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¿Por qué usamos el morado en el Día Internacional de la Mujer?
La celebración del 8 de marzo tiene como objetivo conmemorar los logros sociales, económicos y políticos de las mujeres y hacer un llamamiento a la igualdad de género
El morado es el color oficial del Día Internacional de la Mujer, fundado hace más de un siglo después de que alrededor de 15.000 mujeresmarcharan en la ciudad de Nueva York para exigir mejores condiciones laborales y el derecho al voto. La celebración actual de este día tiene como objetivo celebrar los logros sociales, económicos y políticos de las mujeres y hacer un llamamiento a la igualdad de género. Y dada la variedad de formas en que las diferentes naciones celebran el día, desde marchas hasta salidas culturales, no hay una elección de vestuario obvia. Pero el sitio web oficial del Día Internacional de la Mujer (IWD, por sus siglas en inglés) explica por qué el morado es el tono elegido como representante de la celebración.
“Internacionalmente, el morado es un color para simbolizar a la mujer. Históricamente, la combinación de morado, verde y blanco para simbolizar la igualdad de la mujer se originó en la Unión Social y Política de Mujeres en el Reino Unido en 1908″, explican desde la web de IWD, a lo que añaden: “El púrpura significa justicia y dignidad, el verde simboliza la esperanza y el blanco representa la pureza, pero ya no se usa debido a que la “pureza” es un concepto controvertido”. Por otro lado, la introducción del color amarillo que representa un “nuevo amanecer” se usa comúnmente para referirse a esta segunda ola de feminismo que vivimos en la actualidad. Así, el morado con verde representa el feminismo tradicional, mientras que el morado con amarillo representa el feminismo contemporáneo progresista. “Ahora ampliamente asociado con el feminismo contemporáneo, el color morado simboliza los logros obtenidos y los logros por venir”, agregó la organización IWD.
Colores como forma de protesta
En los últimos años, las mujeres han confiado en el color de la ropa como símbolo de protesta. En el día de las elecciones estadounidenses de 2016, miles de mujeres se vistieron de blanco para rendir homenaje a la naturaleza histórica de la contienda, en la que Hillary Clinton se presentó como la primera candidata de un partido político importante. Al igual que en la historia del Reino Unido, el blanco fue el color oficial del movimiento sufragista estadounidense que tuvo lugar a principios del siglo pasado. Los partidarios de Clinton, en particular, se aferraron al movimiento “#wearwhitetovote” después de que la candidata apareciera en el tercer y último debate presidencial con un traje completamente blanco, un atuendo que ya había utilizado en la última noche de la Convención Nacional Demócrata.
Las mujeres también han utilizado el negro como un guiño al movimiento “#MeToo” y como una declaración contra el comportamiento abusivo de los hombres. La élite femenina de la industria cinematográfica vistió de negro en los Premios Emmy a principios de enero de 2018, inundando la alfombra roja con conjuntos oscuros en señal de protesta contra el sexismo institucionalizado de Hollywood. Las mujeres demócratas en el Congreso siguieron el ejemplo de Hollywood y se vistieron de negro para el discurso del Estado de la Unión del presidente Donald Trump en protesta por el acoso sexual.
La importancia del color morado para el movimiento de las mujeres alcanzó su punto álgido en “El color púrpura” (1982), un libro, de la autora estadounidense Alice Walker, que describió las prácticas discriminatorias contra las mujeres afroamericanas en el sur de los Estados Unidos en la década de 1930. Walker se convirtió en la primera mujer de color en recibir el Premio Pulitzer en 1983. Por último, la presentadora de programas de televisión Oprah Winfrey y la actriz Whoopi Goldberg protagonizaron una película en 1985, basada en el libro, dirigida por el aclamado director Steven Spielberg.