Tribuna

El Vaticano, algunos aspectos terrenales de la Iglesia Católica

Como Estado que es, el Vaticano mantiene una importante actividad diplomática activa en el mundo a través de sus Nunciaturas Apostólicas o embajadas vaticanas dependientes de la Secretaría de Estado del Vaticano

El Vaticano, algunos aspectos terrenales de la Iglesia Católica
El Vaticano, algunos aspectos terrenales de la Iglesia CatólicaBarrio

Desde los llamados Pactos de Letrán de 1929, en los que Italia reconoció la soberanía internacional de la Santa Sede y por los que se crea el Estado del Vaticano, no podemos olvidar cómo Su Santidad es, a la vez, Jefe de Estado del Vaticano y celebra acuerdos internacionales, como los muchos concertados durante el papado de Benedicto XVI con Estados islámicos, ortodoxos, asiáticos, americanos y africanos, de muy distintas mayorías religiosas y concepciones políticas, incluidos los antes llamados países comunistas, así como europeos.

En materia de protección de los derechos humanos frente a posibles abusos de las multinacionales, la actividad se ha manifestado, asimismo a medio de la condición desde 1964 de Observador Permanente de la ONU (pues la Santa Sede no es miembro), habiendo designado dos Nuncios Apostólicos en Nueva York y en Ginebra, respectivamente. Se ocupan, además de la defensa a ultranza de la libertad religiosa, de la promoción de los llamados Principios Rectores elaborados por John Ruggie para implementar el Marco Proteger, Respetar y Remediar de la ONU, promoviendo la necesidad de alcanzar un Tratado sobre empresas y derechos humanos, para que el derecho no obligatorio pase a serlo en la realidad mundial.

Los Santos lugares ubicados en Israel y Palestina también han sido objeto de una atención especial por el Vaticano, pues su conservación y atenciones constituyen actividad prioritaria de su hacer en el mundo para preservar el culto y la herencia del catolicismo. Se alcanzaron Acuerdos con Israel en el año 1997, que habían sido precedidos del llamado Acuerdo Fundamental de 1993, siendo manifestación del mutuo entendimiento entre las religiones concernidas y suponiendo el reconocimiento de la personalidad jurídica de la Iglesia Católica y de sus instituciones, con un tratamiento económico y fiscal complementario aplicable a ellas. Concretamente, en el artículo 3 se reconoce la personalidad jurídica de los Patriarcados orientales, del Patriarcado y de las diócesis que dentro de Israel puedan crearse. Igualmente, se reconoce la personalidad jurídica de la Asamblea de los Obispos u Ordinarios Católicos en Tierra Santa, cuyos estatutos fueron aprobados el 9 de diciembre de 1991. La personalidad y actuación jurídica de las parroquias queda unida a las de las diócesis. También se reconoce la personalidad jurídica de la Custodia de Tierra Santa, en el artículo 4. Distinguiendo la estructura territorial (a la que se dedica el artículo 3), el artículo 5 reconoce la personalidad jurídica de los Institutos de vida consagrada y de otras entidades de la Iglesia católica. Este Acuerdo se complementó en el año 2000 con otro Acuerdo con la Organización para la Liberación de Palestina en el que se crea una Comisión bilateral permanente de trabajo. Dice su art. 5 que se establece la libertad de la Iglesia católica para llevar a cabo, por los medios necesarios, sus funciones y sus costumbres, tales como las de carácter espiritual, religioso, moral, caritativo, educativo y cultural.

La actividad cultural del Vaticano, además de los evidentes tesoros artísticos que se encuentran en sus dependencias, tiene un lugar muy especial, quizá, más desconocido para el público. Se trata del denominado Archivo Secreto Vaticano. Es un depósito documental inmenso que, entre otros, contiene las copias de los documentos papales expedidos por la Cancillería Apostólica, la Cámara y otros Dicasterios, en forma regular, desde el papa Gregorio VII (1020-1085), conteniendo desde el siglo XIII la mayor parte de las Bulas Papales. Los estudiosos de la historia Eclesiástica tienen aquí un verdadero pozo sin fondo para hacer sus investigaciones sobre todos los Estados.

Hay que recordar, asimismo, que, como Estado que es, el Vaticano mantiene una importante actividad diplomática activa en el mundo a través de sus Nunciaturas Apostólicas o embajadas vaticanas dependientes de la Secretaría de Estado del Vaticano y que, en la actualidad, son más de 175, habiendo aumentado notablemente su número tras la caída del muro de Berlín y de los regímenes políticos de economía planificada o centralizada. Los Nuncios suelen ser los Decanos del Cuerpo Diplomático acreditado en cada Estado, aunque esto no siempre sucede así. A veces el Nuncio está acreditado ante dos Nunciaturas Apostólicas, y la actividad internacional vaticana no termina en las representaciones diplomáticas en tanto que se desarrolla, también y en gran medida, a través de su representación ante las principales organizaciones internacionales gubernativas y no gubernativas. Inclusive hay representaciones con misión puramente espiritual ante las Iglesias particulares, destacando, entre otras, las existentes en Jerusalén y Palestina, ambas con sede en Jerusalén.

Para terminar, no podemos dejar de mencionar la actividad de la Santa Sede, asimismo, en la mediación de conflictos internacionales, tales como los arbitrajes en conflictos entre Argentina y Chile (1900-1903), entre Ecuador y Colombia (1906), entre Brasil y Bolivia (1909), entre Brasil y Perú (1910). De 1979 a 1984 medió en el conflicto del Canal de Beagle entre Chile y Argentina.

José Manuel Suárez Robledanoes magistrado y profesor de Derecho Internacional.