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Rolin Jones resucita “Entrevista con el vampiro”
El célebre showrunner, contratado en exclusividad por AMC, rescata de entre los muertos el clásico de Anne Rice para elevarlo a una filmografía que ya engrandecen “Weeds” o “Friday Night Lights”
Para quien no esté demasiado familiarizado con las bambalinas de Hollywood, con quién crea realmente esas series y programas de televisión que nos acaban robando el corazón, el nombre de Rolin Jones (EE.UU., 1972) no les dirá mucho. Pero su currículum habla por sí solo: “Weeds”, “Friday Night Lights”, “Boardwalk Empire”, “Smash” o la última y exitosa adaptación de “Perry Mason” llevan su nombre. Ahora, este guionista y productor, uno de esos niños maravilla graduados en Yale que recién terminada la adolescencia ya estaba llevando sus obras a la escena alternativa de Broadway, atiende a LA RAZÓN desde su casa de Los Angeles para hablar de “Entrevista con el vampiro”. De la saga original de libros de Anne Rice, de la nueva serie en la que los adapta para AMC y que se estrenará en España el próximo 12 de enero y, claro está, también de aquella mítica película de 1994 protagonizada por Tom Cruise, Brad Pitt, Christian Slater o Antonio Banderas.
Tres veces nominado al Emmy, Jones fue contratado por la cadena de “Mad Men” y “The Walking Dead” bajo una millonaria cláusula de exclusividad, solo pudiendo crear contenido para AMC. Y ese trato, además de con el nacimiento de su hija -que le está quitando las pocas horas de sueño que conseguía reunir, confiesa risueño-, coincidió con la adquisición por parte de la cadena de toda la obra escrita de Anne Rice. Desde las propias “Crónicas vampíricas” de las que parte “Entrevista con el vampiro” o “Lestat el vampiro” hasta “Ramsés el maldito” o “Las brujas de Mayfair”, que también tendrán serie con Alexandra Daddario al frente del proyecto. Y aquí, Jones actualiza el relato de la escritora y lo resucita, moviéndose entre 2022 y los tiempos previos a la Gran Depresión, con Jacob Anderson (”Juego de Tronos”) como protagonista y en un brillante ejercicio de museo de los deseos más primarios. Elegante y sádica, inteligente y sexy, “Entrevista con el vampiro” se estrenará en AMC España el próximo 12 de enero.
-¿Cómo se subió al proyecto? ¿Fue algo buscado o una oferta del equipo de AMC?
-Fue todo una maravillosa coincidencia en el tiempo. Habían comprado todo el material de Anne Rice, incluida “Entrevista con el vampiro” y justo entonces me contrataron en exclusividad, solo para crear series y formatos de televisión para ellos. Nos sentamos a conversar en una reunión, sobre los proyectos que yo quería sacar adelante y, cuando terminamos, me preguntaron por ello, porque no creían que a mí me fuera a interesar. Casi en el último momento me dijeron que se trataba de Anne Rice y fue como: “¿Qué? ¿En serio?”. Así que me volví a sentar en la reunión y me interesó de inmediato. Pedí, eso sí, que me dejaran leer primero el libro. Ellos estaban tan sorprendidos como yo, creo. Sabía que iban a invertir muchos recursos y a mí, antes que nada, me apetecía volver a escribir una historia de amor. Para cuando había terminado los tres primeros libros ya estaba totalmente dentro del proyecto. Y, sobre todo, era algo completamente nuevo en mi carrera.
-¿Tenía usted una relación directa con el trabajo de Anne Rice? Ha dicho alguna que otra vez que ella debería ser parte del canon literario.
-No, no, ha sido un descubrimiento aparejado a ir leyendo las novelas para preparar este proyecto. Para mí, toda fueron los libros que leían las chicas interesantes del instituto. Me llamaban la atención, pero desde lejos, como algo ajeno. En ese entonces yo solo me dedicaba a jugar al baloncesto, así que tampoco estaba como para eso. Intentando levantar la serie he ido y he vuelto a ellos, además, desarrollando una adaptación de “Cumbres borrascosas”, también para AMC. Y, de repente, tienes en casa dos libros. Uno que está considerado alta literatura y otro que es pulp fiction. Y, joder, no puedes decirme que no son libros, al menos, a la misma altura. Yo creo, incluso, que los de Rice son mejores. Si abrimos el canon literario, tenemos que abrirlo también en el sentido del género. La idea de los grandes libros, si es que existen, deben diversificarse, analizarse bajo nuevos focos de sexo, género o raza. Pero también de temas. El primer libro de “Entrevista con el vampiro”, sobre todo”, debería ser considerado un clásico americano.
-Desde principios de siglo, casi, las historias de vampiros en el mainstream han sido productos de nicho adolescente. Podemos hablar de “Crónicas vampíricas”, por ejemplo. Y no me malinterprete, me encanta el “cringe” de “Crepúsculo”, pero, ¿no cree que su éxito haya podido alejar a las audiencias más adultas de todo lo relacionado con los vampiros?
-Puede ser, es como si hubieran dejado de hacerlas. Quizá podríamos hablar también de “True Blood”, pero es cierto que su público objetivo seguía siendo joven. Pero creo que el secreto más oscuro de Hollywood es que los públicos objetivos nunca los marcan los creadores. Vienen dados por la gente en traje, por un contable que trabaja en un rascacielos. Y es ciertamente reaccionario, claro, porque nos devuelve una industria timorata. ¿Quién mueve realmente los hilos para marcar las tendencias? No creo que venga de los creadores. En plan, yo, Rolin Jones, decido que los vampiros vuelven a molar, que pueden ser televisión de prestigio. Para nada. Todo parte de una idea y luego buscas a alguien que te ayude a poner en marcha esa idea. Aquí, más que lo vampírico en sí mismo, nos atraía mucho la idea de inmortalidad. Y lo sexy que puede ser.
-Cuando tuvo claro que haría la serie, ¿volvió a la película de 1994? Es imposible que haya un elenco más icónico en una época más concreta...
-Si soy sincero, la vi muy al principio y luego no la volví a ver nunca más. Y es que no puede ser más evidente que es una película de 1994. Probablemente es la película más de los noventa que jamás haya visto en mi vida. Y me acordaba perfectamente de la promoción, por ejemplo. Pero tanto yo como AMC teníamos claro que era absurdo intentar hacer lo mismo otra vez. Queríamos volver al libro, a qué cuenta la novela. Con nuestras licencias y adaptándolo a 2022, a lo difícil que es esconderse hoy en día. Creo que te pueden gustar ambas sin entrar en conflicto.
-¿Cómo encontró el tono adecuado para la serie? A veces es una serie de periodismo, por momentos es una película de época y, sobre todo, es un cuento sobre el deseo...
-¡Todo está en el libro! Va de un lado a otro todo el rato, casi de manera frenética, siendo muchas cosas y todas muy buenas, a la vez. Eso me gustaba mucho, lo ambicioso que es el libro. Desde el principio, junto al resto de guionistas, tuvimos claro que no debíamos intelectualizar de más la historia. Hay vampiros. Le chupan la sangre a la gente. No nos van a dar un montón de premios. Pero, sin embargo, teníamos la oportunidad de conectar con los deseos más primarios de la gente. Mostrar a nuestros personajes y sus bajezas, yo creo, es más difícil que lo que se hace en “The Crown”, por poner un ejemplo. Mostrar las constricciones de una época con una escena de ópera es fácil, pero hacerlo después de matar a un montón de gente exige un poco más de mano izquierda. Y, sobre todo, queríamos una serie entretenida. Menos charlas, más acción.
-Por momentos, la serie es muy explícita. Respecto al gore y la sangre, por ejemplo. Pero solo en momentos muy concretos. AMC es famosa por la libertad que da a sus creadores a ese respecto, ¿es algo que estaba en sus guiones?
-Bueeeeno... Es una gran pregunta. Vale. Sí. No me vuelve especialmente loco el puto gore. No me interesa mucho. Pero déjame pensar en la respuesta más política. Vale. Creo que tiene que ver con las expectativas. No deja de ser la cadena de “The Walking Dead”, por ejemplo. Pero también es la de “Breaking Bad”, que es por lo que me interesaba trabajar con ellos. Hay que tener claro, siempre, que los vampiros son una especie depredadora y el espectador no se puede olvidar de ello. No son criaturas de luz, son monstruos. Mira, te lo voy a decir con sinceridad, no me gusta nada el puñetazo sangriento a la cabeza del primer capítulo. Lo he odiado con toda mi alma. Pero claro, cuando avanza la serie, esa violencia tiene mucho sentido. Y quien piense que los vampiros de Rice deben ser pulcros, no derramar una sola gota de sangre sobre el suelo, no ha leído los libros. Pero no me parece un mal ideal tampoco, a alcanzar.
-Ya por último, y casi como fan y adolescente que creció con la serie más que como periodista, tengo que preguntarle por los tiempos de “Friday Night Lights”. ¿Cómo recuerda la experiencia? ¿Cómo de importante fue su paso por la serie?
-Fue increíble, porque llegué a la serie en un momento que recuerdo con mucho amor. Tuve la oportunidad de escribir en las últimas tres temporadas, cuando ya estaban explorando esa otra parte de la ciudad de la que no nos habían hablado mucho. Lo más bonito de todo ello, eso sí, fue poder desarrollar las relaciones personales entre los personajes, porque sabíamos que incluso cagándola tendríamos tiempo de enmendar errores. Contar con ese apoyo de una cadena es la hostia. Y, si piensas en aquella sala de guionistas, solo ves a gente que ahora es showrunner, fue una cantera increíble. Guardo muchísimas amistades, porque la máxima era que nadie fuera un gilipollas con las ideas del otro. Y eso se respetó siempre.
Además, creo que la serie conectó con una sensibilidad distinta y poco explorada, la de la mitad de Estados Unidos. Siempre se escribe desde, por y para las costas, Los Angeles o Nueva York, y ese trozo, hasta nuestra aparición, parecía olvidado. Claro, joder, era una serie romántica, idealizada, de esa parte del país, pero al final no se trataba más que de contar una historia sobre la capacidad de articularse como seres humanos, desde adolescentes a adultos. De aprender a expresar sentimientos en un mundo explícitamente machista. Te dicen que aguantes, que aguantes, que aguantes, pero a veces hay que soltar, hay que dejar ir. Y te voy a contar un detalle, y es que uno de los becarios de aquella serie estuvo conmigo en “Perry Mason”, y seguirá en la segunda temporada y la hija de otra de mis compañeras allí, sin que yo lo supiera, consiguió un puesto como ayudante en “Entrevista con el vampiro”. Es como cerrar el círculo.
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