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Crimen de Asunta

Incógnitas del «caso Asunta»

Se cumplen cinco años desde que el cuerpo de Asunta apareciese en el camino de Teo (Santiago de Compostela). Sus padres adoptivos urdieron un macabro plan para provocar su muerte

Vecinos del lugar donde fue encontrada Asunta dejaban flores en memoria de la menor larazon

Se cumplen cinco años desde que el cuerpo de Asunta apareciese en el camino de Teo (Santiago de Compostela). Sus padres adoptivos urdieron un macabro plan para provocar su muerte.

Nunca una investigación es capaz de desentrañar todos los misterios que esconde un crimen. Tampoco el relato de «Hechos Probados» de una sentencia cuenta siempre toda la verdad. Hay aristas redondeadas que jamás llegan a pulirse, piezas del puzle que faltan y detalles que se escapan o para los que es imposible tener respuesta. Estas dudas, que permanecen en el imaginario popular, suelen acabar convirtiéndose en especulaciones de sobremesa. Principalmente en casos muy mediáticos. El asesinato de Asunta, del que se acaba de cumplir su quinto aniversario, es uno de ellos. Rosario Porto y Alfonso Basterra, sus padres, fueron condenados a 18 años de cárcel. Sólo ellos, que clamaron su inocencia, podrían despejar las cuatro incógnitas básicas y que persisten como un misterio:

1. ¿Cuál fue el móvil del crimen? Normalmente siempre se mata a otro por alguna razón. El de Asunta es un asesinato que nadie entiende. No la asfixiaron por dinero: no tenía un seguro de vida a su nombre ni tampoco grandes posesiones. Tampoco se trató de un ataque de rabia incontrolado: la investigación determinó que se trató de algo planificado y en muchos aspectos preparado, aunque burdamente. Ni tampoco se cumplió el axioma: «O eres para mí o para nadie». Se le ha dado numerosas vueltas a cuál pudo ser el desencadenante, sin éxito.

Tampoco se sabe quién se lo propuso primero al otro, ni si tardó en convencerlo o fue algo rápido. La sentencia sólo afirma: «El día 21 de septiembre de 2013, los acusados doña Rosario Porto y don Alfonso Basterra, puestos de común acuerdo para acabar con la vida de su hija Asunta Yong Fang, comieron con ella en el domicilio de don Alfonso, sito en la calle República Argentina y le suministraron una cantidad de medicamento que contenía lorazepam, necesariamente tóxica, para posteriormente, cuando hiciera efecto, asfixiarla». La opinión pública, a pesar de que no hay ninguna prueba o indicio que pueda servir para fundamentar un convencimiento desde un punto de vista racional, ha llegado a la conclusión generalizada de que la menor molestaba o que la asesinaron para encubrir un secreto peor.

2. ¿Qué significa la frase «tu imaginación calenturienta nos va a general muchos problemas»? La pronunció Rosario Porto durante la estancia en los calabozos de la Guardia Civil de A Coruña poco después de ser detenida. El reproche iba dirigido a Alfonso Basterra que estaba con ella un par de celdas más allá. El audio fue recogido por unos micrófonos que el juez instructor, Vázquez Taín, ordenó que se instalasen, sobrepasando la línea de la legalidad descaradamente. De hecho, sus compañeros declararon ilegales las escuchas y no se pudieron usar como prueba en la vista oral. La frase fue pronunciada en este contexto:

Alfonso: Que no digas nada inconveniente, porque nos graban.

Rosario: ¿Y qué voy a decir inconveniente Alfonso?

A: No, ya lo sé. Nada. Por supuesto que no. Nada mi vida.

R: Ya pero tu imaginación calenturienta nos va a generar muchos problemas.

A: ¿Cómo?

R: Tu imaginación calenturienta nos va a generar muchos problemas. Muchos.

A: (Silencio)

R: Y yo que yo en casa, mataba a todo insecto cuanto había con un cojín, no quiere decir que yo vaya ahogando a la gente con cojines.

A: Pues claro que no mi vida, pues claro que no.

R: ¡Pero fíjate la que has montado!

A: Claro, pero como no tienen otra cosa dicen, sospechosos, los padres.

R: Ya pero, yo fui tan tonta, que, que todas las cosas que tú me mandabas, quería que entrarás en razón, hacerte ver el daño que me hacías.

A: Ya.

R: Innecesariamente Alfonso.

A: Ya lo sé, bueno, ya está.

¿A qué se refería Rosario cuando despotricaba contra la imaginación calenturienta de Alfonso? ¿Por qué dice que fue tonta? ¿Qué le mandaba Alfonso a Rosario? Estas son preguntas también para las que falta respuesta. Sumadas a una fotografías de Asunta en posiciones inhabituales para una menor, han hecho creer a algunos que, quizá, algo oscuro y de carácter sexual ha quedado sin saberse.

3. ¿Por qué drogaron a Asunta en los meses previos hasta en tres ocasiones? La sentencia considera probado que al menos en tres ocasiones en los meses previos al crimen, Alfonso, que estaba separado de su mujer, aprovechaba cuando la menor se quedaba a dormir en su casa para suministrarle Orfidal. Asunta en vida le confesó a alguien que le daban «polvos blancos». Alegaron ambos progenitores que se trataba de un antihistamínico para la alergia, pero los médicos de Asunta afirmaron que eso era falso y que ella no padecía ninguna alergia. Además, los episodios de intoxicación coinciden con los días en que Basterra acudió a la farmacia a adquirir el medicamento, lo que unido a los testimonios de los testigos convenció a los jurados de que fue drogada varias veces antes de su muerte. ¿Por qué lo hizo Alfonso? ¿Se trataba de ensayos? ¿Fue para que no le molestase? ¿Encubrían estos episodios algo más oscuro?

4. ¿Presenció Alfonso Basterra el asesinato de su hija? A Asunta la llevó su madre desde Santiago de Compostela hasta el chalé familiar de Montouto. A las dos se las ve en el coche, pero de Alfonso no hay ni rastro. ¿Iba tirado en el asiento de atrás? ¿Dentro del maletero? Solo se puede especular al respecto. La sentencia da por hecho que los dos «asfixiaron» a su hija. Después del crimen, Rosario abandonó la casa. Un testigo habló con ella y afirmó que no vio a nadie más en el coche. Si el cuerpo de la pequeña iba tirado en el suelo de los asientos de atrás. ¿Dónde iba Alfonso? ¿Cómo llego hasta Santiago sin que nadie le viera ni ninguna cámara lo grabara?