El bisturí

Sánchez los tiene cuadrados

El sector sanitario recuerda hoy con horror el paso de Montero por la Sanidad andaluza

La verdad es que Pedro Sánchez los tiene cuadrados y no duda en demostrarlo allá donde se le presenta la ocasión. Acaba de hacerlo, por ejemplo, con la elección de los sustitutos de los barones díscolos a los que acaba de purgar, en una muestra más de que la disensión y la crítica no tienen cabida en un partido que ha terminado fusionado con el Gobierno, como sucede en todas las dictaduras bananeras.

Desde luego, hay que tener bemoles para colocar a Óscar López en Madrid para batallar con Isabel Díaz Ayuso. En breve, podremos ver con nuestros propios ojos cómo afea la gestión sanitaria a la presidenta de la Comunidad este ministro que pasará a la historia por destrozar con su incompetencia desde Función Pública el modelo Muface que presta precisamente asistencia sanitaria a los funcionarios. Sí, este elegido por el dedo del presidente del Gobierno en sustitución de Juan Lobato para opositar en Madrid arremeterá en breve en todos los medios afines contra Díaz Ayuso por el funcionamiento de la atención primaria y de los hospitales, las listas de espera o la situación laboral de médicos o enfermeras, cuando él mismo no ha sido capaz de retener siquiera a dos de las tres aseguradoras que prestaban servicio en la mutualidad, dejándola al borde de la muerte. A priori, no parece, desde luego, el más adecuado para dar lecciones ni para liderar cambios, y menos sanitarios.

Tampoco lo parece María Jesús Montero, que desembarcará en Andalucía por capricho de Sánchez para desplazar a Juan Espadas en las labores opositoras. Para los que no lo recuerden, conviene traer a colación que la hoy todopoderosa vicepresidenta y ministra de Hacienda fue consejera de esta parcela y previamente consejera de Sanidad en el último gobierno socialista andaluz. Gobierno al que los ciudadanos de la Comunidad dieron la espalda en las urnas a la vista de la gestión nefasta que había protagonizado, propiciando un relevo histórico en este feudo, que pasó a manos de Juanma Moreno y el PP. No hay persona en el sector sanitario que no recuerde hoy con horror el paso de Montero por la Sanidad andaluza, sus polémicas subastas de medicamentos o la infrafinanciación a la que sometió a este territorio, convirtiéndolo en el que menos dinero destinaba por habitante a costear su asistencia, algo que todavía hoy está pagando.

Bemoles hay que tener también para poner a Diana Morant a pedir cuentas a Carlos Mazón en la Comunidad valenciana, porque la ministra no pasará desde luego a la historia por sus grandes gestas en materia de Ciencia. De hecho, cientos de académicos están que braman por cancelar una ayuda millonaria para la investigación en Inteligencia Artificial (IA) con la excusa de la DANA, y el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), bajo su competencia, zozobra en medio de las acusaciones de nepotismo contra su directora, María Blasco.

Los bemoles cuadrados de Sánchez no se detienen ahí y acaba de hacer gala de ellos, también en este 2025, con la presentación de una proposición de ley por parte del PSOE para reformar la acusación popular. En medio de las críticas que le llegan por la deriva totalitarista de su partido/Gobierno, dicha reforma pondría fin a las causas judiciales abiertas contra familiares del propio Sánchez o contra el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. Nepotismo puro.