SUCESOS
"Lo único imposible es aquello que no intentas": el lema de los estafadores telefónicos que tenían 'topos' en los bancos
La Policía Nacional investiga cómo obtuvieron los estafadores telefónicos peruanos la ingente cantidad de datos de personales de millares de personas en España
Una cartera con los datos de cientos de miles de españoles. La información que tenía en su poder la organización criminal peruana, liderada por un hombre al que apodaban 'Mi Causa', era de las más extensas de la historia. La Policía Nacional ha desarticulado a esta banda y ahora indaga en conocer cómo la obtuvieron y tienen dos hipótesis sobre la mesa: que fuera comprada en la internet oscura o que algún 'topo' de los 'call center' de los bancos se la haya proporcionado.
El Grupo IX de la Jefatura Superior de Policía Nacional de Madrid, experto en los delitos tecnológicos, ha desarrollado en dos fases la denominada 'Operación Avis'. Este bautismo se debe a que el principal objetivo de estas personas eran los ancianos, que caían en sus estafas. La prensa peruana se hizo eco el pasado viernes de esta investigación que ha generado un gran revuelo en el país.
La autoridades llegaron incluso a convocar una rueda de prensa. Las entradas y los registros se llevaron a cabo principalmente en Lima. En este punto, los delincuentes disponían de tres 'call center' desde donde realizaban más de mil llamadas diarias a nuestro país. Habían adquirido la franja horaria de España para trabajar.
Un lema para los trabajadores de las oficinas en Perú
En las paredes de estas oficinas tenían expuestos mensajes de motivación a sus empleados. "Lo único imposible es aquello que no intentas", esgrimía uno de ellos. La especialista de estas personas era la estafa conocida como del vishing. Tenían perfectamente desarrollada su actividad criminal.
Los trabajadores tenían sobre la mesa un escrito con qué decir en cada llamada. Un mensaje que modulaban y cambiaban dependiendo de la entidad bancaria de la que fuera cliente la víctima. Por este detalle, los agentes de la Policía Nacional sospechan que tenían 'topos' en los 'call center' externos de las grandes empresas.
En nuestro país tenía una estructura de personas que rondaban durante horas los cajeros para sacar de las oficinas bancarias el importe económico que estafaban a sus víctimas. La investigación se inició en agosto de 2022 al tener conocimiento de que podría existir este grupo criminal.
Con el avance de las diligencias, los policías comprobaron que existía una estructura piramidal formada por personas de máxima confianza -familiares y amigos íntimos- con un claro reparto de funciones. En Perú se encontraba el líder de la organización, que tenía bajo su mando a tres personas que controlaban cada uno de los centros de llamadas. Le apodaba 'Mi causa', y tenía un ritmo de vida alto para la zona donde residía.
Celebraban las primeras estafas de los trabajadores de reciente incorporación. En el eslabón inferior estaban los trabajadores que se encargaban de realizar las llamadas a las potenciales víctimas estando en inmediata colaboración con los que operaban en España.
Medio centenar de trabajadores
El modus operandi de esta estafa conocida comovishing, consistía en realizar llamadas de manera masiva obteniendo la información de bases de datos y siguiendo un guion establecido para ganarse la confianza de las víctimas. Utilizaban técnicas de ingeniería social, conseguían enmascarar el número de teléfono -spoofing- desde el que realizaban la llamada, logrando así que en la pantalla de los afectados apareciera el nombre y el número oficial de atención al cliente de su entidad bancaria, dando más realismo a la estafa.
Todo ello lo realizaban desde los tres centros de llamadas donde trabajan unas 50 personas de manera simultánea realizando miles de llamadas diarias. Una vez les hacían creer que tenían un cargo fraudulento y que su cuenta estaba bloqueada, les indicaban los pasos a seguir en la aplicación de su banco -utilizando para ello los manuales de usuario que les facilitaban los líderes de la organización- simulando que el código que recibirían en sus teléfonos móviles les permitiría desbloquear su cuenta.
El engaño finaliza una vez que ese código era facilitado por la víctima a su interlocutor quien, de manera inmediata, lo enviaba a los otros miembros de la organización ubicados en España. Estos se encontraban en modo alerta en calles en las que se existían sucursales de entidades bancarias próximas para la retirada de efectivo del cajero utilizando dicho código.
Los beneficios de la estructura en España
Una vez tenían el dinero en su poder, se apropiaban de un porcentaje que oscilaba entre el 20 y el 30 por ciento, transfiriendo el resto a la organización en Perú por medio de empresas dedicadas al envío de efectivo a otros países. Los empleados de España se repartían por diferentes ciudades para dificultar así cualquier investigación policial posterior. Utilizaban claves secretas con sus compañeros de los centros de llamadas para informarles de las entidades que tenían a la vista mediante unos códigos de colores en función de las sucursales en cuestión.
Una vez los investigadores lograron identificar a los miembros de esta organización, con la colaboración de la Agregaduría de Interior en Perú, establecieron un dispositivo policial formado por más de un centenar de agentes para la localización de todos ellos. De esta forma, se realizaron 29 entradas simultáneas en España y en Perú, logrando la detención de 83 personas como presuntos responsables de los delitos de estafa agravada, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal.
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