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Opinión

La ridícula cifra de Mónica García para la atención primaria

Mónica García y Javier Padilla son tan locuaces como inoperantes a la hora de enderezar la sanidad pública

Monica García, ministra de Sanidad Ep

Mientras Mónica García se dedica a hacer propaganda en redes sociales y su número dos, Javier Padilla, no para de hablar de «longitudinalidad», esa palabra mágica que en realidad no quiere decir nada, la atención primaria se desangra. Los seis años de Gobierno socialcomunista –a razón de ministro de Sanidad por año–, han sido devastadores para este nivel asistencial, y no hay visos de que la situación vaya a mejorar a corto plazo, sino más bien todo lo contrario.

El último pleno de Recursos Humanos del Consejo Interterritorial de Salud ha vuelto a confirmar estos negros augurios. En dicho órgano, una mayoría de consejeros autonómicos ha puesto el grito en el cielo al conocer la oferta de plazas MIR de Sanidad y comprobar que las correspondientes a Medicina Familiar y Comunitaria aumentan tan solo en 16 con respecto a la convocatoria de 2024. ¿Es así como se refuerzan las plantillas, altos cargos del Ministerio? El PP recuerda que tocan a menos de una plaza por comunidad, una cifra ridícula ante la jubilación de profesionales por el envejecimiento de las plantillas y la desafección que sienten los médicos jóvenes hacia un modelo que, en esta parcela concreta, es víctima de la burocratización que tanto caracteriza a la izquierda. La cifra evidencia también la oquedad de las palabras de la ministra y de su lugarteniente, ambos tan locuaces como inoperantes a la hora de enderezar el rumbo de la sanidad pública pese a sus diatribas pancarteras esgrimiendo justamente lo contrario. A estas alturas, falta un plan para reformar la atención primaria, una verdadera hoja de ruta para hacerla de nuevo atractiva para los MIR y dotarla además de un presupuesto acorde con sus necesidades actuales. No se ha hecho nada de nada.