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Interviú

El viaje (con Chester) a La Alcarria de Risto Mejide

Marina Castaño, viuda de Camilo José Cela, se abrió en una entrevista con el presentador de Cuatro

Marina Castaño sentada junto a Risto Mejide Cuatro

"El entrevistador está echado, boca arriba, sobre un chéster forrado de cretona". Así, parafraseando el comienzo del 'Viaje a la Alcarria' de Camilo José Cela, podría haber empezado perfectamente esta crónica sobre la entrevista de anoche en 'Viajando con Chester'; sólo queRisto Mejide está sentado, las piernas cruzadas, y su inseparable chéster no está forrado... al menos de cretona.

A su vera, Marina Castaño, que le recibió en la casa que compartió con su marido en la comarca de La Alcarria (Guadalajara), el Premio Nobel de Literatura. Durante la charla, la periodista gallega recordó muchos momentos vividos junto al genial escritor, sus excentricidades y su historia de amor, que fue blanco de las críticas por su diferencia de edad, incluso dentro de su propia familia.

"Nosotros elegimos (bueno, lo eligió Camilo porque yo no decidía nada) esto para vivir para estar lejos del tumulto de Madrid, pero también por añoranza de La Alcarria, por ese libro que escribió Camilo en 1946: y él sabía que aquí encontraríamos gente extraordinaria con el que compartir la vida", explicó Castaño sobre la finca.

Ya, dentro de la casa, esta explicó los pormenores de la misma al presentador del programa de Cuatro. "Camilo no leía mucho en sus años aquí porque decía que todas sus lecturas ya las tenía hechas; sólo leía lo que yo le indicaba", contó la periodista al hilo del recuerdo de unas interminables estanterías que contenían la magna biblioteca de Cela.

¿Cómo conocí a vuestro Nobel? "Era un seductor"

"Le conocí con 26 años. La atracción entre un hombre y una mujer no tiene edad", opinó la anfitriona ante un Risto, acérrimo defensor y practicante del mal llamado edadismo, que se mostraba muy de acuerdo.

¿Y dónde conoció al Nobel? "Lo conocí en un congreso histórico en Santiago. Yo estaba casada y tenía una hija pequeña. A Camilo José me lo presentó un concejal del Ayuntamiento de La Coruña", rebeló. "Ligó conmigo en el almuerzo que hubo en el restaurante anexo; yo no sentí nada. Vi que desde la mesa de al lado me miraba en la cena que hubo esa noche... Yo sonreía, qué otra cosa podía hacer".

"Era imposible resistirse a él: era un seductor", sentenció Marina Castaño.

Se atrevió ella con una anécdota amorosa: "Un día, viviendo ya en Madrid, suena el teléfono: lo llamaba Sandra Amelia Góngora, el que fue su gran amor. Quedamos para cenar los cuatro (ella estaba casada), y ella me dijo: 'No sabes como te admiro porque conseguiste lo que yo no conseguí nunca, enamorarlo hasta el punto de querer casarse contigo'"

¿Planificó o visionó Cela su amor con Marina? "A Rafael Montesinos (el gran poeta sevillano), que era amigo suyo, le dijo: 'Rafaelito, un día ganaré el Nobel y será de la mano de una mujer guapa y joven, pero que aún no ha nacido'"

Una relación que despertó muchos recelos: "Fue una cosa tremenda"

La consagración del escritor llegó con la entrega del premio Nobel en 1989, cuando aún no estaban casados. "En Estocolmo le dijo al comité Nobel que 'voy a recoger el premio con una mujer que no es mi mujer legítima pero lo será'".

"Un día me dijo si estaba dispuesta a dejarlo todo para irnos juntos: yo me pedí la excedencia en Radio Galicia con 26 años. Yo estaba convencida de lo que estaba haciendo, porque un día me dijo 'te pongas como te pongas somos inevitables'".

Cuando se hizo público que estaban juntos "fue una cosa tremenda porque aparecimos en la portada de una revista: habíamos ido a una cosa en Santander y yo le estaba limpiando la boca con una servilleta". "Mamá lo sabía y no me quería hablar. Papá se murió el año anterior y no sé si yo me hubiese atrevido con él en vida", confesó la periodista.

"Teníamos una atracción muy fuerte hombre-mujer, no hija-padre", abundó Castaño. "Cuando vieron que convivíamos con la normalidad de cualquier matrimonio, el entorno lo fue aceptando".

"Yo, a Camilo José, le censuraba la prensa para que no le hiciera daño ni le distrajera de su trabajo; no sé si estuvo bien pero yo hice lo que creía en ese momento", aseveró también. "En el amor, en la pareja, tiene que haber respeto, fidelidad y amor profundo. El amor se muere, pero no fue nuestro caso".

A la muerte de Cela

"A los seres insignificantes no podemos cederle ni un minuto de tiempo", dijo en relación a Gaspar Sánchez Salas, el secretario del autor de 'La familia de Pascual Duarte', quien largó de lo lindo de Marina Castaño a la muerte de Cela.

Sobre las amistades que la abandonaron cuando desapareció el Nobel, la gallega fue contundente: "Hubo muchas gentes que nos rodeaban habitualmente y que después se fueron desvaneciendo. Los que quedaron son una maravilla y fueron muchos",

Recientemente, coincidiendo con los 20 años de la muerte de Camilo José Cela, Marina Castaño 'le' escribió una carta abierta que levantó muchas ampollas. Allí señalaba a Camilo, hijo del que fue su marido: "Se ha comportado mal, en primer lugar con su padre, con quien fue muy ingrato: sólo se preocupó de él después de la muerte".

En la herencia del escritor "no había nada, cacahuetes", aseguró la periodista coruñesa.

Un premio Planeta bajo sospecha, nada nuevo bajo el Sol

¿Qué pasó con el premio Planeta? Cela lo ganó en 1994 con 'La cruz de San Andrés', y fue acusado de plagio: "No me explico como esta mujer de La Coruña pudo hacer creer que su texto se lo habían entregado a Camilo José para que lo copiara", opinó Castaño.

"La historia de esta novela se la conté yo, y él decía 'pásame más datos', y él los novelaba. Las protagonistas, que fueron mis mejores amigas, tuvieron la mala suerte de caer bajo las garras de una secta", narró su viuda.

Absorber litro y medio de agua vía anal

Respecto a la famosa anécdota catódica de la palangana comentó la entrevistada: "Con Mercedes Milá tenía un filin increíble", dijo ella. "Eso es una guasa, es una broma; a veces salía con cosas así",

"No es lo mismo estar dormido que estar durmiente, ni estar jodido que estar durmiente", respondió Cela otra vez que le pillaron dando una cabezada en público. "Fastidiaba entrevistas por una sola declaración", resumió la coruñesa.

Por último, en relación a la actualidad política, si Cela levantara la cabeza "estaría horrorizado, le estaría trastornando bastante la situación: vivimos en un momento muy grave, hay un gobierno que deja bastante que desear, no se ha permitido la alternancia democrática que debería..."