Opinión

Comprar un ser humano en el año 2023

Carmen Montón es embajadora Observadora Permanente de España ante la OEA y la OPS, y ex ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social

MADRID, 29/03/2023.- Portada de la Revista Hola en la que aparece la actriz y empresaria Ana Obregón, de 68 años, que ha sido madre por gestación subrogada de una niña que nació el 20 de marzo en el centro sanitario Memorial Regional Hospital de Miami, Estados Unidos. "Las emocionantes imágenes de la felicidad de Ana al salir con su bebé en brazos del hospital de Miami", así publica este miércoles la revista "Hola" la nueva maternidad de Ana Obregón.
Portada de la Revista "Hola" en la que aparece la actriz y empresaria Ana Obregón, de 68 años, que ha sido madre por gestación subrogada de una niña que nació el 20 de marzo en el centro sanitario Memorial Regional Hospital de Miami, Estados Unidos EFE/ Revista Hola

Comprar un ser humano como un bien de consumo es algo que ha sucedido por siglos en nuestro planeta, y que tuvo un funesto capítulo en la historia reciente con la trata transatlántica. En el libro de E. Williams, «Capitalismo y esclavitud», como su propio título indica, correlaciona la causa y el efecto.

Ahora, aunque de otro modo, también se compran personas (bebes). Eso sí, parece todo mucho «más civilizado». Se compran seres humanos, bebes por encargo, empleando a mujeres como incubadoras. Por supuesto, las que son utilizadas como procreadoras son mujeres en situación de vulnerabilidad y/o con necesidades económicas, cuando no pobres. Esto no es un hecho accidental, el capitalismo patriarcal y machista ha propiciado los vientres de alquiler; un nuevo obstáculo más para la emancipación de las mujeres. Un hecho que se cataloga como violencia y que atenta la dignidad y los derechos humanos de las mujeres. «El Cuento de la Criada», de Margaret Atwood, nos da una buena reflexión con base en la crítica social y el respeto a los derechos de las mujeres.

Pero más allá de la literatura y las reflexiones teóricas, lo cierto es que tras la pandemia en el mundo se ha retrocedido en los niveles de desarrollo y han aumentado los de pobreza. Esto es terreno abonado para la explotación. Explotación de todo tipo, laboral, pero, no solo, también sexual, con la prostitución y la pornografía de la mano de la trata de mujeres y niñas por la migración forzada. Y la explotación reproductiva.

Los vientres de alquiler son una forma de comprar bebes alumbrados por mujeres en situación vulnerable socioeconómica por parejas ricas. Tiene un obvio sesgo de discriminación y un gradiente de poder radicado en el factor económico. Y yo digo no. Los cuerpos de las mujeres y sus hijos no se pueden comprar como mercancía.