Irse de «road trip» con Carmen Maura siempre en un plan seguro. En un coche, un autobús, un avión o un tractor, no defrauda. Ese es solo uno de los alicientes de «Tierra de mujeres», la miniserie de seis episodios que estrena hoy Apple TV+ y que cuenta entre sus protagonistas con muchas estrellas (de ambos lados del charco), y entre las que destaca Eva Longoria. La ficción está creada por Ramón Campos, Gema R. Neira y Paula Fernández y dirigida por Carlos Sedes.

Brillante y sencilla

Todo comienza en Nueva York, donde la exclusiva vida de Gala (Longoria) está a punto de dar un vuelco que trastocará todos los planes de vida que pudiera tener. Su marido, Fred (James Purefoy) implica a toda la familia en un desfalco de 15 millones de dólares y desaparece. Enseguida aparecen dos matones, interpretados por Amaury Nolasco y Jim Kitson, que amenazan con acabar con la vida de Gala y la del resto de la familia. Ella decide entonces hacer acopio de los ahorros que le quedan, hacer las maletas y recoger a su madre Julia (Carmen Maura), española de nacimiento, y a su hija Kate (Victoria Bazua) y huir en una loca aventura hasta España, a Muga, el pueblo vinícola que vio nacer a su madre, y del que huyó hace 50 años. El pueblo, convertido ahora en «Tierra de mujeres», ve su tranquilidad comprometida con la llegada de tres mujeres que vienen buscando algo de privacidad y anonimato, pero que lo que conseguirán es revolucionar a todos los habitantes que guardan muchos secretos inconfesables. La estructura de la serie es en sí misma un caramelo para el espectador. Es una comedia dramática con un componente rural muy importante. Longoria, que nos tiene más acostumbrados a personajes relacionados con el lujo, manchará sus caros zapatos y traje, en lodazales de tierras catalanas, permanentemente cargada con su trolley, y seguida de una hija que no entiende qué se les ha perdido en España, lejos de su novia, y una madre más cerca de la demencia senil que de la plena lucidez. Además, la serie no es ningún engaño. Está concebida con brillantez y sencillez y su idea navega entre «Entre copas», con esa trama vinícola y con «El hombre que subió una colina y bajó una montaña», con la idea del extranjero que se dejará seducir por la belleza de una pequeña localidad hasta casi la integración total y consiguiendo una transformación hacia el exterior, pero también hacia dentro.

«Tierra de mujeres» es divertida y cordial y su alternancia entre el inglés y el español es un esfuerzo por empatizar con un trío de mujeres que también buscan su sitio alejadas de los lujos y comodidades a las que están acostumbradas. Los escenarios hacen parte del trabajo duro, dejándonos llevar por las tierras catalanas llenas de luz y de personajes pintorescos. El reparto se completa a la perfección con secundarios de lujo como Ariadna Gil, como la paciente camarera, o cualquiera de las dueñas de las tierras que harán cualquier cosa por hacerle la vida imposible al trío protagonista. Especial mención a Santiago Cabrera, en el papel de Amat, el patrón, que se encontrará en el lugar más incómodo de la ficción. Metido en un mundo de mujeres, fue ganándose poco a poco el respeto de todas ellas, justo en el momento en el que sufre el encontronazo con el trío protagonista. Como toda buena comedia las situaciones surrealistas campan a sus anchas y Carmen Maura se especializa en un personaje entrañable que causa caos allá por donde camina, con las miradas del pueblo sobre ella, su eterna rivalidad con su hermana Mariona (Gloria Muñoz) y permanentes flashbacks que nos contarán la historia que terminó con Julia emigrando a Estados Unidos hace 50 años.