Tratamientos
El «chip de la juventud», ¿engaño o milagro antiedad?
La comunidad médica no llega a un consenso. Unos expertos sostienen que no tiene base científica y otros que, bien administrado, proporciona muchos beneficios
Los 40 de ahora poco tienen que ver con los 40 de antes, pero a partir de esta edad, tanto hombres como mujeres comienzan a experimentar una reducción hormonal que –sofocos aparte- suele pasar factura de forma bastante similar en ambos sexos. Disminución del tono muscular, aumento de la grasa corporal (especialmente en la zona abdominal), caída del pelo, arrugas, fatiga, pérdida de memoria, insomnio, cambios de humor, descenso del apetito sexual, disfunción eréctil en ellos y sequedad vaginal en ellas... son algunos de los achaques que hacen que la calidad de vida de muchas personas comience a caer en picado cuando se acercan al ecuador de sus vidas. Por suerte, la medicina «antiaging» no cesa de evolucionar para intentar desafiar al paso del tiempo y ofrecer soluciones que permitan vivir más tiempo y, lo que es más importante, hacerlo con la mejor calidad de vida posible. En este sentido, a las dietas personalizadas, la práctica regular de ejercicio y un estilo de vida saludable –pilares de la medicina antiedad-, se ha unido la terapia de reemplazo hormonal. Es obvio que el envejecimiento es un proceso imparable e irreversible. No se puede detener, pero sí es posible ralentizarlo y, según algunos expertos, las hormonas pueden jugar un papel importante a la hora de frenar estos desajustes.
En plena era de la imagen, las arrugas y la flacidez suponen un gran motivo de preocupación, pero no ocupan la primera posición en el ranking de inquietudes cuando comienzan a apreciarse los efectos del déficit hormonal. De nada sirve estar bien por fuera, si la maquinaria no marcha bien por dentro. De ahí que esté suscitando tanto interés el llamado «chip de la juventud» o «chip sexual», un pellet subcutáneo a base de hormonas bioidénticas creado a medida, que se inserta generalmente en la zona del glúteo cada 4 o 6 meses y promete devolver la vitalidad propia de la juventud por un precio que oscila entre los 400 y los 800 euros por inserción. Pero, ¿qué hay detrás de este procedimiento? ¿Es seguro? ¿Funciona? ¿Es apto para todos?
Malas noticias. No hay consenso por parte de la comunidad médica. Mientras algunos expertos aseguran que es un método eficaz y seguro, otros le restan credibilidad argumentando que no se puede considerar un método antienvejecimiento global. Por último, los más críticos afirman que estamos ante un tratamiento que no cuenta con suficiente evidencia científica. En cualquier caso, la mayoría de los profesionales coinciden en un mismo punto: estamos a años luz del elixir de la eterna juventud.
Este pellet no cuenta con la aprobación de la Agencia Americana del Medicamento (FDA)
La doctora Virginia Engels, ginecóloga del Grupo Pedro Jaén, recuerda que «La FDA (Agencia Americana del Medicamento) dice que no hay evidencias de que sea seguro y eficaz a diferencia de las terapias hormonales tradicionales ya aprobadas, ni cuenta con el respaldo científico suficiente en Europa. Reconoce que puede aportar mayor comodidad por su forma de administración, pero reclama más estudios. «No es cuestión de demonizar este tratamiento, pero hacen falta más evidencias. Para empezar, no se administra en la Seguridad Social, solo por vía de pago en clínicas privadas».
Manuel Castillo, médico, catedrático de fisiología de la Universidad de Granada y presidente del comité científico de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad (SEMAL), añade que no estamos ante un remedio global contra el envejecimiento, ya que la descompensación hormonal es solo una pata de este proceso. Ahora bien, no descarta sus beneficios: «Como médico y fisiólogo puedo asegurar que con el paso de los años se produce un declive en la secreción de ciertas hormonas sexuales, como la testosterona y la progesterona. Si esa pérdida se compensa con la administración externa podemos devolver el estatus hormonal a una situación que podría corresponder a unos años previos. Ahora bien, este tratamiento no es la panacea ni tiene un efecto generalizado sobre el envejecimiento, sólo consigue evitar una única consecuencia del mismo. Si queremos tratarlo como un proceso generalizado, debemos recurrir a otros mecanismos más complejos».
En esta misma línea van las declaraciones de la doctora Patricia Cabrera García, miembro del Grupo de Identidad y Diferenciación Sexual de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (GidSEEN). «Más conocidos como pellets en el ámbito científico, precisan de una pequeña incisión para su inserción subcutánea y permiten la liberación prolongada de diferentes principios activos. El más conocido y con el que contamos con mayor experiencia es el que libera dosis controlada de progestágenos y se emplea como una alternativa más dentro de los diferentes métodos anticonceptivos. Estos dispositivos también pueden vehiculizar otras hormonas, como estrógenos, testosterona o progesterona, constituyendo una alternativa terapéutica de reemplazo hormonal en mujeres con menopausia precoz, varones hipogonadales o personas trans que desean tratamiento hormonal de afirmación de género. Es una técnica conocida, sin embargo, la evidencia científica disponible en cuanto a su eficacia mediante esta vía es aún limitada». Respecto a sus riesgos, Cabrera añade que «existen estudios limitados sobre los efectos secundarios a corto-medio plazo y la eficacia a largo plazo de la dosis administrada. Además, debemos tener presente que el uso de reemplazo hormonal en determinados momentos puede estar contraindicado. No hay que olvidar que la administración de estrógenos en la mujer postmenopáusica se ha relacionado con un incremento del riesgo de cáncer de mama».
El procedimiento no se administra en la Seguridad Social, solo está disponible en centros privados
El doctor César Montiel, licenciado en Medicina y Cirugía, especializado en Ginecología y Obstetricia de Neolife, al otro lado de la balanza, sostiene que este procedimiento no aumenta las posibilidades naturales de padecer cáncer; en algunos casos incluso las reduce: «Los médicos intentamos llevar al extremo la protección del cáncer, pero no existen indicios ningún indicio de que este tratamiento incremente el riesgo de padecer estas enfermedad en personas sanas; es más, hay evidencias de que es una medida de prevención en algunos casos. Varios estudios avalan que el uso de la terapia de reemplazo con testosterona en hombres sanos protege hasta tres veces más de padecer cáncer de próstata frente a los que no lo utilizan». En cualquier caso, el doctor recalca que «este tratamiento está basado en evidencia científica actualizada con formación que recibimos en EE UU. Evidentemente, antes de pautarlo, el paciente debe someterse a un protocolo previo y cumplir todos los criterios de inclusión, como con todos los procedimientos. Nunca se aplica en embarazadas, pacientes de cáncer o con riesgo de padecerlo o personas con valores absolutamente normales. Si no tienes desfase hormonal o tus síntomas no están relacionados con una descompensación, hay que buscar otra solución». Ahora bien, insiste en que, en muchos casos, si se reúnen todos los criterios, «se aprecia una mejora importante de la calidad de vida, acercando al paciente a la mejor versión de sí mismo».
Por otra parte, el doctor Ángel Martín, director de Clínica Menorca, asevera que existen estudios que avalan su eficacia y su seguridad: «La terapia con implantes cuenta con más de 70 años de experiencia. Científicos de todo el mundo han publicado resultados positivos acerca de este tratamiento. Concretamente, el pellet que nosotros aplicamos en la actualidad lleva utilizándose 32 años en EE UU y casi 10 en España». Insiste en que es un método seguro y con garantías: «Debemos huir de las denominaciones que solo buscan el gancho y suelen estar limitadas al suministro de testosterona. Este procedimiento es el método más seguro y eficiente para corregir el desequilibrio hormonal en todas las edades y de forma especial en la andropausia y la menopausia. Es el único tratamiento que imita de manera exacta el proceso de liberación de los ovarios y testículos humanos. A diferencia de otros tratamientos, los pellets liberan la dosis perfecta y niveles estables en sangre acorde con las necesidades en cada momento. Una vez insertado, desaparecen los síntomas ligados a la descompensación hormonal propia de menopausia y la andropausia y reduce los riesgos asociados. Por ejemplo, ayuda a estimular el deseo sexual, recuperar la energía y bajar de peso».
Ahora bien, aunque es muy poco frecuente, esta terapia con hormonas bioidénticas puede tener efectos secundarios, lo que hace que no esté exenta de riesgos. Las mujeres pueden experimentar dolor transitorio en las mamas, acné, pérdida de cabello y aparición de vello facial, mientras que los hombres pueden apreciar aumento del tamaño de la próstata y disminución de esperma y de masa testicular. «El riesgo cero no existe ni en este ni en ningún otro procedimiento. Podríamos decir que es bastante seguro, pero no hay nada cien por cien seguro», concluye el presidente del comité científico de Semal.
Beneficios que promete el pellet hormonal
El doctor Ángel Martín asegura que este dispositivo «mejora la sexualidad cuando la falta de libido depende de las hormonas, aumenta la energía; mejora el sueño, la memoria y la concentración; redistribuye la grasa corporal; aumenta la masa muscular; es un tratamiento auxiliar para osteopenia y osteoporosis; protege la función cardiovascular; mejora la calidad de vida de pacientes crónicos y tiene un probado efecto protector sobre el riesgo de cáncer de mama y de próstata. En el caso de las mujeres, además, elimina los síntomas de la menopausia».