Francia
Un español contra los virus «de moda»
Juan Reguera ha recibido 300.000 euros de la mujer más rica del mundo, Liliane Bettencourt, a través de su fundación. Montará un laboratorio para descubrir cómo se multiplica el chikungunya y entender también el proceso del zika y el ébola
Juan Reguera ha recibido 300.000 euros de la mujer más rica del mundo, Liliane Bettencourt, a través de su fundación. Montará un laboratorio para descubrir cómo se multiplica el chikungunya y entender también el proceso del zika y el ébola
Juan Reguera quiere sentar las bases para que, de aquí a cinco años, se pueda conocer cómo se multiplican los virus que más daño hacen hoy. Aunque su investigación se centra en el chikungunya, como su estudio pretende conocer la parte más básica de la replicación de los virus, sus hallazgos «podrían extrapolarse a otros como el Zika, el dengue, el MERS, el SARS e, incluso, el ebola», afirma el investigador que atiende a LA RAZÓN desde Grenoble (Francia) donde trabaja en uno de los centros más prestigiosos, el Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL). Es por lo prometedor de su estudio por lo que la prestigiosa fundación francesa Bettencourt Schueller le ha dado su principal galardón a las Ciencias de la Vida que se otorga cada año, desde 1997, al investigador joven más prometedor. En realidad han elegido al mejor entre los mejores. «Al ganador lo seleccionan de los veinte investigadores que el Gobierno francés recluta para el programa de excelencia Atip-Avenir, donde sólo entran los mejores en biomedicina», explica el premiado. Y es que gracias a los 300.000 euros que le otorga esta fundación, creada por la dueña del imperio L’Oreal, Liliane Bettencourt, Reguera va a tener la oportunidad de montar su propio laboratorio. Un hecho que, lamentablemente es difícil de conseguir en España.
«Gracias a esta dotación extraordinaria voy a poder contrartar a dos científicos más que trabajen conmigo en el laboratorio que espero que esté operativo a partir del próximo mes de junio». Ahora mismo, acaba de concluir una primera ronda de reclutamiento y, tras unos meses, «iniciaré una segunda». Y es que, como explica el investigador segoviano de 39 años, «la intención de este tipo de galardones es que apuestan por proyectos con ideas que, más adelante, puedan seguir pidiendo financiación a otras instituciones. Es una garantía para seguir desarrollando una misma línea de investigación», apunta.
En lo que trabaja concretamente Reguera es en conocer cómo funciona el mecanismo de replicación de virus como el del chikungunya. Es decir, «descifrar cómo copia su genoma». En el argot científico estas multiplicaciones del ARN de un virus se conocen por el nombre de complejos replicativos y, aunque son procesos complejos, «se realizan de manera coordinada». De ahí que «una vez que contemos con la base para un virus como el chikungunya, se pueda utilizar, modificando ciertos aspectos, para otros que funcionan igual como el zika, que es del mismo estilo». Para conseguirlo, en el laboratorio de Grenoble, donde ya se está trabajando para identificar el mecanismo del virus de la gripe, se trabaja a partir de biología estructural y, gracias a ello, «vemos cómo interactúan los átomos y las moléculas» que conforman el virus. Para conseguir determinar estas conexiones es necesario algo más que un simple microscopio. «Usamos una técnica de difracción de rayos x que nos permite estudiar la materia átomo a átomo». Y, de este modo, descubrir como el ARN viral no deja de multiplicarse.
Una vez conocidas «estas claves se puede desarrollar una hipótesis que se extrapolaría a otros virus» con una forma de actuación similar. Todo ello lo realizará en el laboratorio que está montando en Marsella. «Espero obtener el modelo en cinco años», dice con optimismo. Gracias a la información que aporte le investigación de Reguero no sólo se avanzará en el conocimiento de los virus más desconocidos hoy en día y que más daño están haciendo a los humanos, sino que al conocer cómo el virus se expande, «podremos diseñar nuevos medicamentos que terminen con estas infecciones», sostiene el investigador español. «El zika nos ha pillado muy desprevenidos, aunque lleva mucho tiempo circulando, hasta que no se han visto los problemas de microcefalia que crea no nos hemos puesto a investigar».
Reguera ahora forma parte del grupo de 20 prestigiosos investigadores que han recibido el galardón de la Fundación Bettencourt Schueller y que ayuda a que impulsar la investigación en el país galo. Lo malo es que, con esta retribución, España pierde otro investigador prometedor más. «Algo como lo que voy a hacer ahora, con mi propio laboratorio, sería impensable en nuestro país», afirma el científico. Reguera lo sabe bien. Tras completar sus estudios de Bioquímica en la Universidad Autónoma de Madrid, en 2001 «me seleccionaron para un contrato Ramón y Cajal». Una fórmula que, aunque te aporta un sueldo diario, no te asegura ninguna plaza «porque esa asignación va por un sistema diferente». Así, mientras en los países vecinos apuestan por los nuevos talentos y les ofrecen un laboratorio donde trabajar, «durante el primer año, hasta que consigues un poco de dinero, te quedas atrás en la competición por ese puesto fijo». Es por eso que muchos españoles optan por salir de nuestro país y ganar experiencia allende nuestras fronteras. «Es una tragedia que tengas que irte fuera para tener más posibilidades de conseguir un trabajo en España». Lo cierto es que Reguera tiene claro que si «solicito esa plaza dentro de cinco años lo voy a tener mucho más fácil que los que se han quedado allí porque yo no he dejado de avanzar».
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