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Descubrimiento insólito

Esta vitamina aumenta nuestra inmunidad contra el cáncer a través de la microbiota

El hallazgo sugiere que algunas personas responden mejor a la terapia oncológica porque tienen niveles más altos de esta molécula en el intestino, que podemos obtener en la dieta

Sardinas Cedida

La inmunoterapia es un tratamiento muy eficaces para tratar el cáncer. Por desgracia, no funciona igual en todos los cuerpos. Se estima que, cada año, mueren de cáncer más de 10 millones de personas en el mundo. Por ello, la ciencia buscan constantemente nuevas formas de promover la respuesta de nuestras propias células defensivas T para destruir las células cancerosas. En esta línea, se ha estudiado el papel que podría desempeñar una importante vitamina, tradicionalmente asociada a la absorción de calcio y la salud de los huesos.

Desde hace algunos años, distintos estudios han analizado el potencial de esta molécula orgánica para prevenir tumores y sus posibilidades como una terapia complementaria tras un diagnóstico de cáncer. Ya había indicios de que esta vitamina podría ayudarnos a protegernos contra el cáncer y hacernos, de alguna manera, un poco más 'inmunes'.

Ahora, un descubrimiento inesperado en ratones, publicado en el número del 25 de abril de la revistaScience, apunta a un factor que podría explicar por qué las personas responden de forma diferente a la terapia contra el cáncer: el nivel de vitamina D en su tejido intestinal podría promover la presencia y el crecimiento de ciertas bacterias que estimulan a las células T asesinas a atacar el cáncer.

Un estudio anterior recogido por LA RAZÓN apuntó de manera reciente un beneficio de la ingesta diaria de vitamina D relacionado con el cáncer. Según esta investigación, la vitamina D podría ayudar a disminuir la probabilidad de morir de cáncer en un 12%. No es la primera prueba que relaciona a esta molécula con una mayor respuesta 'anticancerígena'.

La vitamina D se encuentra en algunos alimentos de nuestra dieta, como pescados grasos o yemas de huevo. También la puede producir nuestro propio cuerpo al recibir rayos de luz solar. Sirve principalmente para regular el metabolismo y, además de contribuir a la salud ósea, regula muchas funciones celulares en el cuerpo. Entre ellas, garantiza el correcto desempeño del sistema inmunitario.

Aunque había pistas de que la vitamina D puede ayudar en la lucha contra el cáncer, el nuevo descubrimiento en ratones no resulta menos sorprendente. Caetano Reis e Sousa, jefe del laboratorio de Inmunología del Instituto Francis Crick de Londres (Inglaterra) y autor principal del estudio, afirma que habrá que seguir estudiando detenidamente si funcionan los mismos mecanismos en humanos, pues «merece la pena investigarlo».

El descubrimiento tuvo lugar gracias a la caca de ratón

«La vitamina D influye en la actividad de cientos de genes, así que es complicado», dice Reis e Sousa. Pero en su experiencia, los pacientes con mayor actividad de vitamina D tienen más probabilidades de sobrevivir a varios tipos de cáncer y responden mejor a la inmunoterapia. En el estudio, quisieron identificar qué genes se ven influidos por la molécula.

Para ello, los investigadores de su laboratorio trabajaron con ratones a los que se desactivó previamente un gen que puede estar implicado en la expansión o supresión del cáncer. Trasplantando células cancerosas a estos ratones modificados, hicieron un seguimiento del tiempo que tardan las células en convertirse en un tumor.

Algunos de esos ratones fueron editados genéticamente para eliminar una proteína que se une a la vitamina D en la sangre y la mantiene alejada de los tejidos. Los científicos observaron cómo en esos ratones modificados (para absorber mejor la vitamina D) se redujo el crecimiento de las células cancerosas. Pero los investigadores no estaban seguros de por qué.

Quizá lo más curioso del hallazgo es que deben agradecérselo a las cacas de los animales. Y es que los ratones se comen las haces de unos y otros. Esto hizo que los ratones que compartían jaula con los ratones más resistentes al cáncer comieran sus excrementos. Sorprendentemente, esto también mejoró la respuesta defensiva a las células cancerosas en los ratones que no habían sido editados.

Vitamina DObjetivo BienestarLa Razon

Así que algo en esas heces debía de haberse transferido de los ratones con el gen desactivado a los ratones normales con los que estaban enjaulados. Los investigadores descubrieron que las bacterias intestinales de la caca de los ratones estaban frenando de algún modo el crecimiento del tumor.

¿Nuevas terapias con vitamina D?

Finalmente, los científicos constataron que la vitamina D actúa sobre las células epiteliales del intestino, que a su vez aumentan la cantidad de una bacteria llamada Bacteroides fragilis. Este microbio proporcionó a los ratones una mayor inmunidad contra el cáncer.

«Lo que hemos demostrado aquí nos ha sorprendido: la vitamina D puede regular la microbiota o el microbioma intestinal para favorecer un tipo de bacteria que proporciona a los ratones una mejor inmunidad frente al cáncer», revela el inmunólogo. Como resultado de estos niveles más altos de vitamina D, los ratones también respondieron mejor a la inmunoterapia. «Aún no sabemos cómo actúan las bacterias», afirma Reis e Sousa. «Pero el efecto es inequívoco».

«Esto podría ser importante algún día para el tratamiento del cáncer en humanos, pero no sabemos cómo ni por qué la vitamina D tiene este efecto a través del microbioma. Se necesita más trabajo antes de que podamos decir de forma concluyente que corregir una deficiencia de vitamina D tiene beneficios para la prevención o el tratamiento del cáncer», advierte.

Alimentos con vitamina D

¿Qué opinan de aumentar los niveles de vitamina D mediante alimentos o suplementos? Los alimentos que más llevan son los pescados grasos (anguila, angula, atún, palometa, sardinas, carpa, arenque...), los aceites de hígado y de salmón, la yema de huevo o el hígado de cerdo.

Reis e Sousa, que es de ascendencia portuguesa y de piel más oscura (lo que provoca que produzca menos vitamina D en Londres), dice que desde que descubrió que le faltaba esta vitamina hace unos 10 años, toma suplementos. «Por regla general, si te diagnostican una carencia de vitamina D, parece sensato intentar corregirla. Pero eso no depende de este estudio, por supuesto», matiza.

El autor indica que siempre se debe consultar con un médico de cabecera antes de tomar suplementos vitamínicos, incluso tras ser detectada una deficiencia de vitamina D. También si se le detecta un cáncer, hasta que se sepa más sobre el impacto de los suplementos de vitamina D en el riesgo de esta enfermedad y en otras áreas de la salud humana.

De hecho, hay riesgos conocidos por sobredosis de vitamina D. Un exceso puede causar un nivel anormalmente alto de calcio en la sangre (hipercalciemia), que se puede saldar con daños graves en los tejidos blancos, en los huesos y en los riñones. Por otro lado, aumentar la exposición al sol para recibir más vitamina D puede aumentar el riesgo de cáncer de piel. Basta con salir a pasear y siempre, con fotoprotección.

Ante este hallazgo, pues, solo cabe esperar que pueda conducir a aplicaciones terapéuticas más refinadas.