Salud
¿Una depresión puede alertar de un ictus? El riesgo es real, según un nuevo estudio
Una investigación publicada en la revista 'Neurology' descubre que esta alteración del estado psicológico aumenta las probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular
La depresión postictus (DPI) es el trastorno psicológico más frecuente tras sufrir esta enfermedad cerebrovascular, que es la primera causa de muerte en mujeres adultas. Hasta ahora, siempre se ha asociado la depresión como una alteración posterior al ictus, pero una nueva investigación llevada a cabo por un equipo de expertos internacional sugiere lo contrario. Publicado en Neurology, el estudio demuestra que las personas con depresión tienen un mayor riesgo de sufrir un ictus isquémico o hemorrágico. Casi el doble con respecto a las que no presentan tales síntomas.
El trabajo ha abarcado una muestra de gran envergadura: analizó a 26.877 personas adultas procedentes de 32 países de diversos continentes. Tenían una edad media de 62 años y más de la mitad habían sufrido un ictus. Los investigadores les emparejaron con otro grupo de 13.000 participantes que no lo habían sufrido, pero que eran similares por edad, sexo y etnia. Todos completaron cuestionarios sobre factores de riesgo cardiovascular, como hipertensión y diabetes, mientras eran cuestionados por su estado mental.
Se les preguntó, por ejemplo, si se habían sentido tristes, solos o deprimidos durante 2 o más semanas consecutivas durante los 12 meses que duró el experimento. Para evaluar si los participantes podían tener un estado de ánimo bajo crónico, los investigadores les preguntaban si habían renunciado a mejorar su vida. También registraron si los participantes habían tomado antidepresivos alguna vez. ¿Los resultados? Las personas con síntomas de depresión presentaban un 46% más de riesgo de ictus que las que no contaban con tales síntomas.
A más depresión, mayor riesgo de ictus
Además, los sujetos que sumaban cuatro o más síntomas de depresión tenían más riesgo de ictus que las que presentaban menos síntomas. De hecho, quienes declararon haber "renunciado a mejorar su vida" corrían todavía un mayor peligro de enfrentarse a uno. Por otro lado, las personas que tomaban antidepresivos no presentaban el mismo aumento del riesgo de ictus que las que tenían síntomas de depresión y no recibían tratamiento con antidepresivos.
El estudio también descubrió que, aunque las personas con depresión no sufrían accidentes cerebrovasculares más graves, sí que tenían peores resultados un mes después del accidente de ictus. Es decir, que la recuperación de la enfermedad era considerablemente más difícil.
Multitud de expertos de todo el globo han comentado este hallazgo, señalando que "esta asociación entre la depresión más grave y el riesgo de ictus merece sin duda una mayor exploración y podría ser clínicamente significativa". El doctor Curtis Benesch, director médico del Centro Integral de Ictus de la Universidad de Rochester, en Nueva York, realizó este símil, en declaraciones al diario MedicalNewsToday: "Al igual que sabemos que fumar causa cáncer de pulmón y que es más probable que una persona que fuma todos los días desarrolla tumores antes que una que fuma cada 6 meses, estos hallazgos deberían considerarse como una relación dosis-respuesta".
Aunque los mecanismos que aumentan el riesgo pueden no estar claros, este estudio demuestra una relación clave entre la depresión y una mayor probabilidad de sufrir un ictus, así como una peor recuperación tras el mismo. Esto sugiere posibles vías terapéuticas que pueden ser eficaces y no se estuvieran teniendo en cuenta hasta ahora en la Atención Primaria, como prescribir intervenciones psicológicas.
No es la primera vez que se intenta probar la relación depresión-ictus, pero sí la más importante
Por otro lado, cabe resaltar que varios estudios habían relacionado anteriormente la depresión con las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares. Un metaanálisis de 2011, mostró que la depresión aumentaba significativamente el riesgo de sufrir un ictus y que el aumento era probablemente independiente de otros factores de riesgo, como la hipertensión o la diabetes. Sin embargo, este estudio no pudo determinar si existía un efecto causal.
Un metaanálisis más amplio publicado el mismo año, que analizó 28 estudios prospectivos, concluyó que la depresión se asocia prospectivamente con un riesgo significativamente mayor de desarrollar un ictus. Otro estudio de 2020, descubrió que las personas que experimentaban síntomas de depresión tenían más probabilidades de desarrollar una enfermedad cardiaca o sufrir un ictus. Aunque la asociación era modesta, estaba presente incluso en personas cuyos síntomas estaban por debajo del nivel de un trastorno depresivo.
¿Qué es la depresión? Cómo saber si la tengo y cuáles son sus síntomas
La depresión afecta a unos 280 millones de personas en todo el mundo y es casi dos veces más frecuente en las mujeres. Los síntomas psicológicos de la depresión incluyen un estado de ánimo persistentemente deprimido, sentimientos de inutilidad, pérdida de interés por las actividades placenteras, dificultad para concentrarse e incluso pensamientos suicidas. Además, la depresión puede causar síntomas físicos, como fatiga, falta de apetito, dolores de cabeza, dolor crónico y problemas digestivos.