Inequidad
Cuatro autonomías aplican sedación paliativa sin seguir un protocolo
Sanidad detecta deficiencias tras evaluar en todo el país la estrategia de cuidados a enfermos al final de su vida
El desarrollo de los cuidados paliativos dirigidos a enfermos con edad avanzada y al final de su vida continúa siendo una asignatura pendiente en el Sistema Nacional de Salud (SNS). Casi 30 años después de que se definieran legislativamente en España como una prestación del Sistema Nacional de Salud (SNS) y 21 años después de que se aprobara el primer plan específico, las administraciones sanitarias arrastran aún algunas carencias importantes, aunque todas las autonomías dispongan ya de una estrategia o documento planificador equivalente en esta materia.
Por ejemplo, cinco comunidades y ciudades autónomas aún no tienen protocolizada la sedación paliativa –Cataluña, Ceuta, Cantabria, Comunidad Valenciana y Región de Murcia–, un asunto que saltó al primer plano de la actualidad al hilo del escándalo registrado en el Hospital Severo Ochoa de Madrid en el caso del anestesista Luis Montes Mieza.El resto de los territorios sí cuentan con este protocolo y refieren registrarlo en la historia clínica de los pacientes. En estos casos, está establecido que el equipo registrará el control de síntomas y los resultados del plan terapéutico en la historia clínica del paciente.
Sin apoyo a los “cuidadores”
Al mismo tiempo, aún existen 12 comunidades que no disponen de un sistema de apoyo, prevención, valoración y seguimiento del «síndrome del burnout», ni de soporte psicoemocional a los profesionales sanitarios que trabajan en cuidados paliativos. Asimismo, cuatro regiones no tienen organizada y garantizada la coordinación sociosanitaria en este campo de la Sanidad. Estas son algunas de las conclusiones del último informe de evaluación de la Estrategia de Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud referente al periodo 2015-2020 que ha impulsado el Ministerio de Sanidad con la participación de 14 sociedades científicas, tres asociaciones de pacientes y las propias comunidades.
El texto, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, concluye también que sería recomendable contemplar una mayor inversión por parte del Plan Estatal de I+D+I en la investigación en cuidados paliativos, «así como realizar mayor esfuerzo por parte de los centros sanitarios y organismos investigadores para aumentar la presentación de proyectos nacionales a convocatorias de investigación de concurrencia competitiva».
Como puntos positivos, recoge que 17 autonomías han incorporado alguna medida específica en sus estrategias, planes o programas «para identificar el riesgo de fatiga o sobrecarga de la persona cuidadora principal. Entre estas medidas específicas están la información y la formación a las personas cuidadoras. Otras son proporcionar apoyo emocional (psicológico), de autocuidado y apoyo social (dentro de la gestión de los recursos sociosanitarios de respiro) y atención al duelo».
El documento recomienda registrar en la historia clínica los objetivos personales y deseos del paciente con necesidades paliativas, el entorno de cuidados preferido, las fechas más significativas de este proceso médico, el motivo de la sedación, los fármacos utilizados, los síntomas refractarios, los tratamientos instaurados y las resistencias a los mismos, el dolor, la nutrición, los cuidados de la boca y de la piel, el sueño o la respiración».
Punto de mejora: la asistencia continuada
La evaluación también concluye que la mayoría de las comunidades y ciudades autónomas tiene organizada la atención continuada, es decir, la cobertura en la atención a pacientes con necesidades de atención paliativa, durante 24 horas al día, todos los días de la semana. Esta se realiza en la mayoría de los casos de forma telemática y genérica a través del 061 o similar. Los autores recalcan que la mayoría de los territorios dispone también de algún modelo o plan para abordar la planificación anticipada de decisiones y realiza «iniciativas de sensibilización y/o concienciación a la población sobre cuidados paliativos». Siete de ellas, afirman, tiene estructuras estables.
«Todas las comunidades autónomas han desarrollado alguna iniciativa, acción o plan de formación específico en cuidados paliativos para profesionales sanitarios. Esta formación es considerada fundamental para mejorar las competencias de los profesionales de atención primaria y hospitalaria, así como para la identificación de los pacientes con necesidades de atención paliativa».
Como recomendaciones, propone al Ministerio de Sanidad mejorar el acceso a los registros de instrucciones previas y promover iniciativas para el acompañamiento de los pacientes en la fase final de la vida. A las autonomías les aconseja por su parte potenciar la formación continuada de los profesionales sanitarios que atienden a los pacientes que requieren cuidados paliativos, establecer mecanismos de colaboración efectivos entre los recursos de los servicios sociales y los servicios sanitarios, y mejorar y facilitar la formación en cuidados paliativos de las personas cuidadoras de pacientes, así como los protocolos del consentimiento informado y explícito del paciente para que puedan realizar la planificación anticipada de decisiones.
Añade como otro punto importante la mejora de la cobertura de la atención a los pacientes que registran necesidades de atención paliativa las 24 horas del día durante los 365 días del año.
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