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Salud
La revolución que ha convertido a Suecia en el primer país del mundo libre de humo
La tasa de fumadores del país nórdico se sitúa ya en el 4,5% gracias al snus y a las bolsitas de nicotina. Las alternativas libres de humo reducen la exposición a sustancias tóxicas en hasta un 95%

Suecia inventó el cinturón de seguridad moderno. Ahora quiere compartir otra revolución que salvará millones de vidas. Las bolsitas de nicotina. En 1980 la tasa de fumadores del país nórdico rondaba el 35%. En 2024 sólo el 4,5% de la población sueca fuma a diario, según datos de la Agencia de Salud Pública Sueca, convirtiéndose en el primer país del mundo libre de humo en base a los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que sitúa el umbral en una tasa de tabaquismo del 5%. ¿Cómo? Gracias al snus, a las bolsitas de nicotina y a una política antitabaco orientada hacia la reducción del daño. Mientras, España, con un modelo radicalmente distinto –el Gobierno ultima una ley antitabaco para prohibir los vapers desechables, restringir su uso en espacios públicos y elevar sus impuestos–, registra actualmente datos similares a los que tenía Suecia hace 40 años: el 33,1% de la población española fuma a diario, 10 puntos por encima de la media de la UE (24%), según datos de 2022 del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA).
El hito sueco ha sido posible gracias al snus, un producto autóctono de tabaco sin humo en formato húmedo y pasteurizado, consumido por vía oral, que se coloca debajo del labio para administrar nicotina a través de las encías. Esta alternativa libre de humo tiene más de 400 años de historia, pero en la década de los 70 evolucionó al formato actual, en bolsitas monodosis. Tal fue la apuesta de los suecos por el snus, que exigieron como condición para unirse a la UE poder seguir vendiendo este producto, prohibido en el resto de la UE. En 1990 el snus sufrió otra revolución al surgir un nuevo formato con menos tabaco y una parte de nicotina farmacéutica para más de 20 años después dar a luz a las bolsitas de nicotina, el último pilar del milagro sueco.
Estas, al igual que el snus, se administran por vía oral, pero no contienen tabaco, simplemente nicotina farmacéutica (la misma que en los chicles o parches), agua, fibras de plantas, saborizantes y endulzantes. También ayuda al éxito una regulación y fiscalidad basada en premiar a las alternativas menos dañinas que el tabaco con una fiscalidad inferior. Actualmente, las bolsitas de nicotina tienen una fiscalidad del 7%, los vapeadores del 11%, el snus del 18% y los dispositivos de calentamiento del tabaco del 32%, frente al 100% que se le aplica a los cigarrillos tradicionales. «Los productos que causan mayor daño en la salud tienen impuestos más altos», señala Mikael Damberg, exministro de Finanzas sueco. El Dr. Anders Milton, médico y expresidente y director ejecutivo de la Asociación Médica Sueca, dice: «La clave del éxito de Suecia es su enfoque pragmático en la reducción de daños en lugar de la prohibición».
Como resultado, los logros de Suecia en materia de salud son incomparables. La incidencia de cáncer es un 41% inferior que en otros países europeos, lo que significa un 38% menos de muertes por cáncer. Según el informe «La experiencia Suecia, hoja de ruta para una sociedad sin humo», replicar el modelo de este país podría salvar 3,5 millones de vidas en la UE durante la próxima década.
Los expertos insisten en recordar que lo que causa cáncer y mata es el humo, la combustión, no la nicotina. Por ello, una vía para reducir las enfermedades y muertes por tabaquismo es implementar políticas de reducción del daño, facilitando el acceso y bajando los impuestos a las alternativas que reducen entre un 90% y un 95% (dato medio del mercado) la exposición a sustancias tóxicas, como el tabaco calentado, los vapeadores o las bolsitas de nicotina. Estas bolsitas, además de ser menos perjudiciales al eliminar el humo, reducen la ansiedad de consumo porque la absorción de la nicotina es más lenta y sostenida frente al tabaco, que ofrece una saciedad instantánea pero breve.
La popularidad de estas alternativas en Suecia es evidente en los estancos, donde los cigarrillos ocupan apenas un 15% del espacio en las estanterías. El resto lo llenan las latas de bolsitas de nicotina de diferentes sabores, el snus y en menor proporción, los vapeadores. La concienciación juega un papel clave, pero también el precio: mientras un paquete de tabaco cuesta 7,70 euros, un pack de 10 latas de bolsitas de nicotina (20 unidades por lata) cuesta unos 29,40 euros, es decir, menos de 3 euros por lata (hasta 4,5 euros según la marca).
Patrik Ströme, secretario general de la Asociación de Fabricantes Suecos de Snus, espera que "dentro de cinco años se vendan en Suecia más latas de bolsitas de nicotina que de snus con tabaco". "Hasta ahora hemos visto que dos generaciones sin tabaco son el resultado de las opciones disponibles en Suecia. Cada paso hacia alternativas de menor riesgo al uso de tabaco tradicional es bueno, donde lo más importante y vital es la transición del producto de tabaco combustible al producto de nicotina sin humo”, añade.
Una de las marcas líderes en el mercado sueco es Velo, de British American Tobacco (BAT), que ha tenido gran éxito en este sector y reduce la exposición a sustancias tóxicas en un 99%. Alrededor del 80% del negocio de BAT en Suecia proviene de productos sin humo, superando su objetivo global de que la mitad de sus ingresos procedan de productos libres de humo en 2035. BAT invierte 400 millones al año en nuevas categorías (Velo, glo –tabaco calentado– y Vuse –vapeador–) en su esfuerzo por alejarse del cigarrillo.
LA RAZÓN ha podido conocer el proceso de fabricación de las bolsitas de nicotina en una de las cuatro fábricas de Velo, la de Malmö (Suecia), donde BAT produce 2.680 millones de bolsitas anualmente, un 64% más que el año pasado, y trabaja para ampliar la capacidad de la planta. En un ambiente fresco y con aroma a mentol, 300 empleados operan en cuatro líneas de producción de bolsitas de nicotina y cinco de snus. Aunque ambos procesos son similares, el snus requiere ocho horas adicionales. En ambos casos, los ingredientes se mezclan, envasan en bolsitas individuales y se empaquetan para la venta en latas individuales o en packs de 10 latas. Las nuevas categorías libres de humo generan 3 millones en ganancias anuales para British American Tobacco.
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