Entrevista
“La deficiencia de vitamina D se asocia con una peor función pulmonar”
Entrevista al doctor Juan Luis Rodríguez Hermosa, neumólogo del Hospital Clínico San Carlos
1.- La falta de vitamina D ¿afecta a todas las enfermedades respiratorias?
Numerosos estudios epidemiológicos han encontrado asociación entre niveles bajos de vitamina D y mayor riesgo de desarrollar diversas enfermedades respiratorias o de conllevar un peor pronóstico. Existen numerosas evidencias que apoyan el papel de la vitamina D sobre el sistema inmunitario que, a su vez, condicionaría un posible efecto en el desarrollo de enfermedades respiratorias. Conviene señalar que casi todas las células mediadoras de la respuesta inmunitaria innata y adaptativa presentan receptores de vitamina D que actuarían como un potente inmunomodulador, lo que justifica una menor respuesta inmunitaria innata de monocitos y macrófagos con niveles de vitamina D (25-OH D) < 20 ng/ml.
2.- En concreto, ¿cómo afecta a la EPOC?
La deficiencia de vitamina D se asocia con una peor función pulmonar, un deterioro acelerado de la función pulmonar y un aumento de las exacerbaciones de la EPOC. Estos hallazgos identifican los niveles de 25-OH-vitamina D como un marcador potencialmente útil de los resultados adversos relacionados con la EPOC. También, ensayos clínicos han constatado beneficios de la suplementación con colecalciferol en los pacientes con EPOC en parámetros clínicos como la mejoría del FEV1, calidad de vida y la reducción de la tasa de agudizaciones.
3.-Convendría saber qué es exactamente la EPOC y cómo se diagnostica.
La EPOC es una enfermedad respiratoria que se caracteriza por una obstrucción en las vías respiratorias al paso de aire, consecuencia de un proceso inflamatorio por exposición crónica de agentes tóxicos, irritantes, en nuestro medio fundamentalmente el tabaco. Es una enfermedad muy frecuente, más de un 11% de la población adulta mayor de 40 años la padece y es responsable de una importante mortalidad, tercera causa de muerte en el mundo. Su diagnóstico se realiza mediante la realización de una prueba sencilla, la espirometría, que mide los volúmenes y el flujo de aire que el paciente es capaz de movilizar al respirar.
4. ¿Y por qué es tan importante tener regulados los niveles de vitamina D para los pacientes de EPOC?
Se ha demostrado que la deficiencia de vitamina D es muy común entre los pacientes con EPOC y que la deficiencia de vitamina D se asocia con una peor función pulmonar, un deterioro acelerado de la función pulmonar y un aumento de las exacerbaciones de la EPOC. Pese a estas evidencias, los resultados de nuestro estudio ponen de manifiesto que la mayoría de los pacientes con una EPOC de alto riesgo no disponen de una determinación de vitamina D en sangre pese a tener un seguimiento prolongado. Unos datos que reflejan una práctica clínica que no está acorde con las recomendaciones de las actuales guías de buena práctica clínica de la EPOC en relación con la detección de casos de deficiencia grave en un grupo de riesgo como los pacientes agudizadores con alto impacto clínico. El suplemento de esta vitamina en los pacientes con déficit grave (10 ng/ml o 25 nmol/l) reduce la tasa de exacerbaciones de EPOC moderada/grave. Estas evidencias han fundamentado las actuales recomendaciones de buena práctica clínica, que establecen que, en pacientes con alto riesgo e impacto clínico, especialmente si son agudizadores persistentes, se realice la determinación de la concentración sanguínea de 25-OH-vitamina D y la suplementación si el nivel de 25-OH-vitamina D está por debajo de 10 ng/ml o 25 nmol/l.
5. ¿Para qué sirve exactamente la vitamina D? ¿Qué es lo que hace en nuestro organismo?
Los estudios han demostrado que, además de su papel tradicional en la salud ósea y la homeostasis del calcio y el fósforo, posee una gama mucho más amplia de efectos fisiológicos, incluidos los efectos sobre la función muscular y el sistema inmunitario, relacionados con la presencia de receptores de vitamina D en las células de estos tejidos. Es conocido su papel inmunomodulador y su capacidad para promover respuestas inmunitarias innatas en respuesta a infecciones y respuestas inmunes adaptativas regulares, así como la actividad antimicrobiana y antiinflamatoria de los metabolitos activos de la Vitamina D en estudios in vitro a nivel pulmonar. Además, los estudios han demostrado una asociación entre las infecciones respiratorias y los niveles bajos de vitamina D. Estos efectos tendrán implicaciones clínicas para los pacientes con EPOC, especialmente en algunos pacientes más susceptibles de desarrollar exacerbaciones,
6. En España pensamos que como hay mucha luz recibimos suficiente vitamina D, pero no es del todo cierto ¿no? ¿Qué exposición diaria habría que tener para obtener la necesaria vitamina D en condiciones normales y en caso de padecer EPOC?
Debemos recordar que el colecalciferol o “vitamina” D3, es sintetizado a partir del dehidrocolesterol de la piel, por acción de la radiación solar ultravioleta B. La principal fuente de vitamina D es la exposición solar, entre las 10 y las 15 horas en primavera, verano y otoño. La síntesis de vitamina D en invierno es muy pequeña o nula. Esta vía representa alrededor del 80-90% del aporte al organismo, el resto se obtiene de la alimentación, aproximadamente el 10- 20%. La vitamina D se encuentra principalmente en peces marinos, hígado animal, yema de huevo, carne magra, leche descremada, queso, nueces y mariscos. Pocos alimentos contienen de manera natural vitamina D en cantidad suficiente para cubrir las necesidades diarias. Es por ello, por lo que se considera que la primera causa del déficit de vitamina D es una exposición solar insuficiente, a la que se suma la coexistencia de situaciones clínicas que limiten la absorción de vitamina D o favorezcan su pérdida.
7. ¿También la recibimos a través de algunos alimentos?
La fuente a través de la alimentación, representa aproximadamente el 10-20%. La vitamina D se encuentra principalmente en peces marinos, hígado animal, yema de huevo y carne magra, leche descremada, queso, nueces y mariscos.
8. Y ¿en qué condiciones es preciso recurrir a los suplementos?
Las recomendaciones actuales por consenso de expertos aconsejan valorar la deficiencia de vitamina D y determinar las concentraciones séricas de 25 (OH) D en los pacientes con EPOC que presentan un riesgo asociado, como son la edad avanzada, una exposición solar restringida, tratamiento crónico con fármacos que afectan a la absorción y/o el metabolismo de la vitamina D, como glucocorticoides, y una mayor susceptibilidad para presentar descompensaciones de la EPOC. La suplementación se recomienda realizar siempre, si el nivel de 25-OH-vitamina D está por debajo de 10 ng/ml o 25 nmol/l. En nuestro estudio, uno de los principales factores relacionados con la presencia de deficiencia de vitamina D era ser tratado con ciclo de corticoides sistémicos en los seis meses previos (que tenían 2,1 veces más probabilidad de presentar deficiencia de vitamina D). Conocemos que los glucocorticoides disminuyen la absorción intestinal y aumentan la excreción urinaria de calcio, con el consiguiente aumento de riesgo de osteoporosis y aparición de fracturas. Pero, además, también aumentan la actividad de la enzima 24-hidroxilasa, con la consecuencia de una disminución en la producción de vitamina D hormona, lo que reafirma la recomendación de una monitorización periódica de niveles de 25(OH)D y suplementación exógena de vitamina D en caso de deficiencia en pacientes en tratamiento crónico con esteroides, tales como pueden ser los pacientes con EPOC. También en nuestro análisis, tener un bajo nivel de actividad física y haber precisado hospitalización por EPOC en el año previo se asociaban a más probabilidad de tener deficiencia de vitamina D.
9. ¿Y si hemos pasado por alguna afección respiratoria o si padecemos EPOC, los suplementos son imprescindibles?
Los estudios han demostrado una asociación entre las infecciones respiratorias y los niveles bajos de vitamina D. Estos efectos tendrán implicaciones clínicas para los pacientes con EPOC, especialmente en algunos pacientes más susceptibles de desarrollar infecciones que ocasionan frecuentes descompensaciones de la EPOC, denominadas exacerbadores. En este grupo de pacientes, el suplemento de esta vitamina en los pacientes con déficit grave (10 ng/ml o 25 nmol/l) reduce la tasa de exacerbaciones de EPOC moderada/severa. Evidencias que han fundamentado las actuales recomendaciones de buena práctica clínica, que establecen que, en pacientes con alto riesgo e impacto clínico, especialmente si tienen frecuentes descompensaciones de la EPOC, se realice la determinación de la concentración sanguínea de 25-OH-vitamina D y la suplementación si el nivel de 25-OH-vitamina D está por debajo de 10 ng/ml o 25 nmol/l. Por tanto, la recomendación si tenemos esa afección es realizar primero una determinación en sangre y si está baja debemos tomar suplementos, no serviría solo aumentar la exposición solar.
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