Ciudad del Vaticano
El IOR, a examen en el cónclave financiero
El Pontífice se reúne con el G-8 cardenalicio. Francisco tomará una decisión tras estudiar los informes de la comisión sobre la banca vaticana
Comenzó ayer en el Vaticano la tercera ronda de reuniones con el Papa Francisco del Consejo de cardenales, el organismo creado por el Pontífice en abril de 2013 para que le ayudara en el Gobierno de la Iglesia y en la reforma de la Curia romana. Los ocho purpurados del grupo, liderados por el hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, quien ejerce de coordinador, escucharon ayer en la Domus Santa Marta, la residencia donde vive el Papa, los informes de los representantes de la comisión, que ha estudiado estos últimos siete meses la estructura económica y administrativa de la Santa Sede. En el encuentro estuvo presente el secretario de Estado, el neocardenal Pietro Parolin.
Las conclusiones de este grupo de trabajo fueron presentadas por su presidente, Joseph F. X. Zahra, profesor de Economía en la Universidad de Malta, y por su secretario, el sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda, «número dos» de la Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede. También participó en la exposición el alemán Jochen Messemer, miembro de esta comisión. Según explicó el director de la sala de prensa vaticana, Federico Lombardi, se trató de una «presentación oficial», por lo que en la reunión no se tomó «ninguna decisión». Tras el encuentro matutino, los ocho cardenales almorzaron con el purpurado Giuseppe Bertello, presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano.
El Consejo escuchará en la mañana de hoy el informe resultante de la investigación realizada a uno de los organismos de la Santa Sede que más quebraderos de cabeza le ha dado a la Iglesia católica por sus continuos escándalos, el Instituto para las Obras de Religión (IOR), la banca vaticana. Mañana por la tarde se encontrarán con los cardenales miembros del llamado Consejo de los 15, el organismo creado por Juan Pablo II para que las Iglesias locales tuvieran más presencia en el control de las cuentas del Vaticano. De este grupo forma parte el español Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid y presidente del episcopado de nuestro país. En la sesión matutina de mañana no participará el Papa Francisco, quien a esa misma hora estará celebrando la habitual audiencia general de los miércoles, por lo que los purpurados tratarán temas de menor relevancia.
Este periodo de reuniones y encuentros continuará el jueves y el viernes con el consistorio extraordinario convocado por el Pontífice para hablar de la familia. Será una preparación para el sínodo que se celebrará en el mes de octubre. Tras el saludo inicial del obispo de Roma, el cardenal alemán Walter Kasper, teólogo de cabecera de Jorge Mario Bergoglio, hará una exposición sobre los desafíos de la pastoral familiar hoy. El sábado tendrá lugar la ceremonia para la creación de 19 nuevos cardenales, 16 de los cuales cuentan con derecho a voto en caso de un eventual cónclave. Entre los eméritos está el español Fernando Sebastián, arzobispo emérito de Pamplona.
«Se está investigando, hay que tener paciencia»
«Me acuerdo tanto del Papa Pablo VI. Él sostenía que la Iglesia se puede criticar, pero con amor, así como un hijo critica a su mamá. De la misma manera creo que se puede criticar a este Papa, pero con amor». Esta fue la respuesta del cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, coordinador del denominado «G-8» del Papa Francisco, que se ha convertido en su hombre de máxima confianza, a la pregunta de un periodista sobre si se puede criticar al Pontífice. Asimismo, explicó que «los trabajos de nuestra comisión comenzaron en octubre. Se está haciendo un trabajo serio, de investigación, por lo que hay que tener paciencia. Es un trabajo que dará sus frutos, pero esta sociedad acelerada debe tener paciencia. Las cosas del Señor toman tiempo». El Papa, explicó el cardenal hondureño, «ha dicho que vive según las palabras del Nuevo Testamento. Entonces, debemos trabajar con discernimiento. Esto significa que es necesario escuchar, rezar, dialogar y luego decidir. Nosotros nos encontramos en este proceso».