Superlópez ha sido una película que, aunque ha recibido mordaces críticas de la prensa, ha superado la prueba del gran público, convirtiéndose en una de las más taquilleras.

Una parodia de Superman, en la que el protagonista, también procedente de otro planeta, crece como un humano más, pero intentando controlar sus poderes y, por supuesto, se dedica a salvar y liberar inocentes.

Pero los cómics de Jan no solo han inspirado a Ruiz Caldera para este film, también lo han hecho con Iván Redondo, el nuevo gurú del PSOE. No es poco éxito del asesor haber cruzado la alfombra y aumentar al tiempo su propia cuota de poder. Pero ahora viene un reto de verdad, con el que medirá su audacia y su buen hacer.

Tiene suerte Pedro Sánchez de contar con Redondo. Ha sido capaz de ver atributos y cualidades que nadie en el Partido Socialista había visto antes en su líder. Por ejemplo, ha sido suficientemente perspicaz como para darse cuenta de que el presidente del Gobierno es un héroe que consigue vencer las dificultades, frente a todos los obstáculos, ya sea estos los barones del PSOE o cualquier otro adversario externo.

Es brillante haber detectado esos atributos sobrehumanos, porque el esfuerzo del propio Pedro Sánchez por ocultar su capacidades ha sido obstinado. Pero el head hunter enseguida lo vio y no dudó en dejar al villano PP de Extremadura para ponerse al servicio de un ideal noble de verdad.

Por eso, lo único que debe hacer el Partido Socialista en esta campaña es quitar la venda de los ojos a todos los que siguen siendo incapaces de ver quién es en realidad el líder socialista.

«Manual de supervivencia» no era una loa de autobombo del propio Pedro Sánchez, sino un manual básico de cómo hacer que el bien venza sobre el mal, que es el objeto de las andanzas de cualquier caballero andante, la versión clásica de un super héroe.

A continuación hay que describir cómo va a suceder la batalla, todos contra nuestro Quijote, de ahí que, desde la sede socialista, se empeñen en que cale el mensaje de «todos contra Sánchez». No se refiere solamente al tripartito de la extrema derecha con PP, Ciudadanos y Vox, sino a los poderes económicos, medios de comunicación e incluso, al viejo PSOE, ese tan casposo y anticuado que no soporta el líder.

De hecho, del decrépito partido solo se mantienen las siglas y parte del logo por eso de la pertenencia identitaria a la Internacional Socialista y porque siempre quedan nostálgicos, pocos afortunadamente, que consideran que los partidos políticos representan ideas y sus líderes las encarnan fielmente, sin darse cuenta de que lo importante es el hiperliderazgo de un gran hombre o mujer.

No cualquiera puede pertenecer a los X-Men, se requiere un poder o habilidad especial que solo el «super» es capaz de detectar. Ya era hora de hacer bien una lista electoral, porque, hasta la fecha, no se disponía de un tamiz adecuado para discernir quién era uno de los «increíbles» y quién no.

Seguramente habrá muchos diputados y senadores que no renovarán en las listas electorales, pero deben entender que hay que dejar el sitio a los que realmente tienen superpoderes.

A ver si de una vez por todas se desechan las desconfianzas y críticas que algunos cosechan, tenemos a nuestro Supersánchez, con Ivan Redondo a la cabeza, que solo cosecha éxitos y si Monago perdió fue porque así lo había dispuesto el destino y, sobre todo, porque no tenía esa madera de Kryptonita, o de «Ferranita» en nuestro caso, que hay que tener.