Bienestar
Confirmado: comer menos retrasa el envejecimiento
Un estudio revela que reducir el consumo de calorías, aunque sea un 12%, cambia nuestra "trayectoria" de vida
Quizá pueda sorprender, pero lo cierto es que los científicos ya conocen el secreto para hacer que casi cualquier especie animal viva más años, incluida la humana. El problema es que no todo el mundo está dispuesto a acatarlo o llevarlo a cabo... Y es que la clave para vivir más es comer menos. Pero, ¿de cuánta reducción estaríamos hablando? Los estudios difieren. Aunque parece que lo ideal sería una disminución de alrededor del 25% en las calorías diarias, un nuevo trabajo apunta que con un 12% los resultados ya son significativos.
Según los resultados publicados en la revista Nature Aging, los investigadores encontraron que una dieta con restricción de calorías tenía unos beneficios sustanciales para la salud, lo que incluía un retraso del envejecimiento. En concreto, "la conclusión principal de nuestro estudio es que es posible ralentizar el ritmo del envejecimiento biológico y que, tal vez, sea posible lograr esta ralentización mediante una modificación del estilo de vida y la conducta", declara el autor sénior del estudio, el doctor Dan Belsky, profesor asistente de Epidemiología de la Facultad de Salud Pública Mailman de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, a la NBC News.
Para llegar hasta ella se desarrolló un ensayo clínico en fase 2 que incluyó a 220 adultos. Algunos de ellos aceptaron implementar una reducción de un 25% en las calorías de su dieta, mientras que otros se comprometieron a no realizar ningún cambio. El índice de masa corporal (IMC) de los participantes iba de 22 a 27 (un IMC de 30 es el umbral de la obesidad). Y los resultados fueron "fascinantes y significativos", según Belsky.
A efectos prácticos, en el primer mes, los del grupo de restricción calórica recibieron tres comidas preparadas cada día, para que se familiarizaran con el tamaño de las porciones (más reducidas si las comparamos con las que estaba acostumbrados a consumir). Además, recibieron consejos sobre la dieta en las primeras 24 semanas del estudio, que en total duró dos años. El otro grupo no tuvo orientación ni restricciones.
Pero, ojo, porque los científicos constataron que al grupo que debía seguir la dieta le costó acatar el programa. Así, a pesar de que el plan era eliminar unas 500 calorías (kcal) de una dieta diaria de 2.000 kcal, la mayoría solo eliminó la mitad de esto (250 kcal), tal y como señaló el doctor Evan Hadley, director de la división de Geriatría y Gerontología clínica del Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento (NIA) de EE UU, que financió el estudio. Sin embargo, "este 12% de reducción fue suficiente para experimentar unos cambios significativos", aseguró.
Los investigadores usaron un algoritmo basado en los datos pasados de 1.000 personas a quienes se dio seguimiento durante 20 años, para ver cómo ciertos biomarcadores del ADN cambiaban en el grupo del estudio. El algoritmo era como un "acelerómetro", explica Belsky, "para ayudar a medir el ritmo del envejecimiento de los participantes.
De esta manera, constataron que quienes eliminaron calorías ralentizaron su envejecimiento entre un 2% y un 3%, lo que redujo sus probabilidades de morir de manera precoz entre un 10% y un 15%. Así, Belsky concluye que "todos tenemos el poder de cambiar la trayectoria de nuestro envejecimiento". Gracias a este estudio, los investigadores planifican dar seguimiento al grupo que sigue dietas con calorías restringidas durante un total de 10 años.
La explicación: por qué comer menos hace que vivamos más
No está claro por qué comer menos ralentizaría el envejecimiento, pero una posible explicación es que podría provocar cambios celulares, dice Belsky. "Quizá induzca el tipo de mecanismos de respuestas de supervivencia en el cuerpo que podrían tener el efecto de limpiar los desechos intracelulares", explica, y prosigue: "Es un señal que le dice al cuerpo que preste atención. Que hay un estrés de recursos en el ambiente. Que debemos asegurarnos de usar todos los recursos que tenemos disponibles de la forma más eficiente".
Aun así, se ha mostrado que los límites a largo plazo en las calorías son nocivos para los animales, lo que incluye una reducción en la fuerza muscular, un metabolismo más lento y un deterioro del sistema inmunitario, advierte Valter Longo, director del Instituto de Longevidad de la Universidad de California que no participó en este estudio, para NBC News. "Podría provocar unos poderosos efectos contra el envejecimiento, pero también conllevar cierto grado de fragilidad u otros problemas que quizá no sean tan beneficiosos", expresa.
Otros estudios en este sentido han demostrado que reducir un 14% la ingesta de calorías diarias podría hacer más lento el envejecimiento. Es el resultado de un grupo de científicos de la Universidad de Yale (EE UU) que sugieren que comer menos puede "rejuvenecer" una parte clave del sistema inmunológico.
Según su teoría, comer menos mejora el funcionamiento del timo, un órgano pequeño ubicado en la parte superior del pecho, bajo el esternón. Su función pasa por elaborar glóbulos blancos, que se llaman linfocitos, para proteger el cuerpo contra las infecciones y enfermedades.
Investigaciones anteriores llevadas a cabo en ratones afirman que los roedores vivían muchos más años si se les restringía en torno a un 30% de las calorías diarias. El investigador, farmacólogo y biólogo molecular del Instituto Salk (EE UU) y coautor de este trabajo, publicado en 2020 en la revista Cell, es el español Juan Carlos Izpiúa.
Él afirma que "determinados cambios metabólicos llevan a una aceleración del envejecimiento" y "se pueden reprogramar de una manera relativamente sencilla, reduciendo nuestra ingesta calórica". En este caso, los científicos también relacionaron la disminución de las calorías con la mejora del sistema inmune.