En el campo de los relojes deportivos están aquellos específicos, los de superlujo y aquellos que buscan compatibilizar un uso diario con prestaciones de deportistas. En este sentido el Huawei Watch Ultimate si sitúa entre todos ellos con sus modelos negro y titanio, este último con una correa de titanio que lo hace visualmente muy elegante, aunque poco apto para la comodidad que exige la práctica de un deporte. La opción de correa de goma es mucho más lógica (por confort y peso). De este modo empieza a ser obvio que este reloj tiene dos caras.

En términos de construcción estamos ante un reloj inteligente construido para durar y durar: tapa frontal de circonio, tapa trasera de cerámica, incorpora pantalla de cristal de zafiro y bisel de cerámica. Los tres botones en los laterales le suman calidad al diseño. Si a eso le agregamos una pantalla de gran tamaño (AMOLED LTPO para más datos) con un brillo que ya quisieran muchos móviles ( alcanza los 1.000 nits), es obvio que es fácil de ver y de trastear con él, aún en pleno ejercicio.

Incorpora sensores a todo vapor: giroscopio, aceleración, magnetómetro, frecuencia cardíaca óptica, barómetro, profundidad y temperatura. En este apartado el funcionamiento es muy adecuado aunque hay que tener en cuenta una condición propia de este tipo de relojes: muchas de las mediciones exigen un contacto completo con la muñeca, por lo que hay que llevarlo ajustado. Si es así, el ritmo cardíaco, la saturación de oxígeno en sangre y la medición de temperatura funcionan con credibilidad…siempre que tengamos en cuenta que no se trata de un dispositivo médico.

Otra muestra de su construcción sólida y su ADN deportivo es su resistencia al agua: es capaz de sumergirse a 100 metros de profundidad. A eso habría que agregarle el GPS de doble banda (aumenta mucho la precisión) y el uso de los botones. Hay dos en el lado derecho y uno en el izquierdo que incluye el modo de expedición: basta con pulsarlo para que el Huawei Watch Ultimate nos permita volver al punto de partida. Tiene modo para 100 deportes (una exageración, personalmente pero es la tendencia) y muchas de sus configuraciones, incluso lo que vemos en pantalla, es personalizable, para adaptarse tanto a la estética del propietario como al deporte que practique.

La batería (530 mAh) permite un uso intensivo de una semana (periodo que se duplica si cuidamos la intensidad de uso). Afortunadamente incluye su cargador inalámbrico…desafortunadamente no incluye el transformador de corriente. Le bastan 5 minutos de carga para llegar a casi el 25% y en 20 minutos tenemos 2 tercios de la batería cargada. Y sí, también permite hacer llamadas y contestar mensajes de modo automático con solo pulsar un botón (las respuestas se pueden configurar individualmente).

En pocas palabras: se trata de un reloj de construcción de altísima calidad, con excelentes prestaciones para deporte, alta resistencia, muy buena batería y carga y capaz de hacer casi todo lo que le pedimos. ¿Cuál es la contra? La misma de siempre, la habitual con Huawei: sus servicios. Dependemos casi por completo de la compatibilidad del reloj con el sistema operativo del teléfono. Si tenemos un Huawei, tendremos acceso a todas las prestaciones y una sincronización casi instantánea y sin fallos. En el lado opuesto tenemos a los iPhone. Si es el caso quedaremos prácticamente huérfanos de las aplicaciones habituales. Y en el medio se encuentran los móviles con Android. Aquí hay que hacer algunos malabares para descargarse aplicaciones y no todas se sincronizan con la aplicación Huawei Salud, esencial para que funcione el reloj. Y esto, en un reloj que va de los €749 a los €899, puede ser un lastre muy importante.

Veredicto: Es cierto que los materiales y el diseño son de gran calidad, pero a menos que tengamos un móvil Huawei o estemos dispuestos a hacer algunas maniobras de descargas alternativas, hay opciones más económicas con prestaciones similares.