Los Ángeles
Spike Lee: «Todos somos animales instintivos»
El cineasta estadounidense versiona la cinta de culto «Oldboy», de Park Chan-wook, una historia de venganza y redención que ya en 2003 el coreano había llevado a la gran pantalla a partir de un manga
Como le ocurrió a muchos que vieron el nacimiento de la obra maestra de Park Chan-wook, el director criado en Brooklyn se quedó perplejo: «Era una historia sin precedentes con los mejores ingredientes de misterio y de venganza retratados de la forma más dura posible. Nadie había visto nada igual. Yo tampoco», aseguró Spike Lee. Quizá por ello, al explicar su decisión de hacer una nueva versión de la cinta de culto, el director niega su condición de «remake». «Siempre me pareció una reinterpretación de una historia que podía presentarse de diferente manera. Park Chan-wook hizo una película genial, pero antes de eso estaba el manga japonés, y me pareció una oportunidad para ofrecer una nueva visión del material original», explica. Tampoco el director coreano quiso implicarse demasiado en el proyecto. Cuando Josh Brolin, protagonista del filme, se puso en contacto con él, lo dejó bastante claro: «Hagáis lo que hagáis, que sea vuestra película», recuerda el actor.
Compromiso racial
Para Spike Lee esta versión constituye un cambio de tendencia en su carrera que ya había comenzado con «Plan oculto», la historia de un atraco a un banco protagonizada por Denzel Washington, y en el que se percibe su inclinación por los «thrillers» sobre el comportamiento humano. Los comienzos de Spike Lee fueron, sin embargo, muy diferentes. «Haz lo que debas», «Nola Darling», «Malcolm X» y «La última noche» son ejemplos de la inquietud principal del director: los conflictos raciales en Estados Unidos. No en vano, su productora se llama «40 acres y una mula», en referencia a la donación pública a todos los antiguos esclavos negros tras la Guerra de Secesión y la consecuente abolición de la esclavitud. Algunos han llegado a acusarle de actitudes racistas hacia los blancos. Sea como fuere, parece que los intereses de Spike Lee han cambiado. En su nueva película, al director no le ha preocupado que la historia se moviera de su hábitat natural, los paisajes coreanos. «Es una gran historia y funciona en cualquier lugar, pero tenía claro que no debíamos obviar ninguno de los temas que toca», explica. En este sentido, el director ha optado por una versión más limpia, más primaria. «Cuando encierran a Joe (el protagonista) recupera los instintos animales que todos llevamos dentro, pero que intentamos dominar. La mayoría de las civilizaciones enseñan a controlarlos o, al menos, a no exhibirlos en público, pero por dentro seguimos siendo animales instintivos», añade el director.
Sobre el manga original
Quizá esta versiónresponda a la interpretación que Lee hace del fatal devenir del protagonista, que, en la película de Park Chan-wook, está movido principalmente por la venganza. «Obviamente trata sobre eso, pero también es la historia de alguien que busca la redención. Joe es un alcohólico, un adicto, no es una persona maravillosa, y le hacen falta veinte años de encarcelamiento para empezar a ver la luz», dice sobre la película, cuya banda sonora está firmada por el español Roque Baños. En la elección de esta perspectiva fue esencial la primera versión de guión, de Mark Protosevich: «Creo que trata de la lucha por encontrar la paz interior, de enmendar errores del pasado y del impulso de la venganza», asegura el guionista, al que le interesó la idea de regresar al manga original. En todo caso, Spike Lee, consciente de su atrevimiento al adaptar una cinta de culto, advierte: «Los seguidores de la primera película deberían prepararse para ver algo diferente, aun tratándose de un homenaje a lo que hizo antes».
Todo comenzó en un manga
El genio visual de Park Chan-woo se apuntó el tanto de «Old Boy» en 2003, pero lo cierto es que la idea ni era suya ni nació en Corea. El cineasta adaptó un manga –una serie de cómic japonesa– creada por la pareja de mangakas (autores) G. Tsuchiya y N. Minegishi. La historia era básicamente la misma, pero el manga profundizaba en la tensión psicológica de Goto, un hombre que busca venganza tras diez años secuestrado sin motivo
aparente, y su adversario, que desde el comienzo se pone en contacto con él (a la derecha, el protagonista en una viñeta). La historia, publicada en 1995, fue un éxito de ventas. La editorial DeBolsillo retomó hace apenas unos meses la edición en español en tres tomos repletos de los ingredientes que caracterizan al filme: sexo, poder y odio. La serie tenía un trazo claro y cercano al dibujo occidental, con rostros nada japoneses, un estilo con el que años más tarde triunfó Naoki Urasawa, autor de series como «20th Century Boys» y «Monster».
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