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«Made in Spain»

Desde Aranda de Duero al mundo para tratar el VIH

La planta burgalesa crea y suministra fármacos innovadores que toman pacientes de más de 100 países

Vista del almacén en altura, totalmente digitalizado e integrado en la planta VIIVLA RAZÓN

Aunque está casi olvidada, la cruda realidad es que la infección por el VIH está lejos de ser erradicada. Los números no dejan lugar a dudas, ya que se estima que en nuestro país viven más de 150.000 personas con el virus. Y no solo eso, pues lo peor está en que cada año se suman 3.000 nuevos casos, lo que se traduce en que hasta nueve españoles son diagnosticados de VIH cada día, es decir, estamos ante un problema de salud pública en el que queda mucho por hacer.

Desde hace décadas, y gracias a la investigación científica, ya es posible disfrutar de una buena calidad de vida a pesar de tener el virus. Parte de ese éxito reside en el buen hacer de compañías como ViiV Healthcare, única especializada al cien por cien en VIH, que este año cumple su 15 aniversario tras la unión de las divisiones de VIH de GSK y Pfizer (con accionariado de Shionogi).

«Tenemos un propósito muy fuerte. No queremos dejar atrás a la gente que vive con VIH, por eso seguimos buscando soluciones para que tengan una vida casi normal», asegura Jean-Bernard Simeon, vicepresidente sr. de ViiV Healthcare Europa, quien recuerda que, «de los 40 millones de personas que viven con VIH en el mundo, casi tres de cada cuatro lo hace con un producto de nuestra compañía, lo que reafirma nuestro compromiso».

[[H3:Fármacos «made in Spain»]]

Gran parte de esos fármacos que permiten que una persona con VIH haga una vida «normal» son «made in Spain» y, más concretamente, burgaleses, ya que la planta de GSK en Aranda de Duero, como parte de la red global de fabricación de medicamentos de la compañía, desempeña un papel fundamental en la producción y suministro de tratamientos innovadores, especialmente en áreas críticas como respiratorio, oncología y VIH.

Esa fabricación con sello español también se ve precedida de un impulso fundamental a la investigación en nuestro país, ya que, tal y como explica Christina Gabriel, directora general de ViiV Healthcare España y Portugal, «España encabeza la actividad investigadora del desarrollo clínico de nuestros fármacos en el mundo, siendo el primer país en términos de pacientes incluidos en los ensayos clínicos para algunos medicamentos, y el segundo, después de Estados Unidos, para otros».

«Estaremos aquí hasta que el VIH y el sida no estén», afirma con rotundidad Gabriel. Para ello, ViiV ha desarrollado tratamientos que han cambiado la forma de tratar el VIH, nuevas moléculas de las principales familias, nuevos mecanismos de acción, nuevas estrategias de tratamiento y prevención, nuevas formas de administración y nuevas formulaciones adaptadas. Y algunos de ellos nacen en Aranda de Duero, donde actualmente se fabrican algunos de los fármacos más novedosos frente al VIH y se distribuyen por todo el mundo. «Como creemos que la innovación debe llegar a todas las personas del mundo, ViiV mantiene políticas de acceso universal a sus productos con acuerdos con entidades como el Medicine Patents Pool para la cesión voluntaria de licencias a compañías de genéricos. Y también suministramos sin ánimo de lucro nuestros fármacos, fabricados, entre otros lugares en Aranda de Duero, a países de medios y bajos ingresos», detalla Simeon.

Fabricación inteligente

Si hay algo que marca la diferencia en la fábrica de Aranda de Duero es la innovación tecnológica y la robusta apuesta por la calidad de todo lo que se realiza en ella. Adentrarse en el engranaje interno de una planta de este tipo resulta toda una experiencia difícil de olvidar, pues permite entender a la perfección cómo cada pieza del puzle encaja para que el lienzo final sea perfecto. Parte de la culpa está en la exigencia marcada internamente, que también se vale de la fabricación inteligente que hacen posible las nuevas tecnologías.

Algunos ejemplos de la innovación que marca la diferencia de puertas para adentro en la planta de Aranda de Duero son, por ejemplo, los denominados cobots, robots colaborativos que evitan las tareas más pesadas que hacían los operarios, garantizando así la seguridad. Aunque si hay algo que llama la atención son los vehículos autoguiados que se mueven, como por arte de magia, de un lado para otro haciendo que todo el material esté en su sitio cuando corresponde, lo que permite que los trabajadores se centren en la calidad del proceso. La Inteligencia Artificial al servicio de la seguridad, maquinaria de alta contención, blockchain y sistemas de serialización que permiten el seguimiento individual de cada producto a lo largo de la cadena de suministro son otras de las herramientas que facilitan el engranaje, sin pasar por alto que la planta cuenta con un almacén propio en altura aleatorizado y conectado con la fábrica, lo que permite el control absoluto de los materiales con flujos automatizados, garantizando así que todo funcione a la perfección.