Cuartel emocional

Actricitas

El más pablista, carmenista y yolandista sumarísmo resulta que es un rijoso, un verraco de tomo y lomo

Viendo un programa revival de actrices y actricitas que no eran tal pero que se dejaban fotografiar desnudas para promocionarse en revistas como la inolvidable Interviú, o hacían películas para la época de lo que dieron en llamar “destape”, me pude dar cuenta que ninguna de ellas eran representar La dama de las camelias, porque solo eran fulanitas que llegaban a la fama por el camino de la pierna, como sucede en tantos ámbitos de lo que vienen siendo los trabajos, los curros, los puestos ocupacionales, y así lo comentábamos tres amigos anoche en una terraza barcelonesa quedándonos pasmados ante el hecho de que personas bastante corrientes y nada sobresalientes que conocemos en el nuestro propio terreno han medrado de forma supersónica siempre con la ayuda de ese “padrinito” que les pega el empujón definitivo, sean cuales sean sus méritos. La época del destape –más bien del destete-, fue un claro ejemplo de este sistema de triunfar en la vida, si bien hoy día no faltan las que enarbolando la bandera del sí es sí, acusan a unos y otros de forcejeos y lametones de pezón. Tenemos a un politiquillo del “sí se puede”, de aquellas acampadas de la Puerta del Sol, que, mire usted por donde, se está viendo envuelto en un enredo del tan manoseado acoso sexual, como si fuera Donald Trump. No se habrá visto en otra parecida ni tampoco nunca los suyos se verán más ridículos que ahora. El más pablista, carmenista y yolandista sumarísmo resulta que es un rijoso, un verraco de tomo y lomo, pero no en el sentido colombiano que se refiere a una persona talentosa, destacada y sobresaliente, sino en el de animal en celo que persigue cubrir a las hembras. Y mira que tiene una pinta que nunca lo haría suponer, con cejas de Dolorosa, boquita de piñón, baja estatura de alfeñique y cuerpo diríamos que todavía en desarrollo por lo poca cosa que físicamente es. Le ha caído encima un castigo divino, y ni siquiera la abuela Carmena lo va a salvar de este embrollo, que promete prolongarse en el tiempo y en las denuncias que se vislumbran interminables. Al Sánchez una vez más se le ha aparecido el Espíritu Santo en forma de paloma porque con todo este merengue el populacho habla menos del caso Ábalos; del campo de concentración para inmigrantes de Ciudad Real, donde al parecer ya no se va a hacer nada porque el dueño, que también estaba metido en la trama Koldo, tiene un pufo con Hacienda de tomo y lomo; del control de RTVE por parte del gobierno y sus socios; del plantón que le ha dado la Ayuso con todo merecimiento dadas las agresiones desproporcionadas que cada día recibe por parte del presidente y sus mariachis; de Begoñez, y de esa larga nómina de asuntos que tanto enmierdan la política nacional los cuales sólo tienen un nombre: el suyo o número uno, como lo llaman en clave los gánsters de los enredos que lo rodean.

CODA. Pero tenemos una Princesa que nos hace olvidar en algunos momentos esta situación pesarosa. Leonor con su presencia todavía escasa, pero que esta semana hemos disfrutado en los premios a los que da nombre, nos ilumina el horizonte con la esperanza de que un día sea nuestra Reina y que, como Jefa de Estado, pueda representar la Institución con mayor fortuna que su padre, a quien ha tocado una mala época en la historia de España. La Princesa, con los valores que está adquiriendo en el Ejército y en la Armada, basados en la tradición, el honor, la disciplina y la excelencia será testigo algún día de que en el país se restauren los principios hoy extintos.