Sin Perdón

¿Criticar a Sánchez es atacar la democracia?

«No podemos aceptar que el presidente del Gobierno se apropie de las instituciones»

Por supuesto que no. La izquierda política y mediática no puede soportar que Milei derrotara al peronismo. Era el fin del régimen corrupto de los Kirchner, pero además abría una nueva etapa para recuperar la economía de un país hermano con el que nos unen lazos tan sólidos como profundos. Desde entonces, recibió críticas, insultos y desplantes. A Sánchez y sus aliados les gustan los regímenes populistas y corruptos iberoamericanos. El disparate llegó al extremo de que el bocazas oficial del Gobierno, Óscar Puente, aseguró que Milei consumía drogas. Los permanentes exabruptos del estrafalario ministro muestran una incontinencia verbal insólita y le descalifican para el cargo. Me he preguntado muchas veces por qué se denigra actuando como mamporrero. No se respeta a sí mismo. Milei hizo unas declaraciones muy inoportunas, aunque luego se confirmó que, efectivamente, la mujer del presidente estaba siendo investigada por tráfico de influencias y corrupción. Hay que respetar la presunción de inocencia, aunque los sanchistas y sus medios de comunicación no lo hagan. No hay que actuar como Puente.

El presidente argentino comienza este viernes una visita privada a España. Ayuso acierta al concederle la medalla internacional de Madrid. Como era previsible, las huestes sanchistas han arremetido contra ella e incluso aseguran que incumple la ley por no informar sobre este galardón. En lugar de criticar que Sánchez organizara una impresentable crisis diplomática han decidido acusarla de desleal por no someterse a los excéntricos caprichos del inquilino de La Moncloa. No entiendo dónde está la deslealtad. En cualquier caso, lo más increíble es que las críticas de Milei, permanentemente insultado por Sánchez, sus ministros y las terminales mediáticas que controla el aparato propagandístico monclovita, las hayan convertido en un ataque a la democracia española y sus instituciones. No recuerdo que Milei respondiera a las descalificaciones de los sanchistas diciendo que se atacaba a Argentina y sus instituciones. Sánchez no encarna la democracia española, aunque las palabras del presidente argentino fueron inadecuadas a pesar de sufrir permanentes y brutales ataques. Los dos comportamientos son inaceptables, pero no podemos aceptar que el presidente del Gobierno se apropie de las instituciones y que la política exterior de nuestro país esté sometida a sus caprichos e intereses partidistas. No podemos aceptar las cortinas de humo que buscan esconder sus problemas.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).