«Electoralitis»

En España se está haciendo peligrosamente común hablar de repeticiones electorales. La experiencia de Gobierno en funciones entre generales de 2015-2016 no solo no ha dejado secuelas sino que hay quien quiere vacuna de recuerdo. Está claro que para los partidos que no gobiernan el estadio de excitación electoral es el que mantiene prietas las filas y los liderazgos claros. Esta aparente hiperpolitización en lo que se convierte es en una hipertrofia de la acción política porque los que están y los que quieren estar se pasan el día vigilándose. Ahí está esa cosecha legislativa tísica que no da de comer a un país con alguna vocación reformista...quizá se haya abandonado definitivamente. Ahí están los debates de Proposiciones No de Ley, brindis al sol en sede parlamentaria, que nos dejan escenas de falsa pasión. Las elecciones catalanas y la victoria de Ciudadanos han vuelto a enardecer las redacciones, los mentideros y esas casas de encuestas donde corre la demoscopia a borbotones. Unos buenos resultados en Cataluña y un par de sondeos y ya hay titulares de los que piden a Rajoy anticipadas o crisis de Gobierno basados en fuentes populares. Esos manantiales se quedan secos cuando el «jefe» interviene ante la Junta Directiva Nacional. El objetivo ahora es cerrar los presupuestos de este año con el PNV que sigue jugando a las «posturistas». Sabe que es necesario y puede permitirse marear la perdiz a la espera de Gobierno en Cataluña. PNV y Convergencia fueron hermanos de distinto padre, socios electorales y parece feo apoyar a los del 155. Todo se pasa y el ímpetu electoralista de este arranque de año va a perder fuelle. En condiciones de normalidad, excluyo Cataluña, para municipales y autonómicas queda año y medio, otro tanto para Europeas y generales para el 2020. Para estas citas y dada la «macronización» de los procesos donde las marcas han perdido poder en beneficio de los modelos hay que buscar candidatos. Cada elección se plantea en clave presidencialista y los partidos tendrán que ir montado su particular Operación Triunfo. Ciudadanos insiste en ser referencia para el centro derecha español mordiendo al ecosistema del PP; el PSOE da por muerta la legislatura y se olvida de sus necrosis; Podemos trata de sobrevivir a Iglesias y Rajoy... sigue en Moncloa.