Cáncer de piel: señales que indican que debes acudir al medico

La piel está expuesta constantemente a elementos ambientales que pueden ser dañinos, especialmente el sol, que es la principal causa del cáncer de piel. Hay otros tipos de cáncer de piel, no relacionados con la exposición al sol, que apenas representan el 1% de estos tumores. Por eso, siempre se recomienda evitar la exposición directa al sol mediante el uso de un protector solar. A pesar de la insistencia con la que se repite esta recomendación, el cáncer de piel sigue siendo el tipo de cáncer más común. Sólo en España se diagnostican alrededor de 3.200 nuevos casos al año.

Normalmente, cuando la gente escucha cáncer de piel, piensa automáticamente en melanoma. Sin embargo, este es el tipo de cáncer de piel menos frecuente. Los dos tipos de cáncer de piel más comunes son el carcinoma basocelular y el carcinoma espinocelular, que tienen probabilidades más altas de curación. El melanoma, por su parte, es menos común que los anteriores, pero es más peligroso y causa la mayor cantidad de muertes.

Tanto el carcinoma basocelular como el espinocelular se originan en la epidermis, aunque el primero lo hace en las células basales, que son la parte más profunda, y el segundo surge en las células escamosas, que se encuentran en la capa más superficial de la epidermis. Por lo general, estos tipos de cáncer suelen aparecer en las zonas más expuestas al sol, como la cara, la cabeza y el cuello. De no tratarse, pueden extenderse e invadir el hueso u otros tejidos debajo de la piel. Aunque es algo muy poco frecuente, porque suelen responder muy bien al tratamiento.

Y luego está el melanoma, que es un tipo de tumor que se forma en los melanocitos, es decir, en las células que producen melanina (el pigmento que le da color a la piel). Representa hasta el 4% de los tumores malignos de la piel, aunque su incidencia no ha hecho más que crecer en los últimos 25 años. Esto es muy preocupante porque es uno de los tipos de cáncer con mayores índices de mortalidad.

Por todos los motivos explicados con anterioridad, es absolutamente necesario que seamos capaces de identificar la forma en la que se presenta la enfermedad, que es -principalmente- con la aparición de lunares de forma, textura y color inusuales. Cuando se sospecha de un posible cáncer de piel, los dermatólogos llevan a cabo pruebas, como la dermatoscopia, y/o la biopsia de piel, para confirmar o desmentir el diagnóstico:

La "regla del abecedario"

Un diagnóstico precoz supone una ventaja enorme a la hora de plantear un tratamiento efectivo contra el cáncer de piel. Por eso, los expertos recomiendan revisar minuciosamente nuestro cuerpo y el de nuestros seres queridos -al menos- dos o tres veces al año… y no sólo durante los meses de verano. Porque si bien es cierto que es más probable contraerlo en esta época del año, es perfectamente posible que la enfermedad se manifieste en otros momentos.

Según la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), podemos guiarnos por una regla mnemotécnica, que puede ayudarnos a identificar si una mancha en la piel puede ser o no cancerígena y si, en consecuencia, debemos acudir al dermatólogo para que este confirme su naturaleza maligna.

Lo único que debemos hacer es recordar las letras “ABCDE”, que hacen referencia a:

Asimetría

Los lunares benignos se presentan en nuestro cuerpo con una forma esferoidal, mientras que los cárcinomas o melanomas tienen una forma anómala… desprovista de cualquier simetría.

Borde

Los bordes de un melanoma o de un carcinoma son irregulares, con formas dentadas y -con frecuencia- se presentan borrosos.

Color

Los lunares son de un color marrón más claro o más oscuro… pero siempre homogéneos. En cambio, la mancha propia de un cáncer de piel presenta diferentes tonos. Puede tener zonas de color negro, marrón, blanco, gris, roja o -incluso- azul.

Diámetro

Muchas personas tienen lunares grandes, pero suelen estar ahí desde la infancia. En cambio, si vemos que ha aparecido un nuevo lunar más grande de 6 milímetros o si observamos que está creciendo en tamaño, es importante que le prestemos atención y consultemos cuanto antes a un dermatólogo.

Evolución

Todas las características anteriores son comunes a las manchas producidas por un cáncer de piel. Sin embargo, lo más característico es que no son estáticos, sino que van evolucionando a lo largo del tiempo. Por eso, si un lunar que ya estaba presente, empieza a variar su tamaño, su color o su espesor, debemos sospechar que algo podría andar mal.

Cabe mencionar que estos cinco puntos son indicativos. No son un método 100% fiable de diagnóstico. Por eso, no debemos alarmarnos hasta haber consultado con un profesional de la salud que tendrá las herramientas necesarias para determinar si -efectivamente- se trata de un melanoma o de algún otro tipo de cáncer de piel.