Ely del Valle
La gran trincada
Ante la perspectiva de unas terceras elecciones, me van a permitir que tire de calculadora para abordar un tema que nadie toca: el del dinero que cada partido recibe por escaño y voto cada vez que pasamos por las urnas. En 2015, el escaño cotizaba a 21.167,64 euros, y el voto, a 0,81. Esto quiere decir que, redondeando, el PP recibió algo más de 8 millones, el PSOE 6,5, Podemos & cía, 3,5 y Ciudadanos, un poco menos de 4. En total, alrededor de 25 millones de euros –a los anteriores hay que sumarles los que consiguió el resto con representación parlamentaria– salieron de la caja común para que con esos ingresos los partidos tirasen durante los próximos cuatro años. Pero no: en junio volvimos a las urnas. Y todos pusieron el cazo otra vez: el PP volvió a cobrar 9 millones holgaditos; el PSOE 6; Podemos 5,5 y Ciudadanos, casi otros 3. O sea, 25 milloncejos más que no estaban presupuestados y que hubo que soltar para premiar, ¡doblándoles los ingresos! a los que habían sido incapaces de hacer su trabajo. Ni los viejos ni los nuevos devolvieron ese dinero, aunque tuvieron el detalle de rebajarse 460 euros por escaño y 7 céntimos por voto.
Ahora resulta que es muy probable que en diciembre haya que volver a repetir la operación y, o mucho me equivoco, o todos volverán a pasar por la ventanilla sin el menor sonrojo. Es como si el fontanero que nos ha cobrado por adelantado una cantidad por traslado y otra por cada grifo reparado se marcha sin tocar nada, no devuelve el dinero, nos dice además que somos nosotros los que tenemos que cambiar la marca de los grifos, y para colmo, repite esa misma operación dos veces más. No sé lo que pensarán ustedes, pero si esto no es una estafa en toda regla, alguien debería hacer que lo fuera.