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Día Internacional de las Personas de Edad

Envejecimiento activo para ganar años y calidad de vida

Mejorar el estado físico y mental de quienes viven solos en sus domicilios o en residencias de mayores es posible gracias al empleo de las últimas tecnologías

Mayores y tecnología Tania NietoLA RAZÓN

A sus 91 años, la voz de Victoriana resuena al teléfono como si tuviera 60. Jovial, enérgica y entusiasta, fue una emprendedora cuando ni siquiera esa palabra tenía significado. Madre de cinco hijos, está rodeada de una gran familia. Sin embargo, vive sola en Valladolid. «Yo quiero estar en mi casa y me resisto a dejarla mientras la salud me lo permita. Mis hijos, sobrinos y nietos siempre están pendientes de mí, me llaman y me visitan, pero yo no quiero renunciar a la independencia que implica continuar así», cuenta Victoriana convencida de su decisión con motivo de la celebración del Día Internacional de las Personas de Edad, que se conmemora cada uno de octubre.

Muchos otros mayores, sin embargo, están solos y no cuentan con una red familiar tan fructífera. Es el caso de Santiago, quien a sus 63 años vive solo, también en Valladolid, aunque su salud flojea un poco. «Fui hijo único y no tengo ningún allegado a mi alrededor. Tengo la invalidez total, pero me valgo por mí mismo, por lo que no quiero abandonar mi casa, porque estar aquí significa calidad de vida para mí», nos confiesa. Son dos ejemplos de una realidad que cada vez es más habitual en nuestro país, pues, según el Instituto Nacional de Estadística, unos cinco millones de españoles viven solos. De ellos, 2,54 millones tienen 60 o más años y 1,71 están por encima de los 70.

Ante esta circunstancia, el cuidado de las personas mayores pasa por adaptarse a una nueva realidad en la que se deben priorizar los servicios de ayuda a domicilio y teleasistencia durante la vejez. «La calidad de vida a edades avanzadas significa estar en casa o en un ambiente motivador para envejecer de manera adecuada, ya que tan importante es la salud física que puede controlarse a través de la asistencia médica, como la psicológica y social, que están muy determinadas por el entorno. Está demostrado que la estimulación cognitiva se ve más favorecida con la socialización», asegura Jesús Sánchez Martos, médico y catedrático de Educación para la Salud de la Universidad Complutense de Madrid.

Ya sea en una casa particular, bajo el paraguas del servicio de ayuda a domicilio (SAD) o en una residencia con asistencia 24 horas, los mayores requieren una estimulación física y neurológica frecuente que les ayude a permanecer activos el mayor tiempo posible. De ahí que cada vez se imponga más el modelo de atención integral centrada en la persona con apoyo de la innovación tecnológica.

Aliado tecnológico

Conscientes de ello, los profesionales del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) de Valladolid, gestionado por Clece, se respaldan en dos innovaciones tecnológicas muy útiles para personas mayores que viven solas y que no están acompañadas. La primera de ellas es la herramienta Essence, orientada a garantizar la seguridad de los usuarios, ya que se trata de un sistema de monitorización de actividad que, al detectar a través de sensores instalados en el domicilio un cambio en el patrón de la rutina establecida, avisa a la central y se activa el protocolo de atención al usuario. La otra herramienta proporciona seguridad, entretenimiento y estimulación de las personas mayores.

Se trata del asistente virtual Alexa, que permite a los usuarios estar más activos, paliar su soledad y mantenerles entretenidos de una manera muy accesible para ellos, ya que tan solo tienen que usar su voz. Además, gracias a la instalación de aplicaciones desarrolladas por Clece, entre otras muchas funciones, Alexa puede conectarse con la central del SAD para establecer videollamadas con los responsables de este servicio. «En ocasiones nos llaman para resolver algunas dudas o simplemente para charlar con nosotros. Esto les da seguridad y les ayuda a no sentirse solos, aunque el usuario también puede recibir una videollamada de verificación por parte de la auxiliar que le atiende antes de que llegue a su hogar para evitar suplantaciones de identidad. La edad no supone una barrera para que nuestros mayores usen las nuevas tecnologías y esto es una buena prueba de ello», explica Alberto Cuesta, asesor tecnológico del SAD de Clece en Valladolid.

Hablar con otros compañeros, realizar un juego interactivo, escuchar música o hacer una pequeña rutina de ejercicios ayuda enormemente a estimular el cuerpo y la mente. Y si esto se realiza a diario, el beneficio para la salud resulta muy grande, tal y como confirman Victoriana y Santiago, pues ambos tienen en su casa desde hace casi un año este asistente virtual que les ayuda a estimular su rendimiento cognitivo y a permanecer activos y entretenidos. «En ocasiones los dos nos comunicamos a través de videollamadas. Charlamos un rato y nos ponemos al día de nuestras cosas viéndonos las caras, como si estuviéramos en el mismo salón. Para mí es una alegría escuchar las historias que me cuenta Victoriana, como la del libro que ha publicado sobre su vida y el molino en el que trabajó, que ya va por la tercera edición», relata Santiago.

El asistente virtual que los dos amigos tienen a su disposición se ha convertido en el rey de sus casas. «Me hace muchísima compañía y me sirve de gran entretenimiento. Por ejemplo, le pregunto por el tiempo meteorológico en Valladolid para saber qué temperatura hace antes de salir de casa, o le pido que me ponga ejercicios de cálculo mental, porque me encantan las matemáticas, y los voy haciendo con la voz, de una forma muy sencilla, sin tocar ninguna tecla», cuenta Victoriana, quien además usa Alexa para poner música de sus tiempos «mozos», escuchar audiolibros, recordar citas médicas o incluso la hora a la que debe tomar sus pastillas. «Para mí ha sido muy sencillo y estoy deseando que me enseñen nuevas aplicaciones», confiesa.

Por su parte, aunque Santiago se autodefine como «algo torpón para estas cosas» y tiene «miedo a estropearlo», lo cierto es que cuando va a hacer la compra o a leer el periódico al hogar del jubilado y charla con sus amigos, se lo recomienda a todos: «Me ha ayudado muchísimo a no sentirme solo en casa y a estar activo mentalmente, además de que es muy útil. Por ejemplo, por la noche cuando me levanto para ir al baño, le pido que me encienda la luz y, como por arte de magia, lo hace. Resulta una maravilla».

Socializar en una residencia

Aquellas personas mayores que deciden o necesitan ir a vivir a una residencia, también encuentran en estos centros la manera de mantenerse activos y con un buen nivel de estimulación física y mental. «Todos los técnicos del centro tenemos como objetivo común promover el envejecimiento activo de los usuarios y eso se logra desde diferentes ámbitos. Las rutinas resultan muy importantes para ellos y cada día hacemos gimnasia, ejercicios de psicomotricidad y de estimulación cognitiva...», explica Alonso Camacho, fisioterapeuta de la residencia CleceVitam Bastiagueiro, ubicada en Oleiros (La Coruña).

A esa rutina diaria se suma también la realización de talleres, excursiones al aire libre, actividades culturales como la visita a museos o ir a las fiestas de los pueblos cercanos durante el verano. «Nos guiamos por lo que ellos nos dicen que les apetece hacer para que se sientan motivados y siempre intentamos involucrar a las familias para que nos acompañen. Les gusta muchísimo, pero también les estimula salir, ver, oler...», asegura Paula Pérez, terapeuta ocupacional del mismo centro gallego. Y así lo confirma Rosa Garza, residente que, a sus 89 años, disfruta muchísimo de estas actividades: «Aprendemos y vivimos cosas nuevas que luego recordamos y comentamos al volver al centro. Estamos aquí para que nos cuiden, pero para nosotros es nuestro hogar y los trabajadores son nuestra familia. Consiguen hacernos felices cada día», confiesa. Y esa actitud positiva se convierte en la mejor medicina para un envejecimiento saludable.