Los protagonistas
"Gallos", bolas caídas y Antoni, famoso por sus enérgicos "miiil euuuros"
4 niñas y 9 niños «de la suerte» han sido los protagonistas de los momentos más divertidos del sorteo de la Lotería
Como si fuera un equipo de fútbol saliendo al campo, o el elenco de actores de una obra de teatro al finalizar su intervención. Así ovacionó esta mañana el público del Teatro Real a las 14 niñas y 9 niños de la Residencia-Internado de San Ildefonso cuando salieron al escenario para comenzar su extraordinaria actuación cantando los números del sorteo más esperado del año.
Los aplausos y los vítores duraron minutos, tanto que hasta causaron la sorpresa de algunos de los presentadores que retransmitían el sorteo, que se preguntaban quién había llegado. Aunque no es para menos. Los pequeños se merecen una bienvenida así después de entrenar durante más de tres meses sus voces, su vocalización y pronunciación, su desparpajo y su saber estar para cantar, cada 22 de diciembre (desde 1771), los trece grandes premios y 1.794 pedreas del sorteo.
Este año los ensayos comenzaron el pasado 10 de octubre en el salón de actos del Internado San Ildefonso. A medida que se acerca la fecha, las prácticas se intensifican más, y ensayan como si fuera el mismo día de la ceremonia.
Los elegidos para participar se seleccionan mediante un proceso de «casting», en el que, además de conocer los números y tener altura suficiente para introducir las bolas en los bombos, se valoran sus voces, destreza, buena presencia encima del escenario, habilidad para manejar los números y fluidez verbal.
Todos son voluntarios, tienen de 9 a 14 años y proceden, entre otros países, de España, Portugal, Nigeria, Paraguay, Marruecos, República Dominicana y Bolivia.
[[H2:Antoni y sus «miiil euuuros»]]
Este año le tocó el turno, entre otros, a Paula, Yesica, Ainhoa, Ángel, Luis, Natalia o Antoni, que han dejado su impronta, como siempre hacen, en todos y cada uno de los espectadores.
Siempre hay un niño favorito, que se lleva las atenciones en cada sorteo. El de 2023 ha sido Antoni, cuyo entusiasmo al cantar cada pedrea de «miiiiil euuuros» conquistó a toda España. Su modo de entonar cada premio recordó a Aya Ben Hamdouch, la niña que en 2017 se hizo famosa por su manera de alargar inusitadamente el grito de «mil euros».
Otro momento de distensión lo protagonizó Elisabeth Obarisiagbon al cantar el 93361, el primero de los cuartos premios. Al sacar la bola del bombo, se le cayó al suelo y empezó a rodar por la moqueta. Y es que este año hasta 204 bolas de los bombos eran nuevas, lo que puede explicar que fueran más escurridizas.
El Gordo «tardío»
Cuando pasaba solo 1 minuto de las 13 horas, en la novena tabla, Francisco y Yessica cantaban el segundo premio: el 58303, dotado con 125.000 euros para cada décimo. Y, 15 minutos después, los dos niños cantaban el deseado Gordo, el 88008, agraciado con 400.000 euros al décimo. Lo hacían junto a Elisabeth, Iyamu y Rosario, otros veteranos del sorteo.
Francisco, de 11 años, que estudia sexto curso de educación primaria y Yessica, de 13, que estudia primero de la ESO, aseguraban antes del inicio del sorteo, en una entrevista con RTVE en el salón de actos de la Residencia de San Ildefonso, con una gran sonrisa, que les gustaría dar el Gordo. Y cumplieron su sueño. Fue el primer premio para Francisco, que el año pasado también participó pero no cantó ninguno. Yessica, sin embargo, es una «veterana» de la Lotería de Navidad. En la anterior edición, la de 2022 ya había cantado el segundo premio y dos quintos.
[[H2:El «atasco» de la manivela]]
Los años pesan sobre el bombo del Sorteo Extraordinario de Navidad. El elemento más característico de la ceremonia se atascó hasta en cuatro ocasiones a lo largo del acto. Las caras de los «niños de la suerte» reflejaban la sorpresa –y el enfado– cada vez que el técnico salía al escenario con el destornillador. Como cada año, tampoco faltaron los «gallos» o las «trabadas» de los niños y niñas la hora de cantar los números y los premios. Todo se les perdona a estos pequeños que aportan la ilusión y la frescura al inicio de la Navidad.
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