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Sorpresa
Adara se enfrenta a su mayor fobia como castigo en 'Supervivientes 2023'
Los concursantes han tenido que pagar unas consecuencias tras aceptar unos regalos envenenados
‘Supervivientes 2023’ trajo el pasado martes, 30 de mayo, en 'Tierra de nadie' su famosa mesa de las tentaciones. Los seis concursantes han tenido que enfrentarse a unas deliciosas tentaciones a cambio de pagar una serie de castigos. Adara Molinero fue la encargada de inaugurar este juego. La modelo participaba con ganas y más al ser conocedora de la gran tarta de chocolate que podría ganar pero lo que no se imaginaba es que dicha tentación escondía varios castigos.
La tarta, que contenía el nombre de la concursante, estaba dividida en distintas tentaciones y repartidas en cada letra. La primera penitencia consistía en ir con unas gafas de oscuridad durante un día entero. Al ser conocedora del castigo, la superviviente entró en shock ya que ir a ciegas es uno de sus mayores miedos. "Esto es una fobia muy fuerte para mi, me da mucho miedo, lo paso fatal", confesaba Adara mientras Carlos Sobera, presentador de los martes y de Telecinco, la animaba: "Es tu oportunidad para poder superar ese miedo con tus compañeros cerca, lo mismo fuera no puedes tener otra oportunidad así".
Molinero acabó aceptando por lo que Laura Madrueño, al ver la disposición de la concursante quiso ofrecerle más. El segundo trozo tenía como penitencia estar atada junto a dos de sus compañeros: con el que mejor se lleva, Jonan; y con el que más choca, Asraf. La modelo reflexionó durante unos minutos la decisión volviendo a aceptar de nuevo pagar las consecuencias.
Momentos más tarde y tras pasar varios concursantes por la mesa, la superviviente continuaba con su tentación. Los siguientes castigos los aceptó sin conocerlos. "El público aplaudirá y tú deberás aceptar o no", le informaba Sobera. La madrileña además de hacer un pequeño trueque renunciando a una parte de la tarta a cambio de un bocata, acabó aceptando las penitencias secreteas:no comer nada que pasara por el fuego durante una semana, no hablar durante un día enteroy cortarse 15 centímetros de pelo .
Àrtur era el siguiente superviviente en tener que hacer frente a su tentación. El italiano llegaba con mucha seguridad sin saber que le esperaba. El concursante tenía la opción de aceptar una enorme bandeja de sushi a cambio de no poder tocar ningún tipo de comida durante una semana, es decir, tendría que comer por sus compañeros. Tras reflexionar en las consecuencias no dudó en aceptar su tentación.
Jonan fue el tercero en descubrir su premio envenenado. El influencer tenía la opción de aceptar una enorme hamburguesa vegana. "¡Qué barbaridad! Si me lo voy a tener que comer en una semana, se va a caducar..", soltaba Wiergo. Lo que no sabía es que al aceptar dicho premio debía raparse la cabeza. ‘’Yo que pensaba llegar a los festivales con la mohicana...". Tras ser conocedor de su castigo, el superviviente intentó negociar su rapado a cambio de más salsas. "Si te lo cortas al 2 te doy ketchup, mostaza y mayonesa", le decía Madrueño como última oferta a lo que el amigo de Dulceida aceptó. Tras esto, la propia presentadora comenzaba a cortarle el pelo para seguir haciéndolo Adara.
El cuarto concursante en conocer su regalo envenenado fue Bosco. El aristócrata lo tuvo más claro. Su premio era un gigante solomillo Wellington pero si lo aceptaba debía renunciar a una llamada telefónica con su madre. Tras pensarlo durante unos segundos, y haciendo alarde de su sentido del humor, renunció a la llamada de su madre. ‘’Mamá, nos vemos dentro de poco. Yo me lo como y pensaré en ti, te lo prometo. Oleré tu camisa como si estuvieses ahí’’, decía provocando las risas de los presentadores y el público. "Fíjate si tu madre sabe cómo eres que teníamos preparada la llamada con tu madre y ella nos ha dicho que, conociéndote, le ibas a rechazar", le decía Carlos Sobera desde el plató.
El quinto protagonista era Asraf. El míster tenía la opción de aceptar un kebab gigante a cambio de llevar un taparrabos y renunciar a la muñeca que la ha ido acompañando durante todo el concurso. "Que va, no puedo. Lo siento", decía Beno a lo que Adara reconocía que la penitencia del que fuera su amigo era dura. Al final acabó aceptando renunciar a la muñeca y llevar el famoso taparrabos además de llevarse también un cuenco de chucherías. "Isa lo entenderá", confesaba para luego pedir a sus compañeros que no se rieran de él.
Alma Bollo era la última en saber su penitencia y su premio. La concursante tenía que cortarse 45 cm de cabello a cambio de dos barcos de pasta a la carbonara y dos brownies. ‘’Si yo soy como Sansón, esta es mi fuerza, pero si es que a mi me cortan las puntas y lloro", decía sin saber qué hacer para más tarde aceptar y renovar su look. "¡Mamá! Prepárame una peluca, por favor, unas extensiones", decía sin ser conocedora de que el nuevo corte le favorece.
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