Lisboa
Un canto al talento en el arranque de la Web Summit
Más de 50.000 participantes se reúnen en Lisboa para debatir sobre el futuro en redes sociales, programación o inteligencia artificial.
La primera Web Summit que acoge Lisboa, la gran convención internacional de empresas tecnológicas que se celebra anualmente, abrió hoy sus puertas con la reivindicación de la innovación europea frente a crisis como la abierta por el «brexit», la desconfianza a la globalización o el proteccionismo.
Más de 50.000 participantes -7.000 de ellos directivos de empresas tecnológicas-, procedentes de 157 países, acudirán a esta edición, la primera de las tres que está previsto que acoja Lisboa, en la que se debatirá a lo largo de tres días el futuro del sector en redes sociales, programación o inteligencia artificial.
El fundador y consejero delegado de la Web Summit, Paddy Cosgrave, evocó los modestos inicios del Congreso, creado en Dublín en 2010 y a cuya primera edición asistieron apenas 400 personas, y valoró el ambiente de la capital lusa favorable al desarrollo de la innovación y el desarrollo tecnológico.
«Espero que quieran volver e invertir en Portugal», declaró por su parte el primer ministro luso, António Costa, en su intervención en la ceremonia de inauguración, en la que subrayó la importancia que tiene para el país acoger este congreso, ya que durante unos días Lisboa se convertirá en «capital mundial del emprendimiento».
El éxito de convocatoria de esta cita lo ejemplificaron las cerca de 3.000 personas, según Cosgrave, que se quedaron sin poder acceder al abarrotado recinto, el MEO Arena, en el que paradójicamente el fundador de la Web Summit no logró conectar su móvil con la retransmisión en vivo del evento a través de Facebook por un fallo en la red wifi.
En un debate sobre las «nuevas realidades» a las que se enfrenta la política, la sociedad y las empresas europeas, el director general de la OMC, Roberto Azevedo, reconoció que «tenemos un problema» en cuanto a la «incertidumbre» generada por el incremento del rechazo al libre comercio y el proteccionismo, así como por la sensación de que algunos sectores «han quedado abandonados».
Destacó que ocho de cada diez empleos están relacionados con «las nuevas tecnologías, la alta productividad, la innovación: contra eso no se puede luchar, es el futuro, hay que abrazarlo», enfatizó.
«Los políticos suelen dar la respuesta fácil al público, no quieren dar la difícil», dijo Azevedo, que defendió dar más atención a la educación y el desarrollo de capacidades.
Para el expresidente de la Comisión Europea (2004-2014) José Manuel Durao Barroso, quien también participó en ese debate, es «muy importante» que la Unión Europea «mantenga su posición en defensa de una sociedad abierta y la economía digital».
«Estados Unidos está claramente por delante de nosotros en cuanto a empresas tecnológicas, pero vemos que la UE crece exponencialmente» en ese sector, comentó, y confió que se mantenga esa tendencia «si no hay bloqueos a nivel nacional al mercado único digital».
Barroso, que recogió algunos abucheos entre la audiencia que llenó el recinto con su fichaje por el banco de inversiones estadounidense Goldman Sachs como telón de fondo, vaticinó «grandes posibilidades» entre los jóvenes europeos pero lamentó el incremento del nacionalismo o el proteccionismo.
Ante desafíos como la crisis migratoria o el «brexit», Barroso dejó claro que, «al final, la UE ha mostrado su capacidad de resistencia», mayor «de lo que la gente es capaz de reconocer».
Por su parte, el actor estadounidense Joseph Gordon Levitt, creador además de la compañía de producción colaborativa hitRECord, destacó en otra intervención el «potencial de cómo la tecnología puede impactar en la democracia» en referencia a su última película, en la que da vida al exagente de la CIA Edward Snowden.
«Si comparas la vida de hoy con la de hace cien años, las cosas están mejorando, la mayor parte de ese progreso tiene que ver con la tecnología», comentó.
Tras la apertura oficial del evento, los contactos entre los asistentes se trasladarán a los bares de las zonas de Cais do Sodré y el Barrio Alto, donde los organizadores han previsto una suerte de «cumbre nocturna» para hacer negocios en un clima distendido.
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