Futuro
Trasplante de grasa parda, la prometedora solución para frenar la obesidad
El futuro abordaje del exceso de kilos pasa por innovaciones como la implantación de tejido adiposo marrón o el uso de la Inteligencia Artificial para crear dietas personalizadas según cada microbiota
Aunque la pandemia de la Covid-19 lleva casi dos años copando todas las portadas, la auténtica amenaza global que acecha a la salud de algo más de la mitad de nuestra sociedad sigue haciéndose hueco cada día de forma sibilina, en silencio y casi sin llamar la atención. El sobrepeso y la obesidad son unos peligrosos compañeros de viaje que minan la calidad de vida y disparan las comorbilidades del 61% de los españoles, lo que acorta su esperanza de vida. Una cifra que, en vez de echar el freno se ha disparado durante los últimos meses como consecuencia del confinamiento y de las restricciones, hasta el punto de que cuatro de cada diez ciudadanos reconoce haber cogido peso en este periodo.
Flaco favor, nunca mejor dicho, para un problema que va mucho más allá de la cuestión estética y que tiene asfixiado al Sistema Nacional de Salud, pues se estima que el coste atribuible a esta enfermedad es de unos 2.880 millones de euros anuales, lo que se traduce en el 7% del gasto sanitario estatal.
Sobran, por tanto, las razones para coger al toro por los cuernos y plantarle cara de una forma efectiva. Consciente de ello, la comunidad médico-científica ya se ha puesto manos a la obra, tal y como se ha desmostrado durante la celebración del XVII Congreso de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo), que echó ayer el cierre en Málaga con un buen puñado de pioneros proyectos que invitan al optimismo. «En los últimos años se han abierto muchas vías de investigación entre las que destacan dos caminos que parecen resultar muy prometedores: por un lado, el aprovechamiento de la denominada grasa marrón y, por el otro, el estudio de la microbiota intestinal a través de la Inteligencia Artificial para lograr una medicina personalizada de precisión», avanza la doctora María del Mar Malagón, presidenta del comité científico del Congreso.
El tejido adiposo es uno de los órganos más grandes de nuestro cuerpo y parte de la solución del futuro abordaje de la obesidad está en poner el foco en la denominada grasa marrón. «Ese tejido está formado por células especializadas en almacenar grasa (adipocitos blancos) o en mantener la temperatura corporal mediante termogénesis (adipocitos marrones). Estos últimos queman nutrientes para producir calor con un efecto protector frente a la obesidad (gastan las calorías que sobran) o la diabetes (drenan el exceso de glucosa en sangre para ser oxidada y mantener la termogénesis)», explica Laura Herrero, profesora del Departamento de Bioquímica y Fisiología de la Universidad de Barcelona e investigadora del Ciber de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CiberOBN).
Sin embargo, se ha demostrado que las personas diabéticas y con problemas de exceso de kilos tienen disminuida esa capacidad de la grasa parda. Por eso, «apostamos por el trasplante de tejido adiposo marrón, es decir, generar, a partir de células madre de dicha grasa, adipocitos trasplantables, funcionales y con un elevado poder de quemar calorías como terapia contra la obesidad y la diabetes», asegura Herrero.
Suena a ciencia ficción, pero el trasplante de adipocitos es viable: «Trabajamos en diseccionar tejido adiposo marrón del propio paciente que podría obtenerse gracias a una liposucción o después de una cirugía bariátrica. Tras aplicar una terapia génica que genere mayor capacidad de quemar grasa, volvemos a implantarlo en esa persona, lo que reduce el riesgo de rechazo, y eso nos acerca a una medicina personalizada», avanza Herrero, cuyo grupo de trabajo ya ha ha logrado buenos resultados en ratones, lo que confirma la hipótesis.
Microbiota e Inteligencia Artificial
La segunda gran esperanza frente a la obesidad está centrada en explotar al máximo todo el rendimiento que tiene la microbiota intestinal. «Se ha llegado a pensar que el microbioma es la panacea de la salud, y tampoco es eso, pero desde luego que se trata de un nuevo órgano con un potencial abrumador. Se ha demostrado que los microorganismos que habitan en el intestino de los pacientes con obesidad son diferentes a quienes tienen normopeso, aunque en este caso pesa más la individualidad de cada persona. Todo influye en las características propias de nuestra microbiota. Existen miles de variables. Por ello la clave del éxito para usarla como herramienta útil frente a la obesidad está en emplear la Inteligencia Artificial (IA) para descifrar toda la información que aporta cada microbioma», explica Isabel Moreno-Indias, profesora de la Unidad de Gestión Clínica de Endocrinología y Nutrición del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima), e investigadora del CiberOBN.
Ese reto está al alcance de la mano gracias al «machine learning», una disciplina de la IA dedicada a crear sistemas que aprenden de manera automática. Así, investigadores españoles participan en una red internacional cuyo trabajo consiste en buscar patrones en grandes bases de datos que permitan clasificar a los pacientes de acuerdo con las características de su microbioma y utilizar esa información para determinar cuáles son los mejores alimentos para su salud, para solucionar su obesidad o prevenir la aparición de enfermedades.
«Hay estudios que demuestran que, sabiendo qué bacterias predominan en una persona, se puede predecir su índice glucémico cuando come o qué alimentos le resultarán más eficaces en su objetivo de adelgazar, lo que nos permitirá hacer dietas personalizadas y efectivas. Y esto ya está a la vuelta de la esquina», asegura Moreno-Indias, quien también pone sobre la mesa la innovación en «trasplante de microbiota fecal».
La investigación farmacológica tampoco cesa y ya están en desarrollo «medicamentos cada vez más seguros y eficaces. Hay moléculas muy prometedoras en fase 3 que logran descensos de peso del 15% en pacientes obesos y que previsiblemente estarán disponibles en tres o cuatro años», asegura Francisco Tinahones, presidente de Seedo. Y mientras esto llega, ya es una realidad el empleo de «la endoscopia bariátrica, que se perfila como la opción más efectiva y aceptada por los pacientes tras las dietas y antes de la cirugía convencional. Logramos reducir el estómago a través de la boca, por medio de sutura eléctrica y automática, interviniendo sin cicatrices y con alta en menos de 24 horas», detalla el doctor Gontrand López-Nava, director de la Unidad de endoscopia bariátrica en el Hospital Universitario HM Sanchinarro de Madrid.
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