Entrevista

Verónica Sánchez: «Cuesta entender la dimensión del infierno que vive un maltratado»

La protagonista de «Ángela» profundiza en los desafíos de interpretar a una mujer atrapada en una relación tóxica, donde el dolor y la resiliencia van de la mano

Verónica Sánchez:
Verónica Sánchez:Atresmedia

Al comienzo del verano atresplayer nos sorprendió con “Ángela”, el thriller psicológico que desnuda con total crudeza el infierno que viven las mujeres maltratadas. Meterse en la piel de la protagonista fue el gran reto de Verónica Sánchez, que de manera magistral supo trasmitirnos la impresionante carga emocional de Ángela. De su experiencia, hablamos con la actriz.

¿Cómo ha sido la experiencia de convertirse en Ángela?

Pues ha sido un viaje muy interesante. Por un lado, un personaje con tanta carga emocional es todo un reto, pero resulta extenuante muchas veces, se maneja una atmósfera muy densa y cuesta comprender en su total dimensión ese inferno por el que pasan las personas que son sometidas a una situación como la de Ángela. A veces pensaba ‘Dios mío, no sé si soy capaz de llegar al final’, pero luego ves como va evolucionando todo y te sientes comprometida y agradecida con la historia. Al final, es divertido, es todo un viaje. También ayuda el grupo que se creó, rondando 3 meses el Bilbao con el mismo director, un equipo más bien pequeño, creando un ambiente muy íntimo y muy bonito.

¿Se siente mayor responsabilidad al transmitir un mensaje de tanta carga social?

Bueno, cuando una está interpretando un personaje, ya sea con la carga de Ángela o algo más ligero, creo que nunca te puedes plantear las cosas con un espectro tan amplio, porque de otra forma no puedes ir a lo más pequeño, a lo íntimo, que es de lo que te tienes que ocupar. Luego, ya si le estás dando vida a una mujer, maltratada o no, esto se puede volver demasiado grande a la hora de afrontar un personaje así. Tienes que centrarte en la historia que están contando, que es muy concreta, los sentimientos de ella, por lo menos a la hora de interpretar. Esa es mi responsabilidad como actriz, su impacto seguramente será más consecuencia del guion, del mensaje que los creadores quieran transmitir. En este caso, soy el vehículo y pretendo ser el mejor posible.

¿Es fácil disociar de un personaje así al llegar a casa?

A mí me cuesta, hay días que notas que te has quedado como apretada emocionalmente. Concretamente, cuando teníamos secuencias donde ella es maltratada físicamente, llegaba a veces con la espalda totalmente tensa porque has estado haciendo fuerza o la tensión que vive el personaje. Claro, la vives tú en tu en tu propio cuerpo y a lo mejor tu mente sabe que lo que está ocurriendo no es real, pero el cuerpo no. Entonces es necesario soltar y hacer un poquito de lo que sea que te vaya bien, ya sea meditar, hacer yoga o irte a tomar un vino o lo que sea, pero hay que soltarlo, claro.

¿Cómo construyó a Ángela?

Pensé que me iba a costar más, pero me ayudó mucho que, para una serie anterior, hice un trabajo con mujeres víctimas de maltrato, así que tenía esa información ahí, muy fresca. Luego trabajé mucho el guion con el director y con Daniel Grao. Llegábamos a puntos en común a base de largas sesiones de conversaciones, analizamos todas las perspectivas, posibles reacciones, efectos colaterales y poco a poco ves cómo se va levantando el personaje del papel y empieza a convertirse en una en una persona. Ha sido un proceso conjunto del que estoy orgullosa.

Impresiona la entereza del personaje.

Fue lo que más me costó, era muy difícil mantener el tipo en la incertidumbre y el estrés en el que ella siempre vive. Es un personaje que requería mucha energía porque siempre estaba al borde de desmoronarse y eso es algo que sufrí, porque requiere mucha tensión y mucha concentración. Y luego, obviamente, aunque le personaje te empujara a una emoción, tenía que estar siempre disponible para lo que el director me propusiera en el momento, si quería llevarme por un lado o por otro. Ser maleable en ese momento fue muy costoso.

Al final, Ángela también es una actriz.

Efectivamente, y el personaje de Daniel Grao también, porque de puertas afuera es un es un encanto de hombre, lo tiene todo, es inteligente, es un arquitecto exitoso, es guapo y luego él se encarga de demostrar un matrimonio idílico siempre que están con amigos. Ángela recibe comentarios como ‘qué suerte tienes, es el marido perfecto’, pero eso la lleva a estar cada vez más sola, porque, ¿a quién le vas contando el infierno que es tu casa cuando se cierra la puerta si nadie te va a creer? Él se ha encargado de desautorizarla ante todo el mundo y de aislarla también, entonces eso se lo pone muy difícil a ella hasta que consigue, incluso, hacerla dudar de su cordura, si lo que le está ocurriendo realmente está solo en su cabeza. Viven una realidad distorsionada y no debe ser fácil expresarse con naturalidad.