Ya era hora
Luca es botado de 'MasterChef' a pesar de los jueces
Pilu, la malage de Cádiz, quiso cargarse a la estepeña Ana endosándole una complicadísima elaboración, pero le salió el tiro por la culata
Tan lamentable fue el cocinado de Luca, que ni el empeño de los jueces y la realización de 'MasterChef' por tapar sus carencias pudo salvarlo esta vez. Hasta aquí llegó la prórroga interminable que el talent concedió al niño mimado, siempre entre algodones.
Los aspirantes de la undécima edición de 'MasterChef', una vez superada la expulsión de Jorge Juan, cocinaron en la 22ª entrega rodeados de lujo y sofisticación en el Restaurante Oroya, liderado por el chef peruano Diego Muñoz y ubicado en el Hotel The Madrid Edition.
Navarrete, si no sabes cocinar pa'que...
Antes del cocinado el programa de RTVE recibió la visita del diseñador Eduardo Navarrete, que iba a tener una función determinante en la prueba grupal: nada menos que elegir a los capitanes de ambos equipos: Lluis y 'Montgomery' Luca. Uno de los jefes contaría con un miembro menos en su grupo a cambio de poder elegir la elaboración.
Además, el menú que prepararon estaba diseñado por Diego Muñoz y se trataba un claro reflejo de sus raíces peruanas, aunque con algunas vetas mexicanas: ceviche de corvina y pulpo, anticucho de corazón de res, aguja de cerdo ibérico escabechado y, de postre, lúcuma con chocolate y pistacho.
Durante el cocinado, Luca (más pendiente del show que del cooking) le confesó a Ana que era aficionado a robar en los hoteles: "Como vea una almohada cómoda, me la llevo, y toallas...". A Álex, quien le contó era más de motel que de hotel, el niño mimado del concurso le aseguró no saber "qué es un motel".
Mientras tanto, Navarrete intentaba ligar con Lluis y Eneko: "Arriba canas y abajo ganas", llegó a decirle al exfutbolista en referencia a su edad.
A la hora de la verdad, los jueces fueron relativamente severos con Luca: "mucho animar y poco cocinar", le dijo Pepe Rodríguez, quien calificó el resultado del equipo azul de "airoso".
Jordi Cruz valoró positivamente la faena del trio de mandiles colorados (Eneko, Lluis y Pilu), ganadores del pulso, y proclamó a la malage de Pilu como la mejor de la prueba.
Una pluma con demasiada tinta
El equipo de los delantales azules, compuesto por Luca, Ana, Jotha y Álex, trocó el color del mandil por el negro, y tuvo que bajar al barro del test de fuego. Uno de los cuatro aspirantes no continuaría en 'MasterChef 11'.
Jotha, Álex, Luca y Ana, que alcanzaba el récord de pruebas de eliminación disputadas en la historia del talent, hubieron de replicar platos creados por seis jóvenes chefs que revolucionan la cocina desde la innovación y la puesta en valor del producto local: Lucía Freitas, del restaurante A Tafona; Javier Sanz y Juan Sahuquillo, del restaurante OBA; Camila Ferraro, del restaurante Sobretablas; y Javier Ferraro y Gorka Rico, del restaurante AMA.
A Pilu le tocó repartir las elaboraciones, asignándole el más difícil, el escabeche de gallo, a la estepeña Ana, quien había expresado que quería cocinar el postre de cítricos.
Además, el crítico gastronómico Alberto Luchini les facilitaría la tarea aportando valiosa información para la ejecución de la prueba. Pese a ello, Luca, bloqueado, montó el numerito antes de ponerse manos a la obra. Papá Pepe tuvo que salir al rescate del tiktoker en plan coach. Y a pesar de los pesares, el niño mimado de esta edición presentó un plato con tinta cruda. Mucha pluma para tanta tinta. Todo acaba en risas y con las bocas negras. Es Luca.
Parabienes para el cocinado de Álex: "Buen trabajo. Ha vuelto el niño". Ana acusó "falta de sutileza: estética parecida pero gusto totalmente diferente" al plato a copiar. "Castañazo". Jotha, por su parte, cocinó "muy contento" y salvó el pellejo.
¡Milagro!: se marchó Luca, quien dejó una reflexión final: "Se puede ser feliz sin un móvil".
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