Carmen Conesa
Carmen Conesa: «No son un adorno, sino parte de la familia»
La actriz siempre ha vivido con animales. Ahora tiene tres perros y afirma que «hay mucho que aprender de ellos: de su entrega, su protección y su lealtad».
La actriz siempre ha vivido con animales. Ahora tiene tres perros y afirma que «hay mucho que aprender de ellos: de su entrega, su protección y su lealtad».
Después de sumergirnos en el demente y fascinante mundo «al revés» de «La Familia Addams», donde estar triste es ser feliz, lo insensato realmente es sensato, sentir dolor es sentir alegría, lo imprudente para ellos es lo prudente y donde los sueños están construidos por la muerte y el sufrimiento, quedamos nada más y nada menos que con Morticia. El musical, después de 250.000 espectadores en Madrid, está haciendo las maletas para estrenar en el Coliseum de Barcelona, mientras compagina la función con una serie en la TV3, «Como si fuera ayer». Nos encontramos en la estatua de Quijote y Sancho de la Plaza de España madrileña, mientras los turistas chinos la fotografían. La acompañan Cora, nombre inspirado en el libro de Córtázar, Kamila, «porque me gustaba con K, sin más», y Pungsley, «el nombre de mi hijo en la función». Las dos hembras son lebreles, aunque realmente se tratan de galgos enanos. Y el macho es una mezcla de spitz y pomeran». Cora es de criadero «porque nos atropellaron a un cachorro de acogida y a otro que teníamos le mató un perro grande. Tenía el sueño de un lebrel azul y lo cumplí. Entonces llegó Cora y luego su hija, que es Kamila. Pasado un año, no se reconocen como tal. Simplemente se desvinculan y solo son buenas amigas, compañeras de juegos, y se llevan fenomenal». Durante la sesión de fotos, Carmen posa, ellos solo atienden a sus órdenes, la lamen, la quieren... se le suben al regazo. La actriz siempre ha tenido animales y nos matiza una y otra vez «que tenemos que aprender mucho de ellos: de su entrega, su protección, su lealtad». Y matiza enérgica: «Un perro es una lección de comportamiento del que deberíamos aprender los humanos». La actriz no les malcría. Intenta darles pienso ecológico y que el resto del tiempo paseen mucho y corran por la calle: «Camino cuatro horas diarias, lo que les vuelve locos. En nuestros paseos me ayudan a ver y a vivir la vida de otro modo. ¿No te has dado cuenta de que hay gente mayor que si se muere su perrito ellos se van detrás? Es una vinculación muy, muy fuerte. Somos una verdadera manada. Donde están ellos estamos mi pareja, mi hija y yo. Si me voy más de un mes fuera de casa, por las giras, me los llevo. De lo contrario, los dejo con ellos». Se percibe la vinculación. La fotógrafa y quien esto escribe solo conseguimos acercarnos a los cachorros si ella lo permite. Son guapos, educados y dóciles. «Si hago la siesta –prosigue Carmen– están conmigo, si me siento a ver la tele, también. Son parte de la familia... ¿Hay otra forma de entender a un perro? Yo no la conozco. No son un adorno; forman parte de la familia».
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