servir por lo menos para introducir mejoras en el diseño y gestión de las ayudas. Un modelo que deberá ampliarse tras los fondos.
¿Por qué?
Porque durante la próxima década más de la mitad del parque edificado español tendrá más de 50 años y un 40%, más de 60. La tasa de rehabilitación en España apenas llega al 0,12% del parque, cuando debiera situarse en el 1,2%. Las ayudas comunitarias pueden resultar fundamentales para impulsar una cultura social orientada a la rehabilitación, hasta ahora inexistente. Y esta cultura es la base para la sostenibilidad económica de las familias a largo plazo, además de para la mejora de su calidad de vida.
Explíquese, por favor.
En nuestro país -según el Banco de España- la vivienda (42%) y las propiedades inmobiliarias (28%) representan el 70% de la riqueza total de las familias. Estos inmuebles, una vez alcanzada una edad y si no se han cuidado, rehabilitado, comienzan a depreciarse con el paso del tiempo, sobre todo, desde el punto de vista de la eficiencia energética. Nosotros defendemos un cambio de paradigma para que las familias no conciban las actuaciones en sus viviendas y edificios como un gasto sino como una inversión con importantes retornos en el plano económico y de bienestar, máxime cuando se realizan bajo consultoría energética, pues por un lado el inmueble se revaloriza y, por otro, conlleva un ahorro energético directo en su gasto
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