Galicia

La camiseta blanca de Asunta rompe la coartada

La última reconstrucción del crimen. El matrimonio pudo depositar el cadáver en la pista forestal antes de acudir a comisaría

Asunta y sus padres, en una foto familiar
Asunta y sus padres, en una foto familiarlarazon

El cadáver de Asunta Basterra, la niña de 12 años asesinada cerca de Santiago de Compotela, pudo ser depositado, en la pista forestal de Cacheiros, en la parroquia de Teo, antes de que sus padres se presentaran, a las 22:31 horas, en la comisaría de Policía de la citada ciudad para denunciar la supuesta desaparición de su hija.

En los primeros días tras el crimen se conocieron diversos testimonios de personas que habían pasado por ese lugar después de la citada hora y no habían observado nada anormal, hasta que dos personas, poco después de la una de la mañana, encontraron el cadáver y, tras algunas dudas, ya que uno de ellos había conducido un automóvil sin carné, se decidieron a comunicar el hecho a la Guardia Civil.

De confirmarse estos testimonios, el matrimonio tenía una coartada perfecta para que no se le relacionara con la colocación del cadáver en el lugar en que apareció. Rosario Porto pidió a la Policía que le acompañara a los lugares donde se podía encontrar la niña y su padre realizó una serie de movimientos por Santiago para garantizar, según sospechan fuentes conocedoras del asunto, que su imagen quedaba grabada en distintas cámaras de video vigilancia.

La minuciosa investigación que, bajo la dirección del juez José Antonio Vázquez Taín, realiza el Servicio de Policía Judicial de La Coruña presentaba en este punto, una serie de aspectos oscuros –nunca mejor utilizado el calificativo, como se verá– que había que aclarar.

¿El cadáver de la niña no estaba en la pista de Cacheiros a las 10:31 o, por la escasa luz existente en el lugar, los que pasaron por allí, y después prestaron declaración, no lo vieron?

Sólo había una manera de contestar a esta pregunta. El día de su asesinato la niña llevaba una camiseta de un color claro, lo que en principio facilitaría su avistamiento por alguien que pasara por allí. Sin embargo, según se pudo comprobar por datos y actuaciones que obran en el sumario y permanecen secretos, era prácticamente imposible que esas personas pudieran ver el cadáver de la niña.

Antes de la hora en que fue encontrado el cuerpo de Asunta, la luz de la luna no ilumina con suficiente claridad el lugar exacto, por lo que los testimonios de quienes dicen no haber visto nada desde que se hizo de noche y se produjo el hallazgo tienen un valor relativo, por no decir nulo.

Multitud de evidencias

De esta manera, la participación de los padres de Asunta –sobre quienes, como es lógico, pesa la presunción de inocencia– en el traslado y colocación del cadáver antes de ir a la comisaría de Policía a presentar la denuncia no se puede descartar. Un coche, además de maletero, tiene asientos traseros donde es fácil ocultar un cuerpo de una niña de 12 años a los ojos de curiosos y de las posibles grabaciones de cámaras de videovigilancia. Existen, además, según las fuentes consultadas, multitud de evidencias que implican a los padres en el asesinato de Asunta. El intenso trabajo que desarrollan los agentes de la Guardia Civil para tratar de descubrir a una tercera persona que podría haber colaborado en el crimen, en su preparación y consumación –uno de los motivos por los que se mantiene el secreto del sumario–, impiden, de momento, darlas a conocer, ya que cualquier indiscreción, por mínima que sea, puede echar por tierra muchas horas de trabajo.

Lo que sí parece demostrado es que nos encontramos ante un crimen minuciosamente preparado y no fruto de una decisión momentánea y tomada sobre la marcha. De ahí que el móvil, sobre el que ya se tienen fundadas sospechas, sea clave para aclarar este asunto que tanta alarma ha causado, no sólo en Galicia, sino en el resto de España.

En el matrimonio Basterra-Porto era ella la que tenía la voz cantante y Alfonso rara vez le llevaba la contraria. El papel que pueden haber jugado ambos en la planificación y consumación del crimen, en el caso de que el jurado popular decida que son culpables, está también muy delimitado por los investigadores.

En la «picota»

El hecho de que Alfonso se haya lanzado ahora a hacer declaraciones para proclamar primero su inocencia y después la de su mujer –a lo que tiene perfecto derecho para defenderse–, le ha colocado en la «picota», según las referidas fuentes. De hecho, horas después de conocerse las primeras declaraciones, un medio de comunicación accedía a la conversación –grabada con autorización judicial porque, si no, no tendría ningún valor– que el matrimonio mantuvo mientras estaban detenidos en la misma dependencia y que se supone que forma parte del secreto del sumario.

A los investigadores les llamó la atención la utilización de la palabra «jueguecitos» como algo que había que ocultar y que podría tener algo que ver con el asesinato. Ya en su día, fuentes de toda solvencia indicaron a LA RAZÓN que no se descartaba que el crimen pudiera tener algún tipo de componente sexual o, incluso, ritual.

En relación a estas conversaciones, la defensa de Rosario Porto, el letrado José Luis Gutiérrez Aranguren, no descarta pedir la nulidad de las grabaciones, informa Ep. Aranguren manifestó que se podrían haber vulnerado «derechos» de su clienta. Además, el abogado apuntó de nuevo a una tercera persona como autora del crimen de Asunta. «Parece un amaño, que alguien quiere involucrarla», afirmó, al apuntar como posible motivación hacerle «daño» a Rosario Porto.

Porto y Basterra rompen su silencio

Los padres de Asunta han optado, cada uno por su lado, por romper su silencio. Durante estos días, «El Correo Gallego» está publicando una entrevista realizada a Alfonso Basterra. «Voy a salir de aquí con la cabeza muy alta», afirmó el periodista, que insistió en que es «inocente por completo» y que no tiene «nada que ver con este caso». En una nueva entrega publicada ayer, Basterra reconoció que compraba Orfidal para su ex mujer, con la cual la relación «era buena de nuevo» y a la que cree inocente. Además, también mostró su rechazo a la actuación de los medios de comunicación. «Algunos medios me han machacado y me siguen machacando. Siento repugnancia por muchas cosas que veo y me dan ganas de devolver mi carné de periodista. ¿Qué les he hecho?», se preguntaba. Por su parte, Rosario Porto también envió una misiva al programa «Abre los ojos... y mira» de Telecinco. Su contenido no será revelado por la cadena hasta el próximo sábado, pero ya ha trascendido que la madre de Asunta proclama su inocencia.