Es muy común escuchar a personas de generaciones anteriores a los 'milennial' hablar sobre que en su época, 'las cosas se fabricaban para que durasen'. Y es que desde hace unas décadas hacia el presente, parece que cada vez nos vamos acostumbrando más a que los objetos tengan una obsolescencia (programada o no) mucho más corta.

Aún hoy en día podrían estar en circulación coches fabricados en España hace más de medio siglo, aunque no lo hacen más que en competiciones por cuestiones de regulación medioambiental. La moda, en la mayoría de sectores, ha ido virando mayormente hacia un mayor volumen de consumo, pero una bajada en la calidad o durabilidad de los productos. Ya sea en ropa ('fast fashion'), telefonía móvil, electrodoméstico o incluso muebles, el 'culto por la novedad' nos ha llevado hasta hace poco al 'usar y tirar' sin miramientos.

Ya sea por simple tendencia o por un rechazo hacia esta forma frenética de consumo, cada vez más personas buscan elementos antiguos o 'vintage' porque en muchas ocasiones tienen una vida útil mucho más duradera que sus homólogos contemporáneos. Puede que ese viejo mueble en la casa de la abuela no tenga un agujero para pasar los cables ni case con la última moda, pero desde luego que está fabricado en madera sólida y no en conglomerado con cartón.

El incoveniente de los bienes antiguos es que la mayoría de las veces hay que adquirirlos de segunda mano, y no siempre es fácil dar con lo que uno busca o necesita. En otras ocasiones, los precios pueden ser un tanto disparatados, y quien no tenga demasiado conocimiento sobre el tema puede ser víctima de una estafa con facilidad.

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Y esto puede ocurrir tanto al comprar como al vender, ya que podría darse el caso en el que queremos deshacernos de alguna reliquia o posesión familiar y la ofrecemos 'por cuatro perras' como diría antiguamente, sin saber que estamos desperdiciando una fortuna. Es conveniente, antes de tirar o poner a la venta cualquier producto que tenga ya unos cuantos años, consultar en internet alguno similar o acudir directamente a un tasador.

Rebusca bien por casa: este vidrio antiguo podría valer su peso en oro

Uno de los sectores en el que siempre han estado de moda los bienes 'vintage' es en el mundo de la decoración: los años pasarán y, precisamente por eso, allí seguirán las tiendas de antigüedades. Y dentro de la ornamentación, el vidrio y las vajillas parecen estar viviendo una total resurrección en los últimos años. La marca española Duralex, entre otras, ha vuelto a fabricar diseños casi idénticos a los que había hace décadas.

En muchas casas antiguas familiares de mitad del siglo pasado, ahora reconvertidas en alojamientos para estudiantes 'Erasmus', aún se conservan vajillas de esta marca y otras parecidas de la época. Pero esta y otras auténticas joyas nacionales se han revalorizado, y como ahora cotizan a la alta, ya no disfrutan de ellas los jóvenes euro ciudadanos de piso compartido.

Existen sin embargo otra clase de vajillas y vidrios de diseño o fabricadas por casas muy exclusivas en el pasado que hoy en día valen, literalmente, su peso en oro o más. Si se está realizando una limpieza o remodelación de un hogar y se piensa en tirar algunos 'trastos viejos', conviene antes asegurarse de que no formen parte de cierta clase de bienes de gran valor.

No es tan fácil de identificar el vidrio antiguo, ni su edad quita que pueda ser una imitación, pero algunos detalles como el grosor, el peso, la calidad de la pintura o la forma en la que se le estampó una firma o marca pueden dar pistas sobre ello. Las piezas realizadas a mano suelen tener pequeñas irregularidades, y las fabricadas en masa alguna cicatriz de los moldes con los que se hicieron.

Algunas de las marcas o estudios exclusivos más caros que fabricaron vidrios o vajillas y se pueden encontrar en España son: Murano, Lalique Poissons, Venini Fulvio Bianconi, colección Harcourt De Baccarat, Émile Gallé, etc.

De igual forma, muchos objetos fabricados con técnicas y estilos tradicionales también pueden tener un gran valor. Algunos ejemplos podrían ser el cristal checo de Bohemia, el estilo veneciano, las piezas modernistas o los objetos del art nouveau. Con una pequeña navegación por páginas web de segunda mano especializadas, se puede comprobar lo muy cotizados que están en el mercado.