Estudio
¿Crecer con un perro o un gato reduce el riesgo de desarrollar alergia en el caso de los más pequeños?
Un estudio realizado en una pequeña cohorte de menores analiza la diferencia de microbioma intestinal
Siempre se ha dicho que crecer con un animal de compañía es bueno para los más pequeños de la casa, ya que su compañía les ayuda mucho en su desarrollo social, así como en la gestión de las emociones.
Ahora un estudio va más allá y concluye que los niños que crecen con mascotas o que viven en granjas pueden desarrollar alergias a tasas más bajas, ya que su microbioma intestinal se desarrolla con más "comensales" anaerobios.
Esta conclusión contrasta con que cada vez hay más animales de compañía y más alergias, pero es la conclusión de un análisis realizado en heces en un estudio de cohorte pequeño realizado en Suecia y publicado en "PLOS".
Para el estudio tomaron muestras fecales de niños de 3 días a 18 meses de edad. 28 vivía en una granja lechera y 40 tenía mascotas.
La composición de la microbiota intestinal se caracterizó mediante cultivo microbiano cuantitativo de varias bacterias anaerobias típicas y anaerobias facultativas, con tasa de colonización y recuentos de población de grupos bacterianos determinados a nivel de género o especie.
Hasta ahora se conocía que los niños que crecen en granjas tienen menos alergias. Las explicaciones pueden estar relacionadas con el contacto temprano con microbios en el entorno agrícola, que puede establecerse en la microbiota del bebé y estimular la programación del sistema inmunológico hacia un fenotipo tolerogénico (un agente con capacidad de inducir tolerancia inmunológica en el organismo) crucial durante el desarrollo temprano.
Los investigadores querían saber si esto mismo podría pasar en bebés y niños que convivan con animales de compañía.
Pues bien, la alergia fue diagnosticado en los participantes a los tres y ocho años de edad por pediatras. Se utilizaron ecuaciones de estimación generalizadas para identificar asociaciones entre la residencia en una granja o la propiedad de una mascota, el desarrollo de la microbiota intestinal y la alergia.
Y llegaron a la conclusión que crecer en una granja se asocia con una mayor proporción de bacterias anaerobias que facultativas en la primera semana, poblaciones más pequeñas de Escherichia coli en niños colonizados en los primeros meses de vida y colonización menos frecuente por Clostridioides difficile a los 12 meses de edad.
Tener al menos un animal de compañía en el hogar se asoció con una colonización más frecuente por Bifidobacterium, Lactobacillus y Bacteroides en los primeros meses.
Una mayor proporción de bacterias anaerobias y facultativas a la semana de edad, la colonización temprana por Bifidobacterium, Lactobacillus y Bacteroides y la reducción del transporte de C. difficile entre los 4 y 12 meses de edad se correlacionaron negativamente con el posterior diagnóstico de alergia.
Según informan los investigadores en la publicación, estos hallazgos indican que las tasas más bajas de alergia en los niños que crecen en granjas o con mascotas puede estar relacionado con el establecimiento temprano de comensales anaeróbicos típicos en su microbiota intestinal.
Pero, reconocen, "se necesitan más estudios para validar nuestras observaciones en este pequeño estudio".
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