El FMI de Christine Lagarde penaliza a España por las nefastas consecuencias del «proceso» con una bajada de una décima en sus previsiones, muy a pesar de los avances de nuestra economía. El Rey viajará a la localidad suiza de Davos para participar por primera vez en la reunión anual del Foro Económico Mundial, especialmente invitado por su presidente, Klaus Schwab. España no sólo ha sido de las grandes economías europeas la que más ha crecido, sino que lo ha hecho desde unas bases sólidas, fruto del profundo programa de reformas que llevó a cabo el Gobierno de Mariano Rajoy en su primera legislatura, como ayer reconocía el propio economista jefe del FMI, Maury Obstfeld, quien también advirtió de que ese crecimiento «sano» puede tener fecha de caducidad si no se persevera en la tarea reformista. Aún así, las previsiones de este organismo, que están en línea con las del Gobierno, mantienen que la economía española seguirá creciendo a buen ritmo durante los próximos dos años, aunque persiste la sombra de la crisis separatista en Cataluña, que, de prolongarse, podría reducir en una décima el aumento del PIB previsto para 2018, dejándolo en el 2,4 por ciento. Los analistas advierten de que la inestabilidad política puede impedir que España obtenga todos los beneficios derivados del previsto crecimiento de la economía mundial, impulsado por la reforma fiscal del presidente, Donald Trump, en Estados Unidos.