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Tercera edad
¿Cuidas de tus padres mayores? Estos son los límites que debes establecer para no volverte loco
El cuidado de familiares ancianos puede provocar estrés y la desatención de otros aspectos también básicos
Los progenitores son una parte fundamental en la vida de las personas. Los familiares, especialmente padres y madres, son las primeras personas que nos acompañan desde que nacemos. También son las encargadas de dar una educación y de enseñar todo a sus hijos desde el primer día. Cambian su vida radicalmente para atender todas las necesidades de los recién nacidos, sacrificando proyectos, dinero y horas de sueño. En ocasiones, esta situación sucede a la inversa con el paso de los años.
Con el paso de los años, los familiares más cercanos pueden comenzar a perder autonomía y necesitar la ayuda de los más jóvenes. Al hacerse mayores, la ayuda de los familiares puede llegar a ser indispensable. Esta ayuda sale de lo más profundo del corazón de forma totalmente desinteresada, como la recibida años atrás, pero si se alarga en el tiempo y ocupa muchas horas del día puede llegar a crear problemas para la salud mental del cuidador e incluso generar tensión en la relación.
Hay que establecer unos límites en el cuidado de mayores
La asistencia a personas de tercera edad puede condicionar la vida del familiar encargado de ello y hacerlo de manera exponencial. Sin apenas darse cuenta, esto puede hacer que paulatinamente se vaya descuidando cada vez más otros aspectos vitales como el trabajo, atención a los hijos, la vida familiar, la vida social y el ocio, también muy necesario para felicidad y salud de las personas. La conciencia de ser un buen hijo (o familiar) y la costumbre de ayudar, puede hacer que la exigencia de los mayores sea muy grande y vaya en aumento, por ello, es importantes establecer ciertos límites.
Se deben marcar límites entre lo que se está dispuesto a hacer y lo que no para lograr tener un equilibrio. Para establecerlos, es importante mirar hacia dentro, hacia uno mismo y reconocer esos límites. Una forma de hacerlo es respondiéndose a las siguientes preguntas:
- ¿Cuándo te sientes más abrumado o estresado?
- ¿Te interrumpen cuando estás trabajando?
- ¿Te impide lidiar con tus propios hijos u otros familiares que necesitan tu atención?
- ¿Sientes que tienes demasiadas exigencias?
Responder a estas preguntas te puede ayudar a encontrar tus propios límites. Estas exigencias se deben limitar de manera específica y directa, aunque siempre con tacto y de manera educada. Las repetidas llamadas telefónicas durante el día también pueden causar estrés y tensiones, por lo que es bueno regularlas.
Un ejemplo de forma de actuar es el siguiente: "Papá, te quiero y quiero ayudarte, pero la frecuencia de tus llamadas me está desviando de mis propias responsabilidades. ¿Podemos llegar a un acuerdo para mejorar la situación? ¿Qué te parece si hablamos todos los días después de cenar en lugar de muchas veces al día salvo en casos de emergencia? Me comprometo a reservar ese tiempo solo para ti siempre que sea posible".
¿Cómo actuar si los mayores se resisten a los límites?
Se debe hacer hincapié en que se quiere ayudar tanto como sea razonablemente posible, pero que se está convirtiendo en una carga para ti y que eso debe cambiar ahora. Es importante mantener la calma y no permitir que las emociones, especialmente la ira, influyan en la comunicación. Esta situación no es nada sencilla, pero se debe afrontar para no acabar dañándote a nivel mental. Es importante mantener el equilibro emocional, ya que, si te agotas por completo, te enfermas o descuidas tus otras responsabilidades, no podrás ayudar a tus padres ancianos de manera efectiva a largo plazo.
La importancia de pedir ayuda
Muchas veces las demandas de los ancianos están motivadas por algo que quizás aún no haya salido a la superficie. Por ello, una buena solución es pedir ayuda a una persona neutral, fuera de la relación padres-hijos. Otra persona mayor, otro miembro de la familia o especialistas en tratar con la tercera edad pueden ayudar a facilitar la conversación.
Ignorar que existen problemas subyacentes que pueden explicar parte del comportamiento del anciano. Sacar estas cosas a la luz puede ayudar mucho para reducir la tensión y crear una comprensión más profunda para todos los involucrados. La ayuda de un profesional puede ayudar a reducir considerablemente la carga y aumentar el tiempo libre para dedicar a otras necesidades.
No frenar a tiempo tiene un riesgo
Los familiares cuidadores a tiempo completo tienen un riesgo significativamente mayor de sufrir depresión y problemas cardíacos, según los especialistas. Incluso el cuidado a tiempo parcial, en cualquier forma, sin límites, afectará tanto la salud mental como la física del cuidador. Es habitual que los seres queridos mayores sean exigentes. Gestionar el trato con ellos de manera respetuosa y al mismo tiempo atender sus propias necesidades es la clave para proteger tanto su salud como la del cuidador.
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